ÁREA METROPOLITANA
Hoja de ruta de la nueva movilidad metropolitana
El AMB aprueba definitivamente el PMMU, un documento que plantea un centenar de medidas para afrontar los retos del transporte público, las infraestructuras y la sostenibilidad
![[Img #33779]](https://elfar.cat/upload/images/10_2020/5377_pmmu.jpg)
El Consell Metropolità ha aprobado hoy martes el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU) 2019-2024, un documento que recoge 102 medidas para mejorar la movilidad en la metrópolis. El coste estimado de las actuaciones es de 10.276 millones de euros, de los cuales 8.922 millones serán para infraestructuras y 1.354 millones para las acciones concretas. El objetivo es que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) asuma un total de 389,2 millones de euros; mientras que el resto correrá a cargo de otras administraciones en función de sus competencias, como son los ayuntamientos, la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno central.
El plan, elaborado en colaboración con los 36 consistorios, expertos y entidades, será el instrumento de planificación y programación de las políticas y líneas de actuación sobre la movilidad de la metrópolis que el AMB pretende impulsar y ejecutar en los próximos años con la finalidad de conseguir un modelo que sea “saludable, sostenible, eficiente y equitativo”. Sus objetivos están alineados con los establecidos en el Plan Clima y Energía 2030 del AMB y con acuerdos internacionales como el de París del año 2015 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
“El PMMU es un nuevo punto de inflexión y nos ha de ayudar a culminar el despliegue de una movilidad metropolitana, potente y verdaderamente sostenible, que ya llevamos impulsando hace unos años y que ya ha comenzado a dar sus primeros frutos”, ha remarcado el vicepresidente de Transportes, Movilidad y Sostenibilidad del AMB, Antoni Poveda. “Es la hoja de ruta de la nueva movilidad, que ha de permitir afrontar los retos presentes y futuros del transporte público, resolver las infraestructuras necesarias y avanzar decididamente hacia la sostenibilidad”, ha apuntado.
El documento agrupa 102 medidas relacionadas con el transporte público; la red viaria; la intermodalidad; la implantación de zonas de bajas emisiones; el aparcamiento; la optimización del transporte urbano de mercancías; la tarificación viaria, el uso de la bicicleta y de la movilidad a pie o el impulso de la introducción de los vehículos de bajas emisiones.
Entre los objetivos del PMMU en el ámbito de la movilidad saludable, destaca la reducción del 50% de la población expuesta a una baja calidad del aire, teniendo como referencia los contaminantes NO2 y el ruido. Para ello, se pretende reducir un 5% y un 7% el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, respectivamente, y un 30% las de dióxido de nitrógeno.
Por otra parte, en términos de mortalidad asociada a la exposición a los niveles de inmisión de dióxido de nitrógeno, el escenario propuesto reduce un 10% la mortalidad anual.
Así mismo, también se marca como objetivo incrementar en un 10% los desplazamientos a pie, en bicicleta y en vehículos de movilidad personal los días laborables.
En términos de movilidad sostenible, el PMMU plantea el incremento de la penetración de los vehículos eléctricos y de bajas emisiones, llegando a un 5% del parque censado; y un crecimiento de la red pedalable, con más de 500 nuevos quilómetros de vías, con el objetivo de llegar a los 2.000 quilómetros en el año 2024.
Además, el documento contempla la reducción de un 5% de las emisiones de CO2 derivadas del transporte y la movilidad; y la reducción de los desplazamientos en vehículo privado en días laborables, pasando del 29,8% al 27%. Desde el AMB remarcan que este último objetivo supondría el traspasa de cerca de un 3% de toda la movilidad que se realiza en vehículo privado motorizado hacia el transporte público y modos más sostenibles.
En el ámbito de la eficiencia, uno de los grandes retos es el de incrementar en un 10% la velocidad comercial de los autobuses, ya que actualmente los de gestión indirecta del AMB circulan a una media de 13,97 km/h y los de gestión directa, a 12,08 km/h.
Por otro lado, también se apuesta por un incremento notable de la cobertura de los servicios de microplataformas de Distribución Urbana de Mercancías (DUM), pasando de los 7,8 km2 donde actualmente se distribuyen este tipo de modelo a los 30 km2 en 2024.
Otros objetivos del plan son el incremento del transporte ferroviario para trasladar las mercancías que entran o salen del Puerto de Barcelona, el detrimento del transporte de carretera, mejorar la puntualidad de los servicios de Rodalies y adaptar las paradas de autobuses y estaciones ferroviarias a personas con movilidad reducida.
Ampliar la zona de bajas emisiones a toda el área metropolitana
Entre las principales medidas determinadas por el AMB de cara a la consecución de los objetivos marcados en el PMMU se encuentra la implantación de zonas de bajas emisiones locales (Sant Joan Despí y Sant Cugat la tendrán próximamente) e, incluso, una de ámbito metropolitano, con el objetivo de llegar a más vehículos contaminantes y reducir el exceso de contaminación derivado del tráfico.
En este sentido, el organismo metropolitano plantea aumentar las restricciones en 2022 y que los vehículos con etiqueta amarilla de la Dirección General de Tráfico (DGT) -que corresponden a los diésel matriculados antes del 2006 y a los de gasolinera anteriores al 2000- también tengan vetada la circulación dentro del perímetro de bajas emisiones. “Los coches Euro 4 y Euro 5 son hoy los más contaminantes de los que entran y salen de la zona de bajas emisiones y los que más preocupan”, ha reconocido Poveda, tras añadir que estos vehículos representan alrededor de un tercio del parque que circula por la metrópolis.
Según la propuesta de calendario que recoge el PMMU, los residentes con distintito amarillo tendrían dos años para circular, hasta el 2024, en el que quedarían finalmente también vetados. Y, en una segunda fase, dos años después, se ampliaría esta restricción a todos los coches con etiqueta B. “Estamos hablando de que serán coches diésel con 20 años de antigüedad circulando, y por eso lo normal sería ir modificando los vehículos afectados a medida que pase el tiempo”, ha considerado Poveda. No obstante, ha puntualizado que se trata de una propuesta y que la voluntad es abrir el debate con los ayuntamientos implicados.
Otras de las medidas englobadas en el nuevo documento son completar el despliegue de la red de bus de altas prestaciones; el impulso de los servicios de transporte a la demanda; mejorar el transporte público de la segunda corona metropolitana; favorecer el acceso sostenible a los polígonos industriales; implantar carriles bus-VAO en los principales accesos a Barcelona, como en la B-23, o mejorar la intermodalidad entre distintos medios de transporte. En este último punto, se prevé el desarrollo de un plan de intercambiadores de bus metropolitano y la ampliación del número de aparcamientos Park & Ride.
Además, se extenderán los espacios regulados de aparcamiento en superficie en todo el ámbito metropolitano, se regulará el estacionamiento de vehículos de distribución urbana de mercancías a través de un app y se promoverá la distribución nocturna.
Y respecto a la bicicleta, se aboga por seguir desplegando la red Bicivia, los aparcamientos seguros y el servicio de bici eléctrica compartida e-Bicibox.
Debate sobre el peaje urbano
Sin duda, una de las actuaciones más destacadas que recoge el plan consistiría en reconvertir los peajes de concesión que han de vencer en los próximos años hacia una tasa de congestión y contaminación para los vehículos privados. Aunque el PMMU no concreta cómo se llevaría a cabo la medida, desde el AMB resaltan que este nuevo modelo tendría que ser consensuado con las administraciones competentes.
Aún así, Poveda ha remarcado que “únicamente pagando no reduciremos la contaminación. Con esto tendremos ingresos que nos servirán para financiar medidas, pero no reduciremos el número de coches solo con el peaje”. El vicepresidente de Transportes, Movilidad y Sostenibilidad del AMB ha recordado que la opción del peaje no es mayoritaria en otras ciudades europeas. “No existe ni en Berlín ni en París, que han optado por otras vías, y en Londres, por ejemplo, no ha ayudado a disminuir la contaminación", ha afirmado. Por este motivo, ha insistido en que se trata de un debate abierto que requiere de una amplia reflexión.
Gestión integral del transporte urbano de superficie
El PMMU también aboga por trabajar conjuntamente con la Generalitat de Catalunya y los ayuntamientos para hacer efectivo el traspaso al AMB de la gestión de todo el transporte urbano en superficie.
El Consell Metropolità ha aprobado hoy martes el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU) 2019-2024, un documento que recoge 102 medidas para mejorar la movilidad en la metrópolis. El coste estimado de las actuaciones es de 10.276 millones de euros, de los cuales 8.922 millones serán para infraestructuras y 1.354 millones para las acciones concretas. El objetivo es que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) asuma un total de 389,2 millones de euros; mientras que el resto correrá a cargo de otras administraciones en función de sus competencias, como son los ayuntamientos, la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno central.
El plan, elaborado en colaboración con los 36 consistorios, expertos y entidades, será el instrumento de planificación y programación de las políticas y líneas de actuación sobre la movilidad de la metrópolis que el AMB pretende impulsar y ejecutar en los próximos años con la finalidad de conseguir un modelo que sea “saludable, sostenible, eficiente y equitativo”. Sus objetivos están alineados con los establecidos en el Plan Clima y Energía 2030 del AMB y con acuerdos internacionales como el de París del año 2015 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
“El PMMU es un nuevo punto de inflexión y nos ha de ayudar a culminar el despliegue de una movilidad metropolitana, potente y verdaderamente sostenible, que ya llevamos impulsando hace unos años y que ya ha comenzado a dar sus primeros frutos”, ha remarcado el vicepresidente de Transportes, Movilidad y Sostenibilidad del AMB, Antoni Poveda. “Es la hoja de ruta de la nueva movilidad, que ha de permitir afrontar los retos presentes y futuros del transporte público, resolver las infraestructuras necesarias y avanzar decididamente hacia la sostenibilidad”, ha apuntado.
El documento agrupa 102 medidas relacionadas con el transporte público; la red viaria; la intermodalidad; la implantación de zonas de bajas emisiones; el aparcamiento; la optimización del transporte urbano de mercancías; la tarificación viaria, el uso de la bicicleta y de la movilidad a pie o el impulso de la introducción de los vehículos de bajas emisiones.
Entre los objetivos del PMMU en el ámbito de la movilidad saludable, destaca la reducción del 50% de la población expuesta a una baja calidad del aire, teniendo como referencia los contaminantes NO2 y el ruido. Para ello, se pretende reducir un 5% y un 7% el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, respectivamente, y un 30% las de dióxido de nitrógeno.
Por otra parte, en términos de mortalidad asociada a la exposición a los niveles de inmisión de dióxido de nitrógeno, el escenario propuesto reduce un 10% la mortalidad anual.
Así mismo, también se marca como objetivo incrementar en un 10% los desplazamientos a pie, en bicicleta y en vehículos de movilidad personal los días laborables.
En términos de movilidad sostenible, el PMMU plantea el incremento de la penetración de los vehículos eléctricos y de bajas emisiones, llegando a un 5% del parque censado; y un crecimiento de la red pedalable, con más de 500 nuevos quilómetros de vías, con el objetivo de llegar a los 2.000 quilómetros en el año 2024.
Además, el documento contempla la reducción de un 5% de las emisiones de CO2 derivadas del transporte y la movilidad; y la reducción de los desplazamientos en vehículo privado en días laborables, pasando del 29,8% al 27%. Desde el AMB remarcan que este último objetivo supondría el traspasa de cerca de un 3% de toda la movilidad que se realiza en vehículo privado motorizado hacia el transporte público y modos más sostenibles.
En el ámbito de la eficiencia, uno de los grandes retos es el de incrementar en un 10% la velocidad comercial de los autobuses, ya que actualmente los de gestión indirecta del AMB circulan a una media de 13,97 km/h y los de gestión directa, a 12,08 km/h.
Por otro lado, también se apuesta por un incremento notable de la cobertura de los servicios de microplataformas de Distribución Urbana de Mercancías (DUM), pasando de los 7,8 km2 donde actualmente se distribuyen este tipo de modelo a los 30 km2 en 2024.
Otros objetivos del plan son el incremento del transporte ferroviario para trasladar las mercancías que entran o salen del Puerto de Barcelona, el detrimento del transporte de carretera, mejorar la puntualidad de los servicios de Rodalies y adaptar las paradas de autobuses y estaciones ferroviarias a personas con movilidad reducida.
Ampliar la zona de bajas emisiones a toda el área metropolitana
Entre las principales medidas determinadas por el AMB de cara a la consecución de los objetivos marcados en el PMMU se encuentra la implantación de zonas de bajas emisiones locales (Sant Joan Despí y Sant Cugat la tendrán próximamente) e, incluso, una de ámbito metropolitano, con el objetivo de llegar a más vehículos contaminantes y reducir el exceso de contaminación derivado del tráfico.
En este sentido, el organismo metropolitano plantea aumentar las restricciones en 2022 y que los vehículos con etiqueta amarilla de la Dirección General de Tráfico (DGT) -que corresponden a los diésel matriculados antes del 2006 y a los de gasolinera anteriores al 2000- también tengan vetada la circulación dentro del perímetro de bajas emisiones. “Los coches Euro 4 y Euro 5 son hoy los más contaminantes de los que entran y salen de la zona de bajas emisiones y los que más preocupan”, ha reconocido Poveda, tras añadir que estos vehículos representan alrededor de un tercio del parque que circula por la metrópolis.
Según la propuesta de calendario que recoge el PMMU, los residentes con distintito amarillo tendrían dos años para circular, hasta el 2024, en el que quedarían finalmente también vetados. Y, en una segunda fase, dos años después, se ampliaría esta restricción a todos los coches con etiqueta B. “Estamos hablando de que serán coches diésel con 20 años de antigüedad circulando, y por eso lo normal sería ir modificando los vehículos afectados a medida que pase el tiempo”, ha considerado Poveda. No obstante, ha puntualizado que se trata de una propuesta y que la voluntad es abrir el debate con los ayuntamientos implicados.
Otras de las medidas englobadas en el nuevo documento son completar el despliegue de la red de bus de altas prestaciones; el impulso de los servicios de transporte a la demanda; mejorar el transporte público de la segunda corona metropolitana; favorecer el acceso sostenible a los polígonos industriales; implantar carriles bus-VAO en los principales accesos a Barcelona, como en la B-23, o mejorar la intermodalidad entre distintos medios de transporte. En este último punto, se prevé el desarrollo de un plan de intercambiadores de bus metropolitano y la ampliación del número de aparcamientos Park & Ride.
Además, se extenderán los espacios regulados de aparcamiento en superficie en todo el ámbito metropolitano, se regulará el estacionamiento de vehículos de distribución urbana de mercancías a través de un app y se promoverá la distribución nocturna.
Y respecto a la bicicleta, se aboga por seguir desplegando la red Bicivia, los aparcamientos seguros y el servicio de bici eléctrica compartida e-Bicibox.
Debate sobre el peaje urbano
Sin duda, una de las actuaciones más destacadas que recoge el plan consistiría en reconvertir los peajes de concesión que han de vencer en los próximos años hacia una tasa de congestión y contaminación para los vehículos privados. Aunque el PMMU no concreta cómo se llevaría a cabo la medida, desde el AMB resaltan que este nuevo modelo tendría que ser consensuado con las administraciones competentes.
Aún así, Poveda ha remarcado que “únicamente pagando no reduciremos la contaminación. Con esto tendremos ingresos que nos servirán para financiar medidas, pero no reduciremos el número de coches solo con el peaje”. El vicepresidente de Transportes, Movilidad y Sostenibilidad del AMB ha recordado que la opción del peaje no es mayoritaria en otras ciudades europeas. “No existe ni en Berlín ni en París, que han optado por otras vías, y en Londres, por ejemplo, no ha ayudado a disminuir la contaminación", ha afirmado. Por este motivo, ha insistido en que se trata de un debate abierto que requiere de una amplia reflexión.
Gestión integral del transporte urbano de superficie
El PMMU también aboga por trabajar conjuntamente con la Generalitat de Catalunya y los ayuntamientos para hacer efectivo el traspaso al AMB de la gestión de todo el transporte urbano en superficie.
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