OPINIÓN
No basta solo con restricciones
PILAR DÍAZ. Alcaldesa de Esplugues
Cuando era más pequeño, a mi hijo le encantaba un cuento protagonizado por un colibrí, uno de los pájaros más pequeños que existen en el mundo. Cuando su selva se incendió, él solo podía aportar una ínfima cantidad de agua en su pico diminuto. Un jaguar lo vio y le preguntó, burleta, que qué esperaba conseguir. “Yo hago todo lo que puedo”, contestó el pájaro. Siguiendo su ejemplo, todos los animales se pusieron a trabajar para extinguir el incendio y hasta la lluvia se sumó. Así que, por supuesto, lo consiguieron.
Se trata, claro está, de un cuento, pero el incendio podría ser la pandemia que vivimos actualmente, y podríamos jugar a las identidades entre cada uno de los animales de la selva. Incluso, con la lluvia.
Mientras escribo estas líneas, Esplugues muestra ya un riesgo de rebrote inferior a los 1.000 puntos. La cifra sigue asustando, aunque podemos sentirnos aliviados, porque días atrás se acercó peligrosamente a los 2.000. Fue entonces cuando desde el Ayuntamiento ofrecimos a CATSalut toda nuestra colaboración y un espacio municipal para realizar cribados masivos. Como el pequeño colibrí pensábamos que nuestra obligación era hacer todo lo que pudiéramos para agilizar la detección de positivos. Sabíamos que había personas que debían esperar más de 7 días para hacerse un PCR, y queríamos ayudar. La respuesta no fue aquella que esperábamos.
Cada persona de Esplugues sabe que ha de respetar la terna manos-distancia-mascarillas. Aceptamos con resignación el confinamiento perimetral de fin de semana, el cierre de bares y restaurantes (confiando en que puedan recuperarse cuando todo vuelva a la normalidad) o la suspensión de toda actividad social y cultural. A cambio, solo pedimos que todas las instituciones hagan todo lo que puedan.
Sin embargo, sin un rastreo adecuado de los casos positivos y sin un sistema ágil para descartar contagios o decretar rápidamente una cuarentena si es necesario, a esta silla le falta una pata y no tiene estabilidad. Podemos seguir haciendo equilibrios o hacer todo lo que podamos para detener la expansión del virus.
Cuando era más pequeño, a mi hijo le encantaba un cuento protagonizado por un colibrí, uno de los pájaros más pequeños que existen en el mundo. Cuando su selva se incendió, él solo podía aportar una ínfima cantidad de agua en su pico diminuto. Un jaguar lo vio y le preguntó, burleta, que qué esperaba conseguir. “Yo hago todo lo que puedo”, contestó el pájaro. Siguiendo su ejemplo, todos los animales se pusieron a trabajar para extinguir el incendio y hasta la lluvia se sumó. Así que, por supuesto, lo consiguieron.
Se trata, claro está, de un cuento, pero el incendio podría ser la pandemia que vivimos actualmente, y podríamos jugar a las identidades entre cada uno de los animales de la selva. Incluso, con la lluvia.
Mientras escribo estas líneas, Esplugues muestra ya un riesgo de rebrote inferior a los 1.000 puntos. La cifra sigue asustando, aunque podemos sentirnos aliviados, porque días atrás se acercó peligrosamente a los 2.000. Fue entonces cuando desde el Ayuntamiento ofrecimos a CATSalut toda nuestra colaboración y un espacio municipal para realizar cribados masivos. Como el pequeño colibrí pensábamos que nuestra obligación era hacer todo lo que pudiéramos para agilizar la detección de positivos. Sabíamos que había personas que debían esperar más de 7 días para hacerse un PCR, y queríamos ayudar. La respuesta no fue aquella que esperábamos.
Cada persona de Esplugues sabe que ha de respetar la terna manos-distancia-mascarillas. Aceptamos con resignación el confinamiento perimetral de fin de semana, el cierre de bares y restaurantes (confiando en que puedan recuperarse cuando todo vuelva a la normalidad) o la suspensión de toda actividad social y cultural. A cambio, solo pedimos que todas las instituciones hagan todo lo que puedan.
Sin embargo, sin un rastreo adecuado de los casos positivos y sin un sistema ágil para descartar contagios o decretar rápidamente una cuarentena si es necesario, a esta silla le falta una pata y no tiene estabilidad. Podemos seguir haciendo equilibrios o hacer todo lo que podamos para detener la expansión del virus.










Maria Lluïsa | Viernes, 06 de Noviembre de 2020 a las 21:15:36 horas
Que bonito
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