Nuestra esencia

Si hay una característica que hace que los seres humanos nos definamos como tales no es otra que nuestra forma de expresarnos, de manifestar nuestras emociones, de sentir.

El ser humano es un animal esencialmente cultural ante nuestra necesidad de compartir y relacionarnos con nuestro entorno. La creación nos define como especie y nuestro sedimento cultural es tan fundamental que no podríamos vivir, o lo haríamos sustancialmente peor, sin él.

La cultura es un bien esencial, es un tesoro humano que debemos cuidar. Si citamos a Oscar Wilde y su célebre “no es el arte quién imita a la vida, es la vida quién imita al arte”, las manifestaciones culturales siempre marcan un camino a seguir; nos muestran un trazo contundente de nuestro devenir individual y colectivo; siempre nos anticipa al sorprendernos, deshabilitarnos, interrogarnos.

La cultura es fundamental en la definición de nuestra personalidad como comunidad y, como expresión de ella y de los deseos individuales, debe estar en primera línea. Es esencial. Sin cultura nos perderíamos gran parte de nuestra belleza como seres humanos y rompería lazos de afecto colectivo que nos hacen crecer como sociedad.

Lo vivido durante la pandemia nos deja más claro que nunca que debemos situar la cultura en un lugar de honor. Debemos articular medidas y acciones de protección, debemos ser valientes y apostar por una cultura que siempre sabe adaptarse y que siempre resulta creativa, generosa y abierta. Y debemos cuidar de la industria cultural, de la que viven muchísimas familias.

Desde las administraciones locales, las que más cultura proponemos para nuestra ciudadanía, hemos tenido que adaptarnos, que buscar nuevas fórmulas para no detener esa transmisión cultural.

La cultura, en todas sus variadas y apasionantes manifestaciones (popular, tradicional, innovadora…), es una riqueza impagable, una ventana lúcida que nos define y nos eleva.

Sin cultura nos quedamos como un mero esbozo de lo que somos. Con ella adquirimos color, profundidad, emoción, complejidad, sensaciones, transpiramos como comunidad, sentimos y nos comunicamos. No estamos solos.

La cultura es nuestra esencia y debemos cuidarla, apostar por ella y dejarla volar.