El Ayuntamiento invertirá 400.000 euros en plantar cerca de un millar de árboles

La Organización Mun­dial de la Salud (OMS) recomienda que las ciudades cuenten con un árbol por cada tres habitantes, con el objetivo de respirar un mejor aire, lo que significa un 0,33% de árboles por habitante. Con 18.500 ejemplares, Viladecans se sitúa en el 0,28%, un porcentaje que mejorará ligeramente durante este año porque está previsto plantar un total de 910 árboles, una actuación que cuenta con un presupuesto de 400.000 euros. El reto que se ha marcado el Ayunta­miento, según informan fuen­tes municipales, es llegar a los 28.000 ejemplares y situarse en el 0,35%.

En la última década, coincidiendo con la crisis económica, sólo se han repuesto de forma puntual algunos árboles muertos o dañados por el viento, “a la espera, para reducir costes, de una gran compra de ejemplares como la que ahora se lleva a cabo”, aseguran desde el consistorio. La finalidad es comenzar a resolver, en parte, las situaciones deficitarias en el inventario de arbolado de la ciudad, que comenzaron a surgir a partir del año 2009.
Las actuaciones principales se centrarán en la vía pública, ya que actualmente existe un gran número de alcorques vacíos en las aceras. De hecho, muchos de ellos se encuentran a estas alturas enrasados ​​con los pavimentos mediante una capa de mortero o, incluso, se pavimentaron provisionalmente hasta que no fuera posible disponer de los fondos necesarios para hacer frente a la plantación de árboles. Posteriormente, será motivo de otro proceso de contratación la reposición de los ejemplares que han causado baja en los parques y zonas verdes en general.

30 especies diferentes

Los nuevos árboles serán de 30 especies diferentes, elegidas por sus adaptaciones al clima de Viladecans. Los técnicos de la jardinería municipal también han valorado potenciar especies que tienen una alta eficiencia en la captación de CO2 para ayudar a paliar el efecto invernadero, así como que sean sostenibles y que no tengan tendencia a presentar enfermedades o plagas recurrentes que obliguen a tratamientos indeseados. Tam­bién se ha tenido en cuenta que no sea necesario regarlas demasiado, una vez hayan arraigado, y que su copa no se desarrolle más allá del espacio del que dispone el árbol en la calle, para evitar trabajos continuos de poda.

En cuanto a la sostenibilidad de los ejemplares, también se piensa en el futuro, dado que la vida media de un árbol en la calle se estima en unos 70 años. Los que se plantarán ahora es posible que lleguen a vivir hasta el final del siglo XXI. “Por lo tanto, hay que pensar en especies de árboles que sean resilientes al cambio climático, es decir, que sean capaces de adaptarse a temperaturas más cálidas y períodos de sequía”, señalan desde el consistorio. Del total de especies, las más abundantes son los almeces (16%), alteas o rosas de Siria (14%), melias (12%), falsas acacias (6%), casuarinas (5%) y perales ornamentales (5 %).

A pesar de que la mayoría se plantarán durante este invierno, en algunos casos se de­berá esperar al mejor mo­mento para que puedan arrai­gar convenientemente en las calles. Y es que, mientras que hay especies susceptibles de ser arrancadas de los viveros con frío y replantar con las raíces desnudas o con cepellón protegido, hay otras que necesitan tener el suelo a una cierta temperatura para po­der adaptarse correctamente.