Queremos ser libres

¿Podemos hablar de democracia, cuando la mitad de la población ha vivido o vive con miedo y cuando las mujeres se ven privadas de su libertad? Según la Macroencuesta del 2019, 1 de cada 2 mujeres ha sufrido violencia por ser mujer.

El patriarcado, a lo largo de la historia, ha dotado a la violencia machista de múltiples caras, que en ocasiones tienen apariencias difíciles de poner al descubierto. El asesinato machista solo es la punta de un iceberg.

El feminismo requiere de los hombres y de las mujeres en la construcción de una sociedad libre de machismo: no podemos mirar para otro lado, toda la sociedad ha de sentirse corresponsable en la lucha contra la violencia machista en todas sus formas; urge ponerla al descubierto, desenmascararla y plantarle cara. Conseguir la igualdad efectiva entre hombres y mujeres debe ser una prioridad política y social.

Necesitamos nuevos modelos de masculinidad, hombres corresponsables en la lucha contra la mercantilización del cuerpo de las mujeres, que se posicionen en contra de la pornografía y abolicionistas de la prostitución.

Los partidos políticos que niegan la violencia machista que sufrimos las mujeres nos están negando nuestra libertad, y a vez niegan la posibilidad de que todos y todas vivamos en una democracia real, en una sociedad justa.

Solamente una democracia libre de violencia machista, puede considerarse una democracia plena. Ni una  menos. Nos queremos vivas.