OPINIÓN
Un futuro para nuestros pueblos y ciudades
NÚRIA MARÍN Presidenta de la Diputación de Barcelona.
La pandemia de la COVID-19 es una crisis sanitaria que ha causado otra crisis social y económica que tendrá efectos duraderos. Para adaptarnos a estos efectos, relacionados con el modelo de desarrollo económico y con los hábitos de relación social, es necesario replantear cómo retomamos,después del confinamiento, todos los ámbitos de la cotidianidad.
Hay quien dice que nada volverá a ser igual. Quizá no hay que dramatizar: el mundo ha vivido otras pandemias globales y estoy segura de que recuperaremos muchos de los elementos que definen la identidad de nuestros pueblos y ciudades y nuestro talante colectivo. Ahora bien, es cierto que habrá cambios importantes: algunos serán temporales -mientras exista riesgo de rebrote-, pero otros tendrán un alcance duradero, porque la respuesta a la pandemia ha demostrado que el mundo se puede poner de acuerdo para atender a las personas y al entorno, que podemos vivir de otra manera, con más seguridad para todos y una acción climática eficaz.
Para invertir los efectos negativos de la crisis sanitaria -el reto más urgente- y aprovechar para impulsar la transformación de nuestros pueblos y ciudades con una economía verde, limpia y sostenible y un modelo social equitativo, cohesionador y solidario, la Diputación de Barcelona ha puesto en marcha un ambicioso programa de acción pública con efectos inmediatos.
Por un lado, hemos lanzado un plan de choque a corto plazo, dotado con 100 millones de euros, para atender a las necesidades básicas de los ayuntamientos, que, en el pico de la pandemia, han tenido un papel eficaz y ejemplar en la atención a la ciudadanía. Son 100 millones para que ningún municipio se quede atrás a la hora de invertir ya en servicios sociales, en desarrollo local y empleo, en cultura y en educación.
Por otro lado, hemos repensado las políticas de apoyo a los gobiernos locales a medio plazo y ponemos en marcha el plan Red de Gobiernos Locales, que en tres años (hasta 2023) destinará 900 millones de euros (el equivalente de nuestro presupuesto de este año) a financiar inversiones, servicios y programas municipales que permitan reactivar las economías locales y contribuir al bienestar de todos.
De esta forma, queremos, no solo parar el golpe del duro impacto de la crisis sanitaria, sino empezar una nueva manera de trabajar que garantice un futuro viable para los pueblos y las ciudades de la provincia de Barcelona.
La pandemia de la COVID-19 es una crisis sanitaria que ha causado otra crisis social y económica que tendrá efectos duraderos. Para adaptarnos a estos efectos, relacionados con el modelo de desarrollo económico y con los hábitos de relación social, es necesario replantear cómo retomamos,después del confinamiento, todos los ámbitos de la cotidianidad.
Hay quien dice que nada volverá a ser igual. Quizá no hay que dramatizar: el mundo ha vivido otras pandemias globales y estoy segura de que recuperaremos muchos de los elementos que definen la identidad de nuestros pueblos y ciudades y nuestro talante colectivo. Ahora bien, es cierto que habrá cambios importantes: algunos serán temporales -mientras exista riesgo de rebrote-, pero otros tendrán un alcance duradero, porque la respuesta a la pandemia ha demostrado que el mundo se puede poner de acuerdo para atender a las personas y al entorno, que podemos vivir de otra manera, con más seguridad para todos y una acción climática eficaz.
Para invertir los efectos negativos de la crisis sanitaria -el reto más urgente- y aprovechar para impulsar la transformación de nuestros pueblos y ciudades con una economía verde, limpia y sostenible y un modelo social equitativo, cohesionador y solidario, la Diputación de Barcelona ha puesto en marcha un ambicioso programa de acción pública con efectos inmediatos.
Por un lado, hemos lanzado un plan de choque a corto plazo, dotado con 100 millones de euros, para atender a las necesidades básicas de los ayuntamientos, que, en el pico de la pandemia, han tenido un papel eficaz y ejemplar en la atención a la ciudadanía. Son 100 millones para que ningún municipio se quede atrás a la hora de invertir ya en servicios sociales, en desarrollo local y empleo, en cultura y en educación.
Por otro lado, hemos repensado las políticas de apoyo a los gobiernos locales a medio plazo y ponemos en marcha el plan Red de Gobiernos Locales, que en tres años (hasta 2023) destinará 900 millones de euros (el equivalente de nuestro presupuesto de este año) a financiar inversiones, servicios y programas municipales que permitan reactivar las economías locales y contribuir al bienestar de todos.
De esta forma, queremos, no solo parar el golpe del duro impacto de la crisis sanitaria, sino empezar una nueva manera de trabajar que garantice un futuro viable para los pueblos y las ciudades de la provincia de Barcelona.
José Serrano | Jueves, 04 de Junio de 2020 a las 19:27:11 horas
Este zasca de la Guardia Urbana de L’Hospitalet a la alcaldesa
Nuria Marin se escucho hasta en AUSTRALIA
:Gracias por sus palabras, Sra. alcaldesa, pero lo único que hacemos es cumplir con nuestro deber de vocación de servicio a la ciudadanía. Lo que de verdad necesitan nuestras familias es que nos pague los 8 meses de atrasos y que cumpla con los acuerdos firmados.
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