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Martes, 23 de Julio de 2019
OPINIÓN

25 años sin Juan García-Nieto o la necesidad de seguir tejiendo Utopías

BENIGNO MARTÍNEZ. Amigo de Juan García-Nieto y miembro de CCOO, de ICV, de Cristianos por el Socialismo y de la Comunidad Cristiana Joan García-Nieto de Cornellà

[Img #26383]Hoy martes, día 23 de julio, hace 25 años que nos dejó Juan García–Nieto, Joan, el Nepo, o el Pope. Nos dejó sin despedirse, para hacer más dolorosa su marcha, su partida.

 

El corazón es como el motor que nos permite ir a los distintos lugares. El motor de Joan ese día pudo llevarlo a las ocho de la mañana hasta la Parroquia del Pilar de Sant Ildefons, donde, como cada día, diría la misa a “sus viejitas” como él decía. Ese motor, ese 23 de julio del 94, se negó a llevarlo a ningún otro sitio. A mitad de la misa se paró y aunque su boca y sus manos estaban dispuestas para el ritual repetido una y mil veces, este día el cerebro, al pararse su corazón, se negó a mandar las órdenes correspondientes a sus miembros. A muchos se nos heló el corazón al conocer la noticia.

 

Saber cuáles han sido las preocupaciones o incluso los intereses de una persona en un momento determinado de su vida o en su muerte es posible repasando su trayectoria y conociendo su dedicación. La de Juan es fácil. A pesar de tener un motor tan débil, había unas cuantas materias a las que dedicaba una parte importante de su cotidianidad.

 

Juan era un jesuita, un sacerdote con una opción clara y transparente. Como tal su misión eran los pobres, los excluidos, los enfermos, los parados, … Alimentaba a la niña de sus ojos: La Comunidad Cristiana de Santa María (hoy Comunidad Joan García-Nieto). Este año celebramos nuestro 50 aniversario y se siente heredera de Joan. Participa en proyectos sociales como Acció Solidària Contra l’Atur o el proyecto en El Salvador, que asegura el transporte a jóvenes para que puedan desplazarse diariamente a la escuela.

 

Juan fue uno de los creadores, junto con Alfonso Carlos Comín, de Cristianos por el Socialismo. En los setenta fue un instrumento importante, clave para impulsar el diálogo marxismo-cristianismo, clave también para que los cristianos pudieran entrar a militar en organizaciones marxistas y/o en organizaciones sindicales de clase. CpS fue un acicate para la superación del cristianismo de cruzada que había imperado en la España de antes del Concilio Vaticano II.

 

A partir del 85, Juan fue una de los primeras personas con compromiso político y sindical que se vuelca a favor de las personas más excluidas de la sociedad, en ese momento, los drogodependientes. Juan se volcó con estos chicos, a pesar de la teoría marxista de no considerar a estos grupos excluidos como sujetos con capacidad revolucionaria, considerándolos “lumpen proletariado”. Son años de cambios profundos en España, las drogas, la heroína, inundaron de una forma inusitada nuestros barrios y ciudades.

 

Era un momento de paro creciente, que sumado a las sucesivas reformas en la normativa laboral que abocaron a que la edad legal para trabajar fuera a los dieciséis años, facilitó que infinidad de jóvenes con fracaso escolar, sin estudiar, sin ocupación concreta, mayoritariamente pertenecientes a familias desestructuradas, fueran el mejor caldo de cultivo para caer en las garras de la droga. Y lo inevitable sucedió: cayeron en el consumo primero y en la adicción después. Cuadrillas completas pinchándose con la misma aguja, contrayendo todo tipo de enfermedades. Con el agravante de que en los primeros años el SIDA era una enfermedad mortal devastadora. Estuvimos en muchos funerales de jóvenes, casi niños o niñas. La adicción provocaba que cuando ya no podían exprimir más a la familia, lo intentaran con hurtos, robos, una espiral de delincuencia que llevó a lo siguiente: detenciones, juicios y cárceles.

 

En todo este proceso, Juan se vacía y desde el primer momento, se dedica por completo a buscar alternativas a las terribles situaciones en que va cayendo parte de la juventud de nuestros barrios. Trata que los que han caído en la cárcel salgan cuanto antes, tengan defensor jurídico, petición de indultos. En el acto de su despedida, la persona que intervino en nombre de la Coordinadora contra la Marginación dijo: ”Juan, tenías entre manos el indulto para M.José, visitar a J.Luis en la cárcel de Ponent, el programa de apoyo a presos de Cornellà, nosotros seguiremos adelante con todo ello”.

 

En los años 90 estableció contacto con una Comunidad de Salvadoreños que después de un largo exilio en Nicaragua, volvieron a establecerse en el Bajo Lempa y crearon la Comunidad de La Esperanza, cuya prioridad fue la educación de niños y jóvenes. Establecimos un acuerdo para asegurar desde Cornellà el transporte en una zona similar por extensión al Baix Llobregat. A día de hoy, se sigue asegurando. Algunos ya son licenciados y en su mayoría, se ponen a disposición de su comunidad, con la conciencia que tienen la obligación de devolverle todo lo que esta sociedad les ha dado.

 

Juan vivía en un bajos de la Satélite, de dos habitaciones, en la calle Begonia. En su comedor se hicieron infinidad de seminarios sobre política, sindicalismo y otras temáticas. Juan tenía la fuerza y la capacidad comunicativa para dinamizarlos. Como estudioso social escribió infinidad de artículos, libros, ponencias, exponiendo su opinión y su visión sobre la evolución del factor trabajo, sobre desempleo, cambio tecnológico, renta mínima, reparto del trabajo, migraciones, jóvenes, ... Cuando hoy releemos aquellos textos nos sorprende su lucidez y clarividencia excepcional, al no haber perdido vigencia.

 

García-Nieto fue una persona comprometida a nivel sindical y  político. Persona unitaria, no dogmática y partidaria de acuerdos y amplios consensos, que también afirmaba con orgullo su pertenencia a las CCOO, al PSUC y posteriormente a IC. En el discurso de homenaje de la ciudad, afirmaba: “siempre luchando por la unidad, pero desde el sindicato y del Partido”.

 

La Fundación UTOPIA conserva un valor inmenso, como es su archivo personal y documental. Él empezó el método de las fuentes orales, que puso a su disposición y finalizó a su muerte, su hermana Maria Carmen. Ella fue la que acabó las entrevistas a los hombres y mujeres que habían liderado a nivel social el Baix Llobregat. Para las futuras generaciones, éste será un material de primera magnitud para poder comprender lo que supuso esta comarca en la lucha contra la dictadura, por los derechos sociales, las libertades sindicales, políticas y en la voluntad de transmitir el más bello ideal de transformación social desde los valores de la igualdad y la justicia social.

 

García-Nieto, el Joan, dejó una huella que sigue siendo una referencia para los que seguimos creyendo en la lucha contra las desigualdades, un punto de partida para seguir tejiendo utopías.

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