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DULCE VALERO | 1297
Jueves, 06 de Febrero de 2020
L'HOSPITALET

El municipio negocia con Barcelona y El Prat recuperar la playa perdida hace cien años

La alcaldesa, Núria Marín, ha asegurado hoy en su conferencia anual, que el Ayuntamiento trabaja por un L'Hospitalet con cero barreras en el año 2030

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L’Hospitalet, una de las ciudades con mayor densidad de población de la Unión Europea, ha pagado muchos peajes a lo largo de su historia, debido en gran parte a un crecimiento desordenado y rápido en paralelo al desarrollo económico de su ciudad vecina, la Gran Barcelona. Este crecimiento sin control la fue alejando poco a poco de un pasado donde los espacios naturales tenían su protagonismo: los campos de cultivo, de los que ahora quedan escasos terrenos, como Cal Trabal; el río Llobregat, hoy en día de difícil acceso por parte de los ciudadanos, agazapado entre nudos de redes viarias, y también el mar.

 

Porque L’Hospitalet tenía playa, e incluso un faro, el Far del Llobregat, una construcción del año 1845 ubicada en los terrenos de la Marina, en el lado izquierdo del río, que se convirtió en un icono de la memoria colectiva de la ciudad y que a la vez dio nombre a nuestra cabecera como medio de comunicación, desde que apareció la primera edición de El Far del Llobregat en el año 1985.

 

En la actualidad esa línea costera y el faro pertenecen a los terrenos de la actual Zona Franca, que hace justo ahora cien años, en 1920, el Ayuntamiento de Barcelona expropió a la ciudad, anexionando 900 hectáreas del término municipal. Un siglo después, el Ayuntamiento de L’Hospitalet renueva sus ansias de recuperar ese espacio natural, al que no está dispuesto a renunciar, y que daría una nueva proyección a la ciudad. “Estamos trabajando para que el término municipal pueda recuperar el trozo de playa perdida, aunque sea sólo unos metros al lado del faro”, aseguraba hoy la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín.

 

La vieja aspiración de recuperar la playa es uno de los temas que ha tratado la alcaldesa en la conferencia anual que ha pronunciado esta tarde en el auditorio de la sede de Planeta Formación y Universidades, y en la que ha utilizado el Far del Llobregat como símbolo, por un lado, del antiguo faro de la ciudad que guiará los proyectos de futuro del municipio, y por otro, para explicar precisamente el plan para recuperar los terrenos costeros.

 

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La pérdida es esos terrenos hace cien años “fue un error histórico que no queremos volver a repetir”, aseguraba Marín. Una decisión que “hoy sería impensable”. Recuperarlos es un “sueño que poco a poco podremos hacer realidad. Aunque sea con un trocito de playa, queremos volver a llegar al mar”, ha explicado la alcaldesa, que asegura que están discutiendo con los ayuntamiento de El Prat y Barcelona el punto en el que se podría ganar este espacio para la ciudad.

 

La playa de la Farola, como se la conocía popularmente, tuvo una vida muy animada entre los años 1850 y 1950. En verano y en los días festivos se convertía en un destino muy popular para grupos familiares y de amigos de L’Hospitalet que iban a bañarse y a pescar. Se llegaba por un camino conocido como la carretera de la Farola, que salía desde el centro del municipio y atravesaba el barrio de Can Pi, hoy en el entorno de la Gran Via.

 

Cero barreras en 2030

 

Superar hoy en día las infraestructuras de la Zona Franca para volver a llegar al mar será una de las múltiples barreras que quiere superar L’Hospitalet como estrategia de desarrollo para los próximos años. Trenquem barreres a L’Hospitalet. Cap al 2030 es precisamente el título de la conferencia pronunciada hoy por Marín, en la que ha explicado los principales proyectos de futuro en los que se trabajará por una ciudad “con cero barreras” para ese año, englobando en este objetivo proyectos como el soterramiento de las vías del tren y de la Gran Via.

 

La alcaldesa ha explicado que el Ministerio de Fomento redacta actualmente el proyecto constructivo para el soterramiento de seis kilómetros de vías del tren que atraviesan la ciudad, y mantiene el compromiso de invertir más de 600 millones de euros. El proyecto permitirá al municipio destinar 120.000 metros cuadrados (el equivalente a 17 campos de fútbol) a espacios verdes. Cuando esté acabado el proyecto definitivo, el Ayuntamiento convocará un concurso internacional de ideas para buscar la mejor solución urbanística para la superficie liberada. Por otro lado, está previsto que en mayo estén ya en funcionamiento los ascensores que harán más accesible la estación de Renfe de Bellvitge-Gornal.

 

Respecto al proyecto de transformación de la Gran Via desde la plaza Europa hasta el río Llobregat, Marín ha asegurado que se está finalizando la redacción de los proyectos de soterramiento y urbanización de la superficie, y que a finales de este año o principios de 2021 está previsto que se inicien las obras de depresión de la infraestructura.

 

Este proyecto es clave para el desarrollo del clúster biomédico en el entorno de los hospitales de Bellvitge y Duran i Reynals, y que según Marín convertirá L’Hospitalet “en la capital europea de la biomedicina”. La alcaldesa ha anunciado que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo se ha comprometido a dar apoyo al proyecto, que está previsto que generará unos 20.000 puestos de trabajo, y se une así a los ayuntamientos de L’Hospitalet, Esplugues y la Generalitat.

 

Por otro lado, dentro de los objetivos de mejora de la accesibilidad a las viviendas, Núria Marín ha destacado que los vecinos de Bellvitge ya disponen de una oficina abierta en la concejalía del distrito donde informarse del proyecto de instalación de nuevos ascensores y las ayudas previstas, en las 294 fincas en las que los aparatos actuales se paran en plantas intermedias. El proyecto prevé dotar a los edificio de nuevos ascensores que lleguen a todas las plantas. El Consorci Metropolità de l’Habitatge y el Banco Europeo de Inversiones subvencionarán el 30% de este proyecto que incluye también mejoras de eficiencia energética en los edificios para conseguir un ahorro del 44% en cada vivienda.

 

Según Marín, la mejor solución técnica que se ha encontrado para solucionar la accesibilidad a las viviendas de Bellvitge es instalar los ascensores en un anexo de cada finca, ampliando el balcón, y si no tuvieran balcón, creando uno nuevo desde el que se accedería directamente a cada piso. El Ayuntamiento tiene previsto llevar a cabo el primer proyecto ejecutivo en una finca como prueba piloto para conocer así el coste real de la instalación.

 

El consistorio también trabaja en una segunda fase del plan de instalación de escaleras mecánicas, ascensores y rampas en Can Serra, un barrio con una accesibilidad muy complicada. La mejora del túnel que une este barrio con el Centre y la próxima puesta en marcha de un ascensor en la calle Riera del Canyet, que mejorará el acceso desde el barrio de Sanfeliu al parque de Can Buxeres, son otros proyectos para mejorar la accesibilidad en los barrios.

 

Marín hizo alusión también a la desaparición de otras barreras: “las sociales, las económicas y las ambientales”. En este sentido, la alcaldesa ha recordado que próximamente entrarán en servicio dos ‘casales’ nuevos para personas mayores, el de Bellvitge y el de Can Serra, y que el Ayuntamiento impulsará un programa de visitas a domicilio de las personas mayores de 75 años y usuarias del servicio de teleasistencia. Además, se trabaja en el proyecto europeo E-Senior para la domotización de viviendas de personas mayores.

 

En la lucha contra la violencia machista, L’Hospitalet contará próximamente con una unidad especifica de la Guardia Urbana que trabajará en colaboración con los Mossos d’Esquadra y con el pionero Centre d’Atenció i Informació a les Dones (CAID).

 

Marín también ha recordado que el Districte Econòmic recibirá un nuevo impulso con la ampliación en 60.000 metros cuadrados del recinto de la Fira, que supondrá una inversión de 350 millones de euros y que aumentará la superficie hasta los 300.000 metros cuadrados. El proyecto generará un impacto económico de 675 millones de euros anuales a partir de 2024, 5.000 nuevos puestos de trabajo y una recaudación fiscal de 129 millones de media anual.

 

La ampliación del recinto ferial “consolidará aún más L’Hospitalet como destino de turismo de negocios, que ya es la tercera actividad económica de la ciudad”. En este sentido la alcaldesa ha anunciado que la ciudad dispondrá próximamente de dos nuevos hoteles (delante del recinto ferial y en la carretera de Collblanc), con 300 plazas más y que se sumarán a los 14 ya existentes.

 

Otros de los proyectos económicos estratégicos del municipio es el desarrollo del Districte Cultural, que en la actualidad cuenta con 550 operadores entre artistas, galerías y empresas, lo que supone un incremento del 150% en cinco años. La alcaldesa también se ha referido a Can Rigal como un nuevo núcleo de actividad económica, con el deporte y la salud como motores: “En estos momentos estamos trabajando en la convocatoria de un concurso internacional que nos ayude a dar forma a un conjunto que será un referente metropolitano en el mundo del deporte”.

 

Por otro lado, el Ayuntamiento ha dado un ultimátum al proyecto Centro Europeo de Medicina Tradicional China, que debería instalarse en la antigua fábrica Godó i Trias, en la plaza Europa, con el objetivo de abrir sus puertas este año, pero cuyas obras no han empezado, pese al acuerdo alcanzado en mayo de 2017 entre el Ayuntamiento de L’Hospitalet, la Generalitat y el Ayuntamiento de Pekín.

 

Marín ha asegurado al respecto que enviaron una carta hace unas semanas al gobierno de Pekín instando a iniciar lo antes posible el proyecto acordado y en caso de no mostrar interés de manera inmediata nos “liberamos (del acuerdo) para comenzar a formalizar otros proyectos que pueden ser muy interesantes para la ciudad”.

 

Concienciación sobre la emergencia climática

 

Durante la conferencia, la alcaldesa de L’Hospitalet situó el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible en el centro de la acción de gobierno. La ciudad, según Marín, cumplirá con los compromisos del Pacto de los alcaldes y de las alcaldesas por el clima y la energía firmado en 2009, para reducir el 2020 la emisión de los gases de efecto invernadero.

 

Para conseguirlo, ha dicho, se ha renovado la flota de la Guardia Urbana y de las brigadas municipales con vehículos híbridos y eléctricos, se ha hecho un cambio masivo del alumbrado público y campañas de sensibilización del uso de la energía y agua en los equipamientos públicos, con un ahorro de más de 1.100 toneladas de CO2. Antes del verano, la ciudad  dispondrá de la Declaración de emergencia climática y del Plan local para la adaptación al cambio climático y posteriormente se elaborará un plan de mitigación de los efectos del cambio climático.

 

La alcaldesa se ha referido también a la entrada en vigor de la zona de bajas emisiones y ha destacado que L’Hospitalet es la única ciudad con la totalidad de su municipio dentro de esta demarcación. En este sentido ha animado a Barcelona y al resto de ciudades metropolitanas “a declarar también la totalidad de su término municipal zona de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire”.

 

Para avanzar en criterios de sostenibilidad, la alcaldesa ha defendido la promoción y la mejora del transporte público, la promoción del uso de la bicicleta, cambios en la logística y el reparto de mercaderías y la puesta en marcha de zonas AIRE (áreas integrales de regulación del estacionamiento) en toda la ciudad.

 

En cuanto a la recogida de residuos, Marín ha reconocido que “tenemos un camino de mejora importante”. Según la Agència Catalana de Residus, en el año 2018 en la ciudad se reciclaron 24,38% de los residuos, lejos de la media del 36% de otros municipios del área metropolitana. De hecho L’Hospitalet se encuentra en el puesto número 33 de los 36 que hay en el área metropolitana. La alcaldesa ha asegurado que el Ayuntamiento ya está trabajando con la nueva contrata que renovará el servicio de recogida de residuos de aquí a un año, aunque ha añadido que en el reciclaje, “los ciudadanos han de colaborar de una forma activa”.

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