OPINIÓN
Avanzar o retroceder
RAQUEL SÁNCHEZ. Alcaldesa de Gavà
28 de abril y 26 de mayo. Dos citas consecutivas de gran importancia. Dos elecciones diferentes -generales y municipales- pero con una alternativa común: avanzar o retroceder, ese es el dilema.
Avanzar para que en nuestro país y nuestras ciudades quepan todos y nadie se sienta excluido. O retroceder y quedarnos en la crispación, la división y la confrontación estéril. Yo elijo seguir trabajando por garantizar la cohesión, preservar la convivencia y priorizar el diálogo y el acuerdo. Esas son las políticas que ha practicado el gobierno de Pedro Sánchez y las que representamos los ayuntamientos liderados por los socialistas.
Avanzar para generar oportunidades y que nadie se quede atrás, a favor de las clases trabajadoras y de la redistribución de la riqueza. O retroceder con aquellos que sólo entienden de privilegios y de élites, y plantean propuestas tan inaceptables como la rebaja de las pensiones o la reducción del salario mínimo. Mi opción es clara, los valores del progreso, la justicia, la igualdad y los derechos sociales.
Avanzar desde el inconformismo capaz de generar nuevas ideas y proyectos realizables. O retroceder hacia un populismo alejado de la realidad y sin la experiencia y la capacidad necesarias para conseguir resultados tangibles. Mi elección es la de la ambición que sabe dotarse de rigor, responsabilidad y trabajo para alcanzar las metas.
Avanzar desde un catalanismo integrador que respeta las leyes democráticas y apuesta por el fortalecimiento del autogobierno. O retroceder con quienes debilitan nuestras instituciones y dejan a Catalunya sin gobierno, sin decisiones, sin presupuestos, sin prestaciones esenciales. Yo reclamo poner la Generalitat al servicio de la pluralidad, del diálogo real y de las necesidades de la gente.
Avanzar con gobiernos honestos y abiertos. O retroceder a quienes hicieron de la corrupción y la opacidad su manera de entender la política. Mi opción es la que llevamos a cabo en nuestros ayuntamientos y que pasa por la participación ciudadana y la transparencia. Esa es la nueva buena política, y no tiene marcha atrás.
Está en nuestras manos hacer posible una España moderna, optimista, que sea referente en Europa y haga bandera del feminismo, del compromiso con el medio ambiente y de los valores que marcan la agenda del futuro. Y dejar atrás la España rancia, machista y gris de hace décadas y a la que algunos pretenden regresar.
Para ello se necesita una mayoría clara que nos permita seguir trabajando para hacer nuestros sueños realidad. No dejemos pasar la oportunidad.
28 de abril y 26 de mayo. Dos citas consecutivas de gran importancia. Dos elecciones diferentes -generales y municipales- pero con una alternativa común: avanzar o retroceder, ese es el dilema.
Avanzar para que en nuestro país y nuestras ciudades quepan todos y nadie se sienta excluido. O retroceder y quedarnos en la crispación, la división y la confrontación estéril. Yo elijo seguir trabajando por garantizar la cohesión, preservar la convivencia y priorizar el diálogo y el acuerdo. Esas son las políticas que ha practicado el gobierno de Pedro Sánchez y las que representamos los ayuntamientos liderados por los socialistas.
Avanzar para generar oportunidades y que nadie se quede atrás, a favor de las clases trabajadoras y de la redistribución de la riqueza. O retroceder con aquellos que sólo entienden de privilegios y de élites, y plantean propuestas tan inaceptables como la rebaja de las pensiones o la reducción del salario mínimo. Mi opción es clara, los valores del progreso, la justicia, la igualdad y los derechos sociales.
Avanzar desde el inconformismo capaz de generar nuevas ideas y proyectos realizables. O retroceder hacia un populismo alejado de la realidad y sin la experiencia y la capacidad necesarias para conseguir resultados tangibles. Mi elección es la de la ambición que sabe dotarse de rigor, responsabilidad y trabajo para alcanzar las metas.
Avanzar desde un catalanismo integrador que respeta las leyes democráticas y apuesta por el fortalecimiento del autogobierno. O retroceder con quienes debilitan nuestras instituciones y dejan a Catalunya sin gobierno, sin decisiones, sin presupuestos, sin prestaciones esenciales. Yo reclamo poner la Generalitat al servicio de la pluralidad, del diálogo real y de las necesidades de la gente.
Avanzar con gobiernos honestos y abiertos. O retroceder a quienes hicieron de la corrupción y la opacidad su manera de entender la política. Mi opción es la que llevamos a cabo en nuestros ayuntamientos y que pasa por la participación ciudadana y la transparencia. Esa es la nueva buena política, y no tiene marcha atrás.
Está en nuestras manos hacer posible una España moderna, optimista, que sea referente en Europa y haga bandera del feminismo, del compromiso con el medio ambiente y de los valores que marcan la agenda del futuro. Y dejar atrás la España rancia, machista y gris de hace décadas y a la que algunos pretenden regresar.
Para ello se necesita una mayoría clara que nos permita seguir trabajando para hacer nuestros sueños realidad. No dejemos pasar la oportunidad.
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