Ahora, un Gobierno de Pedro Sánchez

Finalmente, nos enfrentamos a una de las elecciones más complejas de los últimos años. La tormenta perfecta que puede suponer la suma del Brexit, la desaceleración económica y las dificultades derivadas del Procés van a marcar los próximos años de la agenda política. Para abordar estos problemas necesitaremos un gobierno fuerte y coherente, que sepa poner por delante los objetivos del país.

Con las elecciones del 10 de noviembre, tenemos una nueva oportunidad. No las convocó Pedro Sánchez, sino que las promovieron los que bloquearon una alternativa de gobierno progresista. La derecha siempre que suma, se une, mientras que a la izquierda del Partido Socialista no paran de fragmentarse las opciones.

Necesitamos un gobierno que pueda decretar la subida del salario mínimo hasta colocarlo de modo progresivo en el 60% del sueldo medio –hasta los 1.200 euros-, que actualice las pensiones con arreglo al IPC real en diciembre, y que derogue los aspectos más lesivos de la reforma laboral del Partido Popular. Un gobierno que mire hacia el futuro y apruebe la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, que apueste por la Investigación, Desarrollo e Innovación hasta alcanzar una inversión total del 2% del Producto Interior Bruto, y que aumente el gasto en educación hasta el 5% de ese total.

En definitiva, es necesario que se dé continuidad a la labor realizada por el gobierno de Pedro Sánchez en este último año, que ha tenido por objetivos revertir los efectos de la crisis económica y de los recortes realizados por el Partido Popular, situar el bienestar de las personas en el centro de la acción política y la creación de puestos de trabajo.

Es preciso, más que nunca, que el resultado que salga de las urnas permita la formación de un gobierno que aborde los problemas del país desde el diálogo y la firmeza. Cualidades que, hoy en día, sólo pueden garantizar los socialistas.