La necesidad de que ECP-Unidas Podemos esté en el Gobierno

Afirmaba Lula Da Silva en su investidura que era escandalosa la ausencia histórica de diputados o diputadas de clase trabajadora en el Congreso (se podría añadir la ausencia de mujeres y de minorías). En su juramento Lula  también decía que "mientras haya un hermano brasileño o una hermana brasileña pasando hambre, tendremos motivos de sobra para cubrirnos de vergüenza”.

Desde nuestro espacio político subscribimos estas declaraciones y por eso afirmamos que una política para la gente solo será posible si ECP-Unidas Podemos está en el Gobierno, ya que creemos que sólo desde el municipalismo, el feminismo y la idea de lo común (ADN de nuestro espacio político) se puede hacer frente de forma eficaz a las nuevas demandas sociales y a los nuevos retos de la gestión democrática de los asuntos públicos.

Los cambios sociales contemporáneos han originado nuevas complejidades e intereses a satisfacer por el Estado, entre ellos: la participación ciudadana (la relación entre la calle y las instituciones), los derechos políticos y sociales (derechos laborales, derechos a la vivienda, derecho a unas pensiones dignas, a la sanidad, a la educación…), las violencias machistas, los derechos LGTBIQ, la migración, la dependencia, la emergencia climática, etc… Estos últimos años han puesto de manifiesto que estas necesidades exigen ser afrontadas desde diferentes niveles de gobierno, junto con la participación de los actores sociales como fuente de intercambio de experiencias y conocimiento.

Al mismo tiempo ha quedado claro que en los momentos de crisis económica han sido los ayuntamientos del cambio los que han tenido una mayor eficiencia en la gestión de los recursos públicos. Esto nos lleva a concluir que la reflexión hecha desde lo local, desde el territorio de la proximidad y de lo concreto, nos permite intervenir en la esfera global con mayores garantías. Y esto es justamente lo que defiende nuestro espacio político y que se opone de forma directa a una intensa labor de recentralización, defendida por partidos como el Popular o Ciudadanos, que responde a la intención de poder recortar el Estado del bienestar y perpetuar un sistema depredador e injusto.

Y esto significa también que hay que hacer un cambio de paradigma legislativo: no como respuesta al principio de autonomía privada y libertad individual sino que defienda el bien común y los intereses colectivos (los intereses que tenemos como personas necesitadas y vulnerables, interdependientes y eco dependientes). Un cambio que entienda que no se puede desligar el discurso sobre las necesidades individuales de las necesidades colectivas. Un cambio que se traduzca en políticas públicas concretas capaces de defender y aportar soluciones eficaces.

Y este cambio no puede ser llevado a cabo por un PSOE que ha demostrado ser un partido del espectáculo. Un partido que se limita a declaraciones de intenciones.

Un gobierno del PSOE, sin ECP-Unidas Podemos, no llevará a cabo, y ya lo ha demostrado, ninguna medida que suponga un enfrentamiento con los poderes fácticos y económicos y esto significa que no llevará a cabo las medidas necesarias para garantizar los derechos políticos y sociales de la ciudadanía. Por eso el 10-N hay que votar para hacer posible la defensa de un país que ponga a la gente en el centro.