CORNELLÀ
Ausencias que dejan huellas imborrables en el alma
Ayer se cumplían 23 años desde que Cristina Bergua Vera fuera vista por última vez en Cornellà a la edad de 16 años • Sus padres, Juan y Luisa, seguirán luchando hasta el final de sus días para que el caso de su hija siga latente.
![[Img #29708]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/7411_c.jpg)
“Lo más duro en todos estos años es la incertidumbre y el no saber”, reconoce Juan Bergua, padre de Cristina, la joven que desapareció el 9 de marzo de 1997 en Cornellà a la edad de 16 años. Ayer se cumplían 23 años desde que se la vio por última vez en la carretera de Esplugues. Y por este motivo volvía a realizarse un acto conmemorativo en su recuerdo, que se llevó a cabo en el monolito que su ciudad natal le tiene dedicado en la calle Miranda, y que reunió a un centenar de familiares, vecinos y amigos que quisieron arropar nuevamente a la familia.
Juan y su mujer Luisa, que mantienen la habitación de Cristina intacta como ella misma la dejó, siguen sin perder la esperanza de que el caso de su hija pueda resolverse algún día. “No podemos desfallecer, porque si pierdes la esperanza lo pierdes todo”, manifestaba a ELFAR.CAT este padre coraje. “Aunque cada vez te van fallando un poco más las fuerzas, nosotros luchamos por sobrevivir y por intentar que el caso de Cristina siga latente todavía”, apuntaba, tras insistir en que van a seguir luchando para saber del paradero de su hija “hasta que tengan vida”.
Lo que están viviendo desde que Cristina desapareció es “una lenta agonía”, en palabras del propio Juan. “Yo siempre digo que cuando una persona se muere te duele en el corazón, pero sabes dónde está. Nosotros, desgraciadamente, no tenemos derecho ni a tener duelo; y no podemos hacer un entierro puesto que no tenemos ningún cadáver”, lamenta.
![[Img #29706]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/107_a.jpg)
Los Mossos d’Esquadra siguen trabajando en el caso de Cristina Bergua. “Aunque los resultados siguen siendo los mismos”, afirma Juan, quien agradece la implicación y el trabajo de la policía autonómica, así como el acompañamiento que durante todos estos años han recibido por parte del Ayuntamiento de Cornellà. “Se han volcado mucho con nosotros desde el primer día”, admite.
Entre los presentes en el acto de ayer se encontraban los periodistas Augusto Rey y Paco Lobatón. El primero de ellos, tras 50 años de profesión en TVE, reconocía sentirse “impresionado” por el “tesón y la esperanza” que mantienen familias como la de Cristina. Y les alentaba a que “no se apague la esperanza, porque es lo único que nos queda”.
Por su parte, Lobatón, conocido por su programa Quién sabe dónde?, aseguraba que desde la desaparición de Cristina siempre ha tenido una relación muy estrecha con Juan y Luisa. “Nos hemos mantenido unidos en el intento de saber, porque es el derecho a saber que tienen las familias”, decía tras admitir que “se trata de un trabajo duro porque existe una insensibilidad que domina algunas esferas del poder”.
![[Img #29709]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/955_d.jpg)
Lobatón destacaba el “tesón formidable” de los padres de Cristina, y recordaba que fue en parte, gracias a ellos, que nació la fundación Inter-sos, para apoyar a las familias que como ellos estaban –y siguen- sufriendo una lenta y amarga agonía. Y no sólo eso. También consiguieron que hace 10 años el Congreso de los Diputados, por primera vez en la historia y de forma unánime, aprobara una declaración para que el 9 de marzo fuera declarado como el Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Parente, coincidiendo con la fecha en la que la joven de Cornellà fue vista por última vez.
“Se han conseguido muchas cosas desde entonces”, resaltaba Lobatón. “La última fue el pasado viernes, 6 de marzo, cuando las familias de desaparecidos estuvieron dentro del Congreso, en la sala Ernest Lluch, y allí pudieron tomar la palabra para decir, de viva voz, 20 de los principales puntos que contiene la Carta de Derechos y Demandas Urgentes, que es el resumen de las peticiones que son necesarias para que la realidad de las desapariciones no sea ignorada por los poderes ni por la sociedad, y para que se implementen medidas”, explicaba el periodista.
Lobatón remarcaba la importancia de que se reconozcan los derechos: el de ser buscado; que las familias estén informadas; que los dispositivos de búsqueda actúen inmediatamente; una mayor coordinación y dotación de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que se atienda a las familias en todo el impacto psicológico y que se haga una ley específica. “Necesitamos una ley que le dé una herramienta a las familias, con la que puedan trabajar los cuerpos de seguridad y con la que se pueda evitar que en un juzgado haya archivos como los que hay sistemáticamente”, señalaba.
Juan Bergua también reconoce que en estos 23 años se han conseguido avances. “Antes no había coordinación policial ni base de datos para unificar la denuncia, y carecíamos de unidades policiales especializadas en la búsqueda de personas desaparecidas sin causa aparente. Y también han quedado atrás aquellas 24 y 48 horas de espera para poder poner una denuncia o bien que tuvieras que escuchar la frase: siéntese que cuando podamos le atenderemos”, explicaba.
![[Img #29710]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/1879_e.jpg)
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y mucho por mejorar, sobre todo en lo que respecta a los trámites para identificar los restos óseos que se encuentran. “El cotejo de ADN va muy lento y la búsqueda de las personas desaparecidas también. Así que pedimos al Congreso que tome conciencia de lo que está sucediendo y contraten a más personal”, insistía Juan Bergua.
El padre de Cristina ponía como ejemplo de esta lentitud el caso de Martos Borrayo Quintero, vecino de Santa Coloma de Cervelló, que desapareció en el municipio de Guixers (Lleida) el 4 de noviembre de 2017 mientras estaba buscando setas. “Hace unos meses encontraron algunos restos óseos y su documentación”, explicaba Juan. “Su familia pregunta cuándo le harán la prueba del ADN y la respuesta que reciben es que depende del juzgado y de que esto puede tardar un año o más. Y eso es incomprensible”, denunciaba.
Se trata de un caso parecido al de Ana Maria Martos Nieto, desaparecida en el año 2004 en Sant Feliu de Llobregat. Según Juan Bergua, encontraron sus restos en junio de 2013. “Hace siete años que la familia está esperando que le den los resultados del ADN y le entreguen los restos para darle un entierro digno como se merece”, aseguraba.
El padre de Cristina confía en que el nuevo gobierno central se ponga manos a la obra. “Esperamos que los ministerio de Interior y de Justicia se doten de más medios humanos para agilizar la búsqueda de las personas desaparecidas y los cotejos de ADN para que las familias podamos tener pronto noticias de nuestros seres queridos”, señalaba Juan. “Necesitamos saber para poder descansar”, concluía.
En el emotivo acto celebrado ayer, profesores de la Escola de Música de Cornellà interpretaron varias piezas, como el Cant dels Ocells, y se leyeron poemas en recuerdo de Cristina. Uno de ellos fue a cargo de Laura Verga Vera, prima de la joven desaparecida que nunca llegó a conocerla, pero que espera poder abrazarla algún día.
![[Img #29707]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/5049_b.jpg)
Una media de 365 desapariciones mensuales en Catalunya
Los Mossos d’Esquadra gestionaron en 2019 un total de 4.378 desapariciones, lo que supone una media de 365 al mes. En un 94% de los casos, la resolución se produce antes de los 30 días, según explicó ayer el conseller de Interior, Miquel Busch, durante el acto institucional que se celebró con motivo del 9-M. “Este acto es fruto de la moción aprobada el año pasado en el Parlament con el objetivo de mejorar la gestión de casos de personas desaparecidas y el acompañamiento y ayuda a sus familiares”, manifestaba.
Del total de desapariciones registradas durante el año pasado, un 35% corresponden a menores de entre 13 y 17 años (seis de cada diez eran mujeres) y un 5% a mayores de 65 años (siete de cada diez eran hombres). Analizando el perfil de las 2.528 personas adultas desaparecidas (entre 18 y 64 años), se constata que un 86% es reincidente y que un 63% padece algún tipo de enfermedad mental.
Precisamente, en el acto celebrado ayer en Cornellà en recuerdo de Cristina, se pudo sentir también el pesar de otra familia que está sufriendo la desaparición de un familiar con problemas de salud mental. Se trata de Óscar González, al que se le perdió la pista el 9 de julio de 2018 en Santa Colona de Gramenet. Son ya 19 meses sin saber de él. “Nunca imaginábamos que tendríamos que utilizar la palabra desaparecido para referirnos a un miembro de nuestra familia; y tampoco imaginábamos la enorme carga de incertidumbre y de dolor que esto trae consigo”, reconocía emocionada la sobrina de Óscar.
“Mi tío, por sus problemas de salud mental y por los demás problemas derivados de su enfermedad, es una persona muy vulnerable, y no tiene el necesario control de su voluntad para decidir desaparecer de un día para otro”, afirmaba. “Por eso, al hacer la denuncia ante los Mossos, ya dijimos que era una desaparición de alto riesgo”, reiteraba la joven, que concluía diciendo que “si todo ciudadano tiene derecho a ser buscado, tanto o más lo tienen las personas con problemas de salud mental”.
La mayoría retornan de manera voluntaria
La mayoría de personas se localizaron en el mismo lugar que habían desaparecido y habitualmente retornaron de manera voluntaria. Precisamente con respecto a los retornos voluntarios, un 72% de las personas que aparecieron lo hicieron durante los cuatro primeros días y un 86% la primera semana. Por sexos, las mujeres que volvieron voluntariamente son un 53,5% y los hombres un 43,5%. Por edades, el 58% de los jóvenes entre 11 y 20 años retornaron voluntariamente mientras que con respecto al resto de edades no llega al 40%.
Cuando se trata de localizaciones policiales, el 53% se hacen los primeros cuatro días y un 66% la primera semana. Desde el cuerpo de los Mossos d’Esquadra insisten en la importancia de presentar la denuncia de forma inmediata con el fin de activar los recursos necesarios.
En el año 2014 se creó la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desaparecidas, “un compromiso del cuerpo de Mossos de hace muchos años de trabajar con todas las víctimas, no sólo con las personas desaparecidas sino también con su entorno", manifestaba Buch. La oficina dispone de un teléfono de contacto para la atención a los familiares (937137137) y un correo electrónico (persones.desaparegudes@gencat.cat).
Desde el día 1 de abril de 2014 hasta el 1 de enero de 2020, los Mossos d’Esquadra han recibido un total de 21.186 denuncias por desaparición de personas. Y durante este periodo se han gestionado casi 7.050 llamadas a familiares y unidades instructores/de investigación para facilitar todo tipo de información relevante para los familiares.
Además, se han realizado 513 entrevistas presenciales con familiares de desaparecidos, la mayoría de éstas en el propio domicilio familiar.
![[Img #29711]](https://elfar.cat/upload/images/03_2020/8593_f.jpg)
“Lo más duro en todos estos años es la incertidumbre y el no saber”, reconoce Juan Bergua, padre de Cristina, la joven que desapareció el 9 de marzo de 1997 en Cornellà a la edad de 16 años. Ayer se cumplían 23 años desde que se la vio por última vez en la carretera de Esplugues. Y por este motivo volvía a realizarse un acto conmemorativo en su recuerdo, que se llevó a cabo en el monolito que su ciudad natal le tiene dedicado en la calle Miranda, y que reunió a un centenar de familiares, vecinos y amigos que quisieron arropar nuevamente a la familia.
Juan y su mujer Luisa, que mantienen la habitación de Cristina intacta como ella misma la dejó, siguen sin perder la esperanza de que el caso de su hija pueda resolverse algún día. “No podemos desfallecer, porque si pierdes la esperanza lo pierdes todo”, manifestaba a ELFAR.CAT este padre coraje. “Aunque cada vez te van fallando un poco más las fuerzas, nosotros luchamos por sobrevivir y por intentar que el caso de Cristina siga latente todavía”, apuntaba, tras insistir en que van a seguir luchando para saber del paradero de su hija “hasta que tengan vida”.
Lo que están viviendo desde que Cristina desapareció es “una lenta agonía”, en palabras del propio Juan. “Yo siempre digo que cuando una persona se muere te duele en el corazón, pero sabes dónde está. Nosotros, desgraciadamente, no tenemos derecho ni a tener duelo; y no podemos hacer un entierro puesto que no tenemos ningún cadáver”, lamenta.
Los Mossos d’Esquadra siguen trabajando en el caso de Cristina Bergua. “Aunque los resultados siguen siendo los mismos”, afirma Juan, quien agradece la implicación y el trabajo de la policía autonómica, así como el acompañamiento que durante todos estos años han recibido por parte del Ayuntamiento de Cornellà. “Se han volcado mucho con nosotros desde el primer día”, admite.
Entre los presentes en el acto de ayer se encontraban los periodistas Augusto Rey y Paco Lobatón. El primero de ellos, tras 50 años de profesión en TVE, reconocía sentirse “impresionado” por el “tesón y la esperanza” que mantienen familias como la de Cristina. Y les alentaba a que “no se apague la esperanza, porque es lo único que nos queda”.
Por su parte, Lobatón, conocido por su programa Quién sabe dónde?, aseguraba que desde la desaparición de Cristina siempre ha tenido una relación muy estrecha con Juan y Luisa. “Nos hemos mantenido unidos en el intento de saber, porque es el derecho a saber que tienen las familias”, decía tras admitir que “se trata de un trabajo duro porque existe una insensibilidad que domina algunas esferas del poder”.
Lobatón destacaba el “tesón formidable” de los padres de Cristina, y recordaba que fue en parte, gracias a ellos, que nació la fundación Inter-sos, para apoyar a las familias que como ellos estaban –y siguen- sufriendo una lenta y amarga agonía. Y no sólo eso. También consiguieron que hace 10 años el Congreso de los Diputados, por primera vez en la historia y de forma unánime, aprobara una declaración para que el 9 de marzo fuera declarado como el Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Parente, coincidiendo con la fecha en la que la joven de Cornellà fue vista por última vez.
“Se han conseguido muchas cosas desde entonces”, resaltaba Lobatón. “La última fue el pasado viernes, 6 de marzo, cuando las familias de desaparecidos estuvieron dentro del Congreso, en la sala Ernest Lluch, y allí pudieron tomar la palabra para decir, de viva voz, 20 de los principales puntos que contiene la Carta de Derechos y Demandas Urgentes, que es el resumen de las peticiones que son necesarias para que la realidad de las desapariciones no sea ignorada por los poderes ni por la sociedad, y para que se implementen medidas”, explicaba el periodista.
Lobatón remarcaba la importancia de que se reconozcan los derechos: el de ser buscado; que las familias estén informadas; que los dispositivos de búsqueda actúen inmediatamente; una mayor coordinación y dotación de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que se atienda a las familias en todo el impacto psicológico y que se haga una ley específica. “Necesitamos una ley que le dé una herramienta a las familias, con la que puedan trabajar los cuerpos de seguridad y con la que se pueda evitar que en un juzgado haya archivos como los que hay sistemáticamente”, señalaba.
Juan Bergua también reconoce que en estos 23 años se han conseguido avances. “Antes no había coordinación policial ni base de datos para unificar la denuncia, y carecíamos de unidades policiales especializadas en la búsqueda de personas desaparecidas sin causa aparente. Y también han quedado atrás aquellas 24 y 48 horas de espera para poder poner una denuncia o bien que tuvieras que escuchar la frase: siéntese que cuando podamos le atenderemos”, explicaba.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y mucho por mejorar, sobre todo en lo que respecta a los trámites para identificar los restos óseos que se encuentran. “El cotejo de ADN va muy lento y la búsqueda de las personas desaparecidas también. Así que pedimos al Congreso que tome conciencia de lo que está sucediendo y contraten a más personal”, insistía Juan Bergua.
El padre de Cristina ponía como ejemplo de esta lentitud el caso de Martos Borrayo Quintero, vecino de Santa Coloma de Cervelló, que desapareció en el municipio de Guixers (Lleida) el 4 de noviembre de 2017 mientras estaba buscando setas. “Hace unos meses encontraron algunos restos óseos y su documentación”, explicaba Juan. “Su familia pregunta cuándo le harán la prueba del ADN y la respuesta que reciben es que depende del juzgado y de que esto puede tardar un año o más. Y eso es incomprensible”, denunciaba.
Se trata de un caso parecido al de Ana Maria Martos Nieto, desaparecida en el año 2004 en Sant Feliu de Llobregat. Según Juan Bergua, encontraron sus restos en junio de 2013. “Hace siete años que la familia está esperando que le den los resultados del ADN y le entreguen los restos para darle un entierro digno como se merece”, aseguraba.
El padre de Cristina confía en que el nuevo gobierno central se ponga manos a la obra. “Esperamos que los ministerio de Interior y de Justicia se doten de más medios humanos para agilizar la búsqueda de las personas desaparecidas y los cotejos de ADN para que las familias podamos tener pronto noticias de nuestros seres queridos”, señalaba Juan. “Necesitamos saber para poder descansar”, concluía.
En el emotivo acto celebrado ayer, profesores de la Escola de Música de Cornellà interpretaron varias piezas, como el Cant dels Ocells, y se leyeron poemas en recuerdo de Cristina. Uno de ellos fue a cargo de Laura Verga Vera, prima de la joven desaparecida que nunca llegó a conocerla, pero que espera poder abrazarla algún día.
Una media de 365 desapariciones mensuales en Catalunya
Los Mossos d’Esquadra gestionaron en 2019 un total de 4.378 desapariciones, lo que supone una media de 365 al mes. En un 94% de los casos, la resolución se produce antes de los 30 días, según explicó ayer el conseller de Interior, Miquel Busch, durante el acto institucional que se celebró con motivo del 9-M. “Este acto es fruto de la moción aprobada el año pasado en el Parlament con el objetivo de mejorar la gestión de casos de personas desaparecidas y el acompañamiento y ayuda a sus familiares”, manifestaba.
Del total de desapariciones registradas durante el año pasado, un 35% corresponden a menores de entre 13 y 17 años (seis de cada diez eran mujeres) y un 5% a mayores de 65 años (siete de cada diez eran hombres). Analizando el perfil de las 2.528 personas adultas desaparecidas (entre 18 y 64 años), se constata que un 86% es reincidente y que un 63% padece algún tipo de enfermedad mental.
Precisamente, en el acto celebrado ayer en Cornellà en recuerdo de Cristina, se pudo sentir también el pesar de otra familia que está sufriendo la desaparición de un familiar con problemas de salud mental. Se trata de Óscar González, al que se le perdió la pista el 9 de julio de 2018 en Santa Colona de Gramenet. Son ya 19 meses sin saber de él. “Nunca imaginábamos que tendríamos que utilizar la palabra desaparecido para referirnos a un miembro de nuestra familia; y tampoco imaginábamos la enorme carga de incertidumbre y de dolor que esto trae consigo”, reconocía emocionada la sobrina de Óscar.
“Mi tío, por sus problemas de salud mental y por los demás problemas derivados de su enfermedad, es una persona muy vulnerable, y no tiene el necesario control de su voluntad para decidir desaparecer de un día para otro”, afirmaba. “Por eso, al hacer la denuncia ante los Mossos, ya dijimos que era una desaparición de alto riesgo”, reiteraba la joven, que concluía diciendo que “si todo ciudadano tiene derecho a ser buscado, tanto o más lo tienen las personas con problemas de salud mental”.
La mayoría retornan de manera voluntaria
La mayoría de personas se localizaron en el mismo lugar que habían desaparecido y habitualmente retornaron de manera voluntaria. Precisamente con respecto a los retornos voluntarios, un 72% de las personas que aparecieron lo hicieron durante los cuatro primeros días y un 86% la primera semana. Por sexos, las mujeres que volvieron voluntariamente son un 53,5% y los hombres un 43,5%. Por edades, el 58% de los jóvenes entre 11 y 20 años retornaron voluntariamente mientras que con respecto al resto de edades no llega al 40%.
Cuando se trata de localizaciones policiales, el 53% se hacen los primeros cuatro días y un 66% la primera semana. Desde el cuerpo de los Mossos d’Esquadra insisten en la importancia de presentar la denuncia de forma inmediata con el fin de activar los recursos necesarios.
En el año 2014 se creó la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desaparecidas, “un compromiso del cuerpo de Mossos de hace muchos años de trabajar con todas las víctimas, no sólo con las personas desaparecidas sino también con su entorno", manifestaba Buch. La oficina dispone de un teléfono de contacto para la atención a los familiares (937137137) y un correo electrónico (persones.desaparegudes@gencat.cat).
Desde el día 1 de abril de 2014 hasta el 1 de enero de 2020, los Mossos d’Esquadra han recibido un total de 21.186 denuncias por desaparición de personas. Y durante este periodo se han gestionado casi 7.050 llamadas a familiares y unidades instructores/de investigación para facilitar todo tipo de información relevante para los familiares.
Además, se han realizado 513 entrevistas presenciales con familiares de desaparecidos, la mayoría de éstas en el propio domicilio familiar.
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