OPINIÓN
Reflexiones sobre la Covid-19
ENRIC LLORCA. Alcalde de Sant Andreu de la Barca.
En estos momentos de desconfinamiento y de entrada en la “nueva normalidad” se hace imprescindible una reflexión sobre lo que nos ha acontecido con el objetivo de analizar qué nos ha pasado y por qué nos ha pasado. El objetivo es analizar qué hemos hecho que es susceptible de mejorarse en el futuro y qué tenemos que prever a corto y medio plazo para afrontar con más eficiencia la lucha contra la Covid-19.
En el primer apartado hay que establecer que nos hemos visto afectados por un hecho de características insospechables, un virus, un germen, desconocido hasta ahora que ha puesto en jaque una sociedad desarrollada como la nuestra que se siente a salvo de este tipo de amenazas.
Un virus desconocido cuyos efectos no hemos sabido identificar o prever por tener una estructura de salud pública débil en un sistema de salud excesivamente medicalizado con estructuras sanitarias extremadamente hospitalo-centristas y unas estructuras de Atención Primaria débiles, burocratizadas y faltadas de elementos tecnológicos que aumenten su efectividad.
Está bien invertir en respiradores para que los enfermos que lleguen a las UCIs puedan ser atendidos y no se produzcan carencias que aumenten la mortalidad de los pacientes que lleguen a situaciones que los requieran. Pero, tal vez, si la inversión va destinada a reforzar los servicios de primera línea, la Atención Primaria-Salud Pública, que permita testar, trazar, aislar adecuadamente y cuarentenar, eso permita reducir el número de pacientes que llegan a las UCI’s y los respiradores en ellas no sean tan necesarios. En una palabra: hacer una utilización más costo-efectiva de los recursos.
No solo hemos de invertir más en nuestro sistema de salud sino que hemos de invertir en aquello que sea más eficiente porque invertir mal no es solo ineficiente sino que ante unos hechos como los acontecidos es inmoral.
Otro elemento sobre el que reflexionar y sobre el que tenemos que mejorar es la coordinación entre administraciones para mejorar la eficiencia de las actuaciones entendiendo la coordinación como una cooperación basada en la contextualidad y la flexibilidad, no en la subordinación y la pleitesía.
¿Qué tenemos que hacer de cara al futuro inmediato? En primer lugar mejorar la coordinación entre administraciones y aplicar una transversalidad en las políticas. La Covid-19 no es solo un problema sanitario sino que es un problema de salud que afecta a los más vulnerables y que hace de la equidad y el fomento de la salud, a través de la actuación sobre los determinantes sociales, un elemento imprescindible porque es evidente que la Covid-19 no diferencia a las clases sociales pero se ceba en los más débiles.
Debemos reforzar y estimular la atención primaria y la atención comunitaria desarrollando elementos nuevos que mejoren su eficiencia como los medios diagnósticos. Porque nos espera un esfuerzo titánico para compatibilizar la lucha contra la Covid-19 con la recuperación de las listas de espera de los pacientes que se han postergado como consecuencia de la pandemia.
La autorganización de los profesionales es fundamental para hacer un seguimiento de los pacientes de más riesgo, un factor en el que también es determinante el servicio de teleasistencia. Sin olvidar la relación entre efectividad y afectividad en la relación entre el profesional y el usuario ni el desarrollo de prestaciones sociosanitarias costo-efectivas como la rehabilitación.
Todos los expertos coinciden en el importante papel que tienen los municipios y que se tiene que poner en valor a través de la coordinación de la promoción de la salud.
Las personas son elementos importantes en la lucha contra la Covid-19. Tu prudencia y tu responsabilidad aumentan la seguridad de todos.
En estos momentos de desconfinamiento y de entrada en la “nueva normalidad” se hace imprescindible una reflexión sobre lo que nos ha acontecido con el objetivo de analizar qué nos ha pasado y por qué nos ha pasado. El objetivo es analizar qué hemos hecho que es susceptible de mejorarse en el futuro y qué tenemos que prever a corto y medio plazo para afrontar con más eficiencia la lucha contra la Covid-19.
En el primer apartado hay que establecer que nos hemos visto afectados por un hecho de características insospechables, un virus, un germen, desconocido hasta ahora que ha puesto en jaque una sociedad desarrollada como la nuestra que se siente a salvo de este tipo de amenazas.
Un virus desconocido cuyos efectos no hemos sabido identificar o prever por tener una estructura de salud pública débil en un sistema de salud excesivamente medicalizado con estructuras sanitarias extremadamente hospitalo-centristas y unas estructuras de Atención Primaria débiles, burocratizadas y faltadas de elementos tecnológicos que aumenten su efectividad.
Está bien invertir en respiradores para que los enfermos que lleguen a las UCIs puedan ser atendidos y no se produzcan carencias que aumenten la mortalidad de los pacientes que lleguen a situaciones que los requieran. Pero, tal vez, si la inversión va destinada a reforzar los servicios de primera línea, la Atención Primaria-Salud Pública, que permita testar, trazar, aislar adecuadamente y cuarentenar, eso permita reducir el número de pacientes que llegan a las UCI’s y los respiradores en ellas no sean tan necesarios. En una palabra: hacer una utilización más costo-efectiva de los recursos.
No solo hemos de invertir más en nuestro sistema de salud sino que hemos de invertir en aquello que sea más eficiente porque invertir mal no es solo ineficiente sino que ante unos hechos como los acontecidos es inmoral.
Otro elemento sobre el que reflexionar y sobre el que tenemos que mejorar es la coordinación entre administraciones para mejorar la eficiencia de las actuaciones entendiendo la coordinación como una cooperación basada en la contextualidad y la flexibilidad, no en la subordinación y la pleitesía.
¿Qué tenemos que hacer de cara al futuro inmediato? En primer lugar mejorar la coordinación entre administraciones y aplicar una transversalidad en las políticas. La Covid-19 no es solo un problema sanitario sino que es un problema de salud que afecta a los más vulnerables y que hace de la equidad y el fomento de la salud, a través de la actuación sobre los determinantes sociales, un elemento imprescindible porque es evidente que la Covid-19 no diferencia a las clases sociales pero se ceba en los más débiles.
Debemos reforzar y estimular la atención primaria y la atención comunitaria desarrollando elementos nuevos que mejoren su eficiencia como los medios diagnósticos. Porque nos espera un esfuerzo titánico para compatibilizar la lucha contra la Covid-19 con la recuperación de las listas de espera de los pacientes que se han postergado como consecuencia de la pandemia.
La autorganización de los profesionales es fundamental para hacer un seguimiento de los pacientes de más riesgo, un factor en el que también es determinante el servicio de teleasistencia. Sin olvidar la relación entre efectividad y afectividad en la relación entre el profesional y el usuario ni el desarrollo de prestaciones sociosanitarias costo-efectivas como la rehabilitación.
Todos los expertos coinciden en el importante papel que tienen los municipios y que se tiene que poner en valor a través de la coordinación de la promoción de la salud.
Las personas son elementos importantes en la lucha contra la Covid-19. Tu prudencia y tu responsabilidad aumentan la seguridad de todos.
Ana Cruces | Martes, 30 de Junio de 2020 a las 20:51:48 horas
Creo que las palabras de nuestro alcalde son sabias y ojalá muchos políticos siguieran sus palabras y actuaran también nosotros tenemos que poner nuestro granito de arena
Gracias señor Llorca por cuidar a nuestro pueblo y a nosotros
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