Las variantes de la política

Vallirana tiene una variante con un asfalto impoluto y con unos paneles luminosos, ¡destellantes!, por la que no pasa ni un solo coche, moto o incluso patinete. Un pedazo de autovía que acumula más de 30 años de retraso, y otros tantos desvelos, que está como nueva, tanto, que ni siquiera está estrenada.

 

¿Por qué? Que si un contratiempo con la iluminación de última hora, que si un embolado con Endesa, unas últimas pruebas de gases, de seguridad y de no sé qué más… ¡Pero está a punto! ¡Miren qué paneles refulgentes!

 

Un atasco, el de la vía, que alimenta los cuchicheos: es que hasta que no haya gobierno no se inaugurará, el Estado nos odia, nos sabotea y nos humilla… ¿Pero qué? Sí, sí… Seguro, porque conozco a uno que trabaja allí y que además sabe aquello y lo otro.

 

La tontería de una obra necesaria, deseada, llorada y demandada que sigue cerrada. Una metáfora: la del poder hacer y no hacer nada. Atrancada.

 

Pasa en Madrid: que si pacto, que si coalición, que si gobierno para que no vengan los malos, los fachas, que si políticas progresistas para transformar la vida de las personas, ¡Trabajemos todos juntos! Ya…

 

¿Política de Estado atascada? ¿Infravalorada o minimizada? Arrinconada. Son los tiempos. Miren Catalunya: paralizada.

 

Gobiernos sin presupuesto. “Fem país” ¡Al carajo!. Tic, tac, tic, tac… El tiempo pasa.