COMARCA
El Baix Llobregat, en alerta ante los posibles incendios forestales
Aunque las temperaturas aún no han sido muy elevadas y durante junio ha llovido de forma sostenida, todo está preparado para luchar contra el enemigo de nuestros bosques
![[Img #25841]](https://elfar.cat/upload/images/06_2019/7362_a.jpg)
Tras un invierno muy seco, y con escasas precipitaciones, los Bombers de la Generalitat se mostraban preocupados por el inicio de la campaña forestal en el Baix Llobregat, un territorio con abundante vegetación y un gran número de urbanizaciones. “Sin embargo, las últimas lluvias del mes de junio, que han caído de forma sostenida, nos han dado más margen para retrasar un poco la campaña y estar más tranquilos de cara a la verbena de Sant Joan”, asegura a EL FAR.CAT el subinspector Josep Morales, jefe de la Unidad Territorial de la Región de Emergencias Metropolitana Sur.
No obstante, hay que estar atentos porque las previsiones apuntan a una subida de las temperaturas, por lo que en breve una sola chispa puede arrasar con muchas hectáreas forestales. Bien es cierto que el fuego ha dado una tregua en los últimos años, y lejos han quedado los episodios negros de 1982 y 1994, con unas 4.000 hectáreas calcinadas, a causa sobre todo de los grandes incendios declarados en La Morella (Macizo del Garraf) y de Montserrat, respectivamente. Aunque también cabe recordar el que tuvo lugar en julio de 2005 en los términos municipales de Viladecans y Sant Boi, que se saldó con 60 hectáreas de masa forestal quemadas. Este año, desde enero a mayo se han producido 13 incendios en el territorio, aunque de escasa importancia. Aún así, no hay que bajar la guardia porque cerca de la mitad de los que se producen en Catalunya se inician en los meses de julio y agosto. En 2018, el Baix Llobregrat perdió un total de 10,3 hectáreas forestales debido a los 25 incendios ocasionados. Con este registro, fue la primera comarca catalana en número de incendios y la cuarta en cantidad de hectáreas calcinadas, sólo superada por el Alt Empordà, la Noguera y el Segrià.
“El riesgo de incendios en la comarca es muy simular al de toda la parte sur de Catalunya, donde la sequedad es más relevante”, explica Morales. “Además, el hecho de que exista un gran número de urbanizaciones en medio del bosque añade un punto más de dificultad para la gestión de nuestro trabajo, ya que hay que controlar inmediatamente el fuego por las consecuencias negativas que pueda tener su propagación”, añade. Por eso, recuerda la importancia de que tanto los ayuntamientos como los propietarios se impliquen en la creación de las franjas perimetrales, “una labor muy necesaria y que ha de hacerse siempre”, apunta. “Los consistorios han de procurar que esto sea así”, insiste el subinspector.
Ante este escenario de complejidad, los parques de bomberos de Cornellà, Gavà, Martorell, El Prat, Sant Boi, Sant Feliu y L’Hospitalet se han reforzado este año con 42 auxiliares de oficio forestal. Todos ellos engrosarán, hasta mediados de septiembre, las plantillas habituales, formadas por unos 54 profesionales en toda la Región de Emergencias Metropolitana Sur.
Además, los efectivos de la Generalitat cuentan con la ayuda de los voluntarios reunidos en las llamadas Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF). Estas asociaciones, formadas por propietarios forestales y los ayuntamientos de los municipios de su ámbito territorial, llevan años luchando contra los incendios y trabajando en la prevención.
En la comarca del Baix Llobregat existen once ADF. La que cubre una mayor superficie (más de 10.000 metros cuadrados) es la de Puig Vicenç, que desde 1987 coordina a las ADF de los diferentes municipios que engloba: Begues, Collbató, Sant Boi, Santa Coloma de Cervelló, Sant Vicenç dels Horts, Torrelles, Vallirana y La Palma.
Las otras diez agrupaciones que hay en la comarca son: Massís de l’Ordal (Corbera, Sant Andreu de la Barca, Castellví de Rosanes y Gelida); Olesa-Esparreguera; El Roure (Sant Esteve Sesrovires, Abrera y Ulastrell); Gavà; Sant Ramon (Viladecans y Sant Climent); Puigmadrona-Olorda (Molins de Rei y El Papiol); Collbató; Sant Feliu, Castelldefels y Pallejà.
En los últimos meses, efectivos del cuerpo de Bombers de la Generalitat han protagonizado diferentes manifestaciones para exigir mejoras laborales. “Venimos de un periodo de muy baja inversión, y tanto nuestra plantilla, como el material y los vehículos están envejecidos”, asegura Morales. Tras los recientes acuerdos alcanzados con la Generalitat “las perspectivas de futuro son buenas”, dice el subinspector, aunque es consciente de que “aún tardemos tiempo en tenerlo todo a punto, ya que pese a que las licitaciones ya están en marcha, hasta los próximos años no veremos las mejoras”. Morales reconoce que “el personal está cansando de hacer horas de más, y de que su nivel de implicación sea superior al normal, lo que les hace acabar agotados”.
Plan de Vigilancia de la Diputación de Barcelona
Por su parte, la Diputación de Barcelona, en colaboración con los ayuntamientos, consejos comarcales y ADF, ha puesto en marcha un año más el Plan de Información y Vigilancia (PVI) contra incendios forestales, con el objetivo de cubrir las 500.000 hectáreas de bosques de la demarcación. El plan, que estará activo hasta el 30 de agosto, cuenta con un presupuesto global de 2,27 millones de euros e incluye acciones de información y disuasión, especialmente en puntos concretos donde se concentra la población usuaria de las zonas forestales, sin olvidar la vigilancia en aquellas áreas más sensibles, especialmente en los territorios incluidos dentro de la Xarxa de Parcs Naturals.
En esta edición, los medios humanos del PVI lo constituyen 259 personas, de las cuales 38 son vigilantes situados en 18 puntos fijos, 182 informadores con vehículo para recorrer un total de 91 rutas, 33 operadores de telecomunicaciones y seis responsables de control.
El conjunto de la demarcación se divide en tres sectores de prevención, que engloban el equivalente a tres o cuatro comarcas, y en cada uno de los cuales hay centros de control ubicados en los parques de bomberos, como el de Sant Boi. En ellos hay un operador que está permanentemente en contacto con las diferentes unidades móviles de información y con los puntos de vigilancia fija, como el que está situado en la Desfeta, en Gavà.
El organismo provincial también lleva a cabo otro tipo de medidas de prevención a lo largo del año, con programas como los de la limpieza de franjas perimetrales de vegetación en núcleos de población y urbanizaciones.
![[Img #25841]](https://elfar.cat/upload/images/06_2019/7362_a.jpg)
Tras un invierno muy seco, y con escasas precipitaciones, los Bombers de la Generalitat se mostraban preocupados por el inicio de la campaña forestal en el Baix Llobregat, un territorio con abundante vegetación y un gran número de urbanizaciones. “Sin embargo, las últimas lluvias del mes de junio, que han caído de forma sostenida, nos han dado más margen para retrasar un poco la campaña y estar más tranquilos de cara a la verbena de Sant Joan”, asegura a EL FAR.CAT el subinspector Josep Morales, jefe de la Unidad Territorial de la Región de Emergencias Metropolitana Sur.
No obstante, hay que estar atentos porque las previsiones apuntan a una subida de las temperaturas, por lo que en breve una sola chispa puede arrasar con muchas hectáreas forestales. Bien es cierto que el fuego ha dado una tregua en los últimos años, y lejos han quedado los episodios negros de 1982 y 1994, con unas 4.000 hectáreas calcinadas, a causa sobre todo de los grandes incendios declarados en La Morella (Macizo del Garraf) y de Montserrat, respectivamente. Aunque también cabe recordar el que tuvo lugar en julio de 2005 en los términos municipales de Viladecans y Sant Boi, que se saldó con 60 hectáreas de masa forestal quemadas. Este año, desde enero a mayo se han producido 13 incendios en el territorio, aunque de escasa importancia. Aún así, no hay que bajar la guardia porque cerca de la mitad de los que se producen en Catalunya se inician en los meses de julio y agosto. En 2018, el Baix Llobregrat perdió un total de 10,3 hectáreas forestales debido a los 25 incendios ocasionados. Con este registro, fue la primera comarca catalana en número de incendios y la cuarta en cantidad de hectáreas calcinadas, sólo superada por el Alt Empordà, la Noguera y el Segrià.
“El riesgo de incendios en la comarca es muy simular al de toda la parte sur de Catalunya, donde la sequedad es más relevante”, explica Morales. “Además, el hecho de que exista un gran número de urbanizaciones en medio del bosque añade un punto más de dificultad para la gestión de nuestro trabajo, ya que hay que controlar inmediatamente el fuego por las consecuencias negativas que pueda tener su propagación”, añade. Por eso, recuerda la importancia de que tanto los ayuntamientos como los propietarios se impliquen en la creación de las franjas perimetrales, “una labor muy necesaria y que ha de hacerse siempre”, apunta. “Los consistorios han de procurar que esto sea así”, insiste el subinspector.
Ante este escenario de complejidad, los parques de bomberos de Cornellà, Gavà, Martorell, El Prat, Sant Boi, Sant Feliu y L’Hospitalet se han reforzado este año con 42 auxiliares de oficio forestal. Todos ellos engrosarán, hasta mediados de septiembre, las plantillas habituales, formadas por unos 54 profesionales en toda la Región de Emergencias Metropolitana Sur.
Además, los efectivos de la Generalitat cuentan con la ayuda de los voluntarios reunidos en las llamadas Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF). Estas asociaciones, formadas por propietarios forestales y los ayuntamientos de los municipios de su ámbito territorial, llevan años luchando contra los incendios y trabajando en la prevención.
En la comarca del Baix Llobregat existen once ADF. La que cubre una mayor superficie (más de 10.000 metros cuadrados) es la de Puig Vicenç, que desde 1987 coordina a las ADF de los diferentes municipios que engloba: Begues, Collbató, Sant Boi, Santa Coloma de Cervelló, Sant Vicenç dels Horts, Torrelles, Vallirana y La Palma.
Las otras diez agrupaciones que hay en la comarca son: Massís de l’Ordal (Corbera, Sant Andreu de la Barca, Castellví de Rosanes y Gelida); Olesa-Esparreguera; El Roure (Sant Esteve Sesrovires, Abrera y Ulastrell); Gavà; Sant Ramon (Viladecans y Sant Climent); Puigmadrona-Olorda (Molins de Rei y El Papiol); Collbató; Sant Feliu, Castelldefels y Pallejà.
En los últimos meses, efectivos del cuerpo de Bombers de la Generalitat han protagonizado diferentes manifestaciones para exigir mejoras laborales. “Venimos de un periodo de muy baja inversión, y tanto nuestra plantilla, como el material y los vehículos están envejecidos”, asegura Morales. Tras los recientes acuerdos alcanzados con la Generalitat “las perspectivas de futuro son buenas”, dice el subinspector, aunque es consciente de que “aún tardemos tiempo en tenerlo todo a punto, ya que pese a que las licitaciones ya están en marcha, hasta los próximos años no veremos las mejoras”. Morales reconoce que “el personal está cansando de hacer horas de más, y de que su nivel de implicación sea superior al normal, lo que les hace acabar agotados”.
Plan de Vigilancia de la Diputación de Barcelona
Por su parte, la Diputación de Barcelona, en colaboración con los ayuntamientos, consejos comarcales y ADF, ha puesto en marcha un año más el Plan de Información y Vigilancia (PVI) contra incendios forestales, con el objetivo de cubrir las 500.000 hectáreas de bosques de la demarcación. El plan, que estará activo hasta el 30 de agosto, cuenta con un presupuesto global de 2,27 millones de euros e incluye acciones de información y disuasión, especialmente en puntos concretos donde se concentra la población usuaria de las zonas forestales, sin olvidar la vigilancia en aquellas áreas más sensibles, especialmente en los territorios incluidos dentro de la Xarxa de Parcs Naturals.
En esta edición, los medios humanos del PVI lo constituyen 259 personas, de las cuales 38 son vigilantes situados en 18 puntos fijos, 182 informadores con vehículo para recorrer un total de 91 rutas, 33 operadores de telecomunicaciones y seis responsables de control.
El conjunto de la demarcación se divide en tres sectores de prevención, que engloban el equivalente a tres o cuatro comarcas, y en cada uno de los cuales hay centros de control ubicados en los parques de bomberos, como el de Sant Boi. En ellos hay un operador que está permanentemente en contacto con las diferentes unidades móviles de información y con los puntos de vigilancia fija, como el que está situado en la Desfeta, en Gavà.
El organismo provincial también lleva a cabo otro tipo de medidas de prevención a lo largo del año, con programas como los de la limpieza de franjas perimetrales de vegetación en núcleos de población y urbanizaciones.































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