ÀREA METROPOLITANA
El AMB plantea un centenar de medidas para mejorar la movilidad hasta 2024
Tendrán un coste de 1.354 millones y prevén reducir las emisiones de CO2 hasta un 7% • Una de las propuestas consiste en reconvertir los peajes en tasas contra la contaminación
![[Img #24473]](https://elfar.cat/upload/images/03_2019/4570_a.jpg)
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) presentó el miércoles el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU) 2019-2024, que recoge 102 medidas para mejorar la movilidad en la metrópolis. El coste estimado de las actuaciones es de 10.276 millones de euros, de los cuales 8.922 millones serán para infraestructuras y 1.354 millones para las acciones concretas. El objetivo es que el ente metropolitano asuma el 27% (369,9 millones de euros); y el resto correrá a cargo de otras administraciones en función de sus competencias, como son los ayuntamientos, la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Estado.
El plan, elaborado en colaboración con los 36 ayuntamientos, expertos y entidades, se aprobará previsiblemente la próxima semana en el Consejo Metropolitano y busca conseguir un modelo de movilidad que sea “saludable, sostenible, eficiente y equitativa”. Sus objetivos están alineados con los establecidos en el Plan Clima y Energía 2030 del AMB y con acuerdos internacionales como el de París del año 2015 o los Objetivos de Desarrrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Con las acciones planteadas, el PMMU pretende reducir un 5% y un 7% el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, respectivamente, y un 30% las de dióxido de nitrógeno. “La reducción de los principales contaminantes locales mejorará la calidad del aire de la metrópolis y prevé reducir en un 50% la población expuesta a un aire de pobre calidad”, apuntan desde el AMB. Por otra parte, en términos de mortalidad asociada a la exposición a los niveles de inmisión de dióxido de nitrógeno, el escenario propuesto reduce un 10% la mortalidad anual.
Principales actuaciones
El documento agrupa 102 medidas relacionadas con el transporte público; la red viaria; la intermodalidad en transporte público; la implantación de zonas de bajas emisiones; el aparcamiento; la distribución de mercancías; la tarificación viaria, el uso de la bicicleta o los vehículos de bajas emisiones.
Sin duda, una de las actuaciones más destacadas del plan consistiría en reconvertir los peajes de concesión que han de vencer en los próximos años hacia una tasa de congestión y contaminación para los vehículos privados. Aunque el PMMU no concreta cómo se llevaría a cabo la medida, desde el AMB resaltan que este nuevo modelo tendría que ser consensuado con las administraciones competentes.
Así mismo, también contempla seguir implantando, con la colaboración de los ayuntamientos metropolitanos, las zonas de bajas emisiones locales a través de la limitación del acceso de determinados vehículos o con la ejecución de “manzanas ambientales” o “zonas pacificadas”.
Otras de las apuestas pasan por completar el despliegue de la red de bus metropolitano de altas prestaciones; el impulso de los servicios de transporte a la demanda; mejorar el transporte público de la segunda corona metropolitana y los servicios en período nocturno; favorecer el acceso sostenible a los polígonos industriales; establecer una red viaria prioritaria para los servicios de bus o mejorar la intermodalidad entre distintos medios de transporte. En este último punto, se prevé el desarrollo de un plan de intercambiadores de bus metropolitano y la ampliación del número de aparcamientos Park & Ride. Actualmente, hay tres en servicio (Castelldefels, Sant Joan Despí y Sant Just) y la previsión es habilitar otros seis más.
Además, se extenderán los espacios regulados de aparcamiento en superficie en todo el ámbito metropolitano, se regulará el estacionamiento de vehículos de distribución urbana de mercancías a través de un app y se promoverá la distribución nocturna. Y respecto a la bicicleta, se aboga por seguir desplegando la red Bicivia y los aparcamientos seguros; extender el E-Bicibox y facilitar la intermodalidad con el transporte público.
Por último, el AMB sigue con su apuesta por renovar la flota metropolitana de autobuses. Este 2019, se han incorporado más de 128 nuevos vehículos de bajas emisiones, entre híbridos y eléctricos; y de cara a los dos próximos años, el organismo tiene previsto adquirir otros 375 más.
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El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) presentó el miércoles el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU) 2019-2024, que recoge 102 medidas para mejorar la movilidad en la metrópolis. El coste estimado de las actuaciones es de 10.276 millones de euros, de los cuales 8.922 millones serán para infraestructuras y 1.354 millones para las acciones concretas. El objetivo es que el ente metropolitano asuma el 27% (369,9 millones de euros); y el resto correrá a cargo de otras administraciones en función de sus competencias, como son los ayuntamientos, la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Estado.
El plan, elaborado en colaboración con los 36 ayuntamientos, expertos y entidades, se aprobará previsiblemente la próxima semana en el Consejo Metropolitano y busca conseguir un modelo de movilidad que sea “saludable, sostenible, eficiente y equitativa”. Sus objetivos están alineados con los establecidos en el Plan Clima y Energía 2030 del AMB y con acuerdos internacionales como el de París del año 2015 o los Objetivos de Desarrrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Con las acciones planteadas, el PMMU pretende reducir un 5% y un 7% el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, respectivamente, y un 30% las de dióxido de nitrógeno. “La reducción de los principales contaminantes locales mejorará la calidad del aire de la metrópolis y prevé reducir en un 50% la población expuesta a un aire de pobre calidad”, apuntan desde el AMB. Por otra parte, en términos de mortalidad asociada a la exposición a los niveles de inmisión de dióxido de nitrógeno, el escenario propuesto reduce un 10% la mortalidad anual.
Principales actuaciones
El documento agrupa 102 medidas relacionadas con el transporte público; la red viaria; la intermodalidad en transporte público; la implantación de zonas de bajas emisiones; el aparcamiento; la distribución de mercancías; la tarificación viaria, el uso de la bicicleta o los vehículos de bajas emisiones.
Sin duda, una de las actuaciones más destacadas del plan consistiría en reconvertir los peajes de concesión que han de vencer en los próximos años hacia una tasa de congestión y contaminación para los vehículos privados. Aunque el PMMU no concreta cómo se llevaría a cabo la medida, desde el AMB resaltan que este nuevo modelo tendría que ser consensuado con las administraciones competentes.
Así mismo, también contempla seguir implantando, con la colaboración de los ayuntamientos metropolitanos, las zonas de bajas emisiones locales a través de la limitación del acceso de determinados vehículos o con la ejecución de “manzanas ambientales” o “zonas pacificadas”.
Otras de las apuestas pasan por completar el despliegue de la red de bus metropolitano de altas prestaciones; el impulso de los servicios de transporte a la demanda; mejorar el transporte público de la segunda corona metropolitana y los servicios en período nocturno; favorecer el acceso sostenible a los polígonos industriales; establecer una red viaria prioritaria para los servicios de bus o mejorar la intermodalidad entre distintos medios de transporte. En este último punto, se prevé el desarrollo de un plan de intercambiadores de bus metropolitano y la ampliación del número de aparcamientos Park & Ride. Actualmente, hay tres en servicio (Castelldefels, Sant Joan Despí y Sant Just) y la previsión es habilitar otros seis más.
Además, se extenderán los espacios regulados de aparcamiento en superficie en todo el ámbito metropolitano, se regulará el estacionamiento de vehículos de distribución urbana de mercancías a través de un app y se promoverá la distribución nocturna. Y respecto a la bicicleta, se aboga por seguir desplegando la red Bicivia y los aparcamientos seguros; extender el E-Bicibox y facilitar la intermodalidad con el transporte público.
Por último, el AMB sigue con su apuesta por renovar la flota metropolitana de autobuses. Este 2019, se han incorporado más de 128 nuevos vehículos de bajas emisiones, entre híbridos y eléctricos; y de cara a los dos próximos años, el organismo tiene previsto adquirir otros 375 más.




























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