OPINIÓN
Por los nuestros
PILAR DÍAZ. Alcaldesa de Esplugues
Solemos entrar en política por nuestras madres y nuestros padres, para cambiar las injusticias que les tocó vivir, y nos quedamos por nuestras hijas e hijos, para cambiar las que nos hemos encontrado y dejarles algo mejor. Pienso en esto después de 15 años al frente de la alcaldía de Esplugues y cuando alcanzamos justo el ecuador del mandato.
En mi caso, me di de alta en las juventudes socialistas a los 16 años. Seguro que tuvo que ver que en casa se hablaba mucho de política y que dos de mis abuelos habían sido represaliados. De hecho, uno de ellos se marchó de casa un día y nunca volvió. Eduardo Díaz, concejal en San Fernando, en Cádiz, fue fusilado en agosto de 1936.
Nos quedamos en política porque a lo largo de nuestra vida van germinando semillas que nos hacen pensar que las oportunidades deben estar al alcance de quien las necesite. Seguramente, no sabría lo importante que es una beca, cuando tienes ganas de estudiar, si a mí no me las hubieran concedido.
Seguramente, no sería feminista ni pondría mi foco en la necesidad de que mujeres y hombres tengan los mismos derechos y posibilidades sin todo lo que he compartido con las mujeres de mi familia con las de la carrera de ingeniería de telecomunicaciones –somos minoría en las aulas, no volveré a insistir- o en el mundo político.
Después de 15 años, mi ilusión y mi entusiasmo por trabajar para Esplugues se mantiene in crescendo. Después de los meses difíciles de pandemia, me hace más que feliz la perspectiva de poder estrenar un nuevo centro sociocultural y deportivo de Can Vidalet este otoño o, muy pronto, el nuevo espacio polivalente del Casal de Cultura Robert Brillas.
También, ver cómo se hacen realidad los proyectos de Montesa, Porta BCN y Can Clota, que vertebrarán nuestros barrios y permitirán que la gente joven no tenga que marcharse porque el precio de la vivienda es demasiado caro.
Y vuelvo otra vez a lo mismo. Entramos en política por el pasado, pero nos quedamos por el futuro. El acelerador del mundo aumenta sus revoluciones y en plena transformación digital, Esplugues ha de ser una referencia de políticas donde nadie se quede atrás, sin brechas. Esto es lo que me mueve.
Solemos entrar en política por nuestras madres y nuestros padres, para cambiar las injusticias que les tocó vivir, y nos quedamos por nuestras hijas e hijos, para cambiar las que nos hemos encontrado y dejarles algo mejor. Pienso en esto después de 15 años al frente de la alcaldía de Esplugues y cuando alcanzamos justo el ecuador del mandato.
En mi caso, me di de alta en las juventudes socialistas a los 16 años. Seguro que tuvo que ver que en casa se hablaba mucho de política y que dos de mis abuelos habían sido represaliados. De hecho, uno de ellos se marchó de casa un día y nunca volvió. Eduardo Díaz, concejal en San Fernando, en Cádiz, fue fusilado en agosto de 1936.
Nos quedamos en política porque a lo largo de nuestra vida van germinando semillas que nos hacen pensar que las oportunidades deben estar al alcance de quien las necesite. Seguramente, no sabría lo importante que es una beca, cuando tienes ganas de estudiar, si a mí no me las hubieran concedido.
Seguramente, no sería feminista ni pondría mi foco en la necesidad de que mujeres y hombres tengan los mismos derechos y posibilidades sin todo lo que he compartido con las mujeres de mi familia con las de la carrera de ingeniería de telecomunicaciones –somos minoría en las aulas, no volveré a insistir- o en el mundo político.
Después de 15 años, mi ilusión y mi entusiasmo por trabajar para Esplugues se mantiene in crescendo. Después de los meses difíciles de pandemia, me hace más que feliz la perspectiva de poder estrenar un nuevo centro sociocultural y deportivo de Can Vidalet este otoño o, muy pronto, el nuevo espacio polivalente del Casal de Cultura Robert Brillas.
También, ver cómo se hacen realidad los proyectos de Montesa, Porta BCN y Can Clota, que vertebrarán nuestros barrios y permitirán que la gente joven no tenga que marcharse porque el precio de la vivienda es demasiado caro.
Y vuelvo otra vez a lo mismo. Entramos en política por el pasado, pero nos quedamos por el futuro. El acelerador del mundo aumenta sus revoluciones y en plena transformación digital, Esplugues ha de ser una referencia de políticas donde nadie se quede atrás, sin brechas. Esto es lo que me mueve.
Jordi | Miércoles, 11 de Agosto de 2021 a las 17:36:57 horas
Pues en su caso Sra Alcaldesa les deja a sus hijos, un desastre ecológico en Esplugues, sin parangón en ningun municipio del Baix Llobregat, como la barbarie y el genocidio que han hecho en la Porta Barcelona, vergüenza sentirán sus hijos cuando sepan que su madre autorizo esa barbarie en la naturaleza
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