OPINIÓN
Diseñando una ciudad para el futuro
ENRIC LLORCA. Alcalde de Sant Andreu de la Barca
Preparar las ciudades para el futuro, avanzarnos a las necesidades de los ciudadanos, pensar en cuáles serán sus prioridades, cómo se desplazarán o qué servicios requerirán. Ese es precisamente el trabajo de los dirigentes de las ciudades. Y pensar el futuro a largo plazo no siempre resulta sencillo porque tenemos que avanzarnos, imaginar cómo van a cambiar los hábitos de los vecinos y qué necesidades van a tener. De lo que estamos seguros es que queremos unas ciudades sostenibles, amables con el medio ambiente, con espacios para compartir y para favorecer la relación de las personas.
Con esta finalidad en Sant Andreu de la Barca apostamos, entre otras cosas, por las energías limpias y renovables, por un modelo de ciudad en el que la sostenibilidad es un eje fundamental para hacer una ciudad más saludable para nuestros vecinos.
El mes pasado pusimos en marcha la primera fotolinera de la ciudad, que sirve para cargar coches eléctricos y que se autoabastece con energía solar, y durante este mes se están instalando tres puntos de recargas para vehículos eléctricos. La primera pregunta que podemos hacernos es: ¿cuántos vehículos de estas características hay en una ciudad como la nuestra? La respuesta no nos sorprenderá: pocos y de hecho la mayor parte de ellos están en la flota del Ayuntamiento. Pero quizá si esa hubiera sido la reflexión de las personas que idearon las carreteras en una época en la que no había tantos coches y en la que los ciudadanos no tenían tantas necesidades de desplazarse, o de los dirigentes que diseñaron las redes de transporte público antes que se disparase la demanda, no tendríamos las ciudades que actualmente tenemos.
Avanzarnos a las necesidades de los ciudadanos es la responsabilidad de los dirigentes políticos, que tenemos que contribuir a crear ciudades que garanticen el bienestar, la sanidad y la educación de las personas y que se desarrollen con un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente, incluyendo energías renovables y huertos urbanos que posibiliten ciudades duraderas y sostenibles.
Imaginar una ciudad a largo plazo no es sencillo pero es la responsabilidad del presente para hacer realidad una ciudad mejor para el futuro.
Preparar las ciudades para el futuro, avanzarnos a las necesidades de los ciudadanos, pensar en cuáles serán sus prioridades, cómo se desplazarán o qué servicios requerirán. Ese es precisamente el trabajo de los dirigentes de las ciudades. Y pensar el futuro a largo plazo no siempre resulta sencillo porque tenemos que avanzarnos, imaginar cómo van a cambiar los hábitos de los vecinos y qué necesidades van a tener. De lo que estamos seguros es que queremos unas ciudades sostenibles, amables con el medio ambiente, con espacios para compartir y para favorecer la relación de las personas.
Con esta finalidad en Sant Andreu de la Barca apostamos, entre otras cosas, por las energías limpias y renovables, por un modelo de ciudad en el que la sostenibilidad es un eje fundamental para hacer una ciudad más saludable para nuestros vecinos.
El mes pasado pusimos en marcha la primera fotolinera de la ciudad, que sirve para cargar coches eléctricos y que se autoabastece con energía solar, y durante este mes se están instalando tres puntos de recargas para vehículos eléctricos. La primera pregunta que podemos hacernos es: ¿cuántos vehículos de estas características hay en una ciudad como la nuestra? La respuesta no nos sorprenderá: pocos y de hecho la mayor parte de ellos están en la flota del Ayuntamiento. Pero quizá si esa hubiera sido la reflexión de las personas que idearon las carreteras en una época en la que no había tantos coches y en la que los ciudadanos no tenían tantas necesidades de desplazarse, o de los dirigentes que diseñaron las redes de transporte público antes que se disparase la demanda, no tendríamos las ciudades que actualmente tenemos.
Avanzarnos a las necesidades de los ciudadanos es la responsabilidad de los dirigentes políticos, que tenemos que contribuir a crear ciudades que garanticen el bienestar, la sanidad y la educación de las personas y que se desarrollen con un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente, incluyendo energías renovables y huertos urbanos que posibiliten ciudades duraderas y sostenibles.
Imaginar una ciudad a largo plazo no es sencillo pero es la responsabilidad del presente para hacer realidad una ciudad mejor para el futuro.
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