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MARÍA JOSÉ ESPINOSA | 247
Viernes, 29 de Enero de 2021
COMARCA

El Baix Llobregat se dota de un nuevo Plan Comarcal de Juventud

El documento desgrana las principales problemáticas de los jóvenes y propone una treintena de acciones a desarrollar a corto y medio plazo para dar respuesta a las necesidades del colectivo

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El Baix Llobregat ya cuenta con un nuevo Plan Comarcal de Juventud (PCJ) para el periodo 2020-2024, un documento de planificación estratégica, fruto de un trabajo “intenso y laborioso”, tal como asegura la presidenta del Consell Comarcal, Eva Martínez. Su elaboración ha contado con la colaboración de un gran número de agentes del territorio que “han aportado sus conocimientos, experiencias y habilidades” para “introducir una mirada inclusiva y realista”, apunta.


El documento se estructura en tres apartados principales (diagnóstico, síntesis del diagnóstico y líneas estratégicas y actuaciones). Además, incorpora un apartado específico sobre el impacto del COVID-19 en la población juvenil, que recoge algunos datos relevantes que complementan la visión sobre la realidad de este colectivo tras el periodo de confinamiento.


Lo primero de todo ha sido identificar cuáles son las problemáticas más relevantes detectadas. Y entre ellas se sitúan el paro y la precariedad laboral; el fracaso escolar y el abandono prematuro de los estudios; la falta de políticas de promoción de vivienda que faciliten la emancipación domiciliaria; la escasez de vivienda protegida; los consumos problemáticos y los comportamientos socioadictivos; la prevalencia del racismo; la naturalización de la violencia machista; la falta de programas alternativos de ocio saludable, y la dificultad para gestionar las emociones, lo que conlleva a una debilitación de valores importantes como el espíritu de sacrificio, la perseverancia, el esfuerzo o la motivación.


Cuatro líneas estratégicas

 

En el año 2018, un total de 121.582 personas del Baix Llobregat tenían entre 15 y 29 años, es decir, el 15% del total de la población. Y la mitad de ellas están concentradas en seis municipios de la comarca: Cornellà, Sant Boi, Castelldefels, El Prat, Viladecans y Gavà.


El PCJ establece cuatro líneas estratégicas: promoción de la emancipación juvenil; cohesión territorial y apoyo a los municipios; bienestar y cohesión social, y acceso a la información y formación a los profesionales de juventud.
Todas ellas cobijan los objetivos que perseguirá el Servei Comarcal de Juventut a través de las actuaciones que desplegará en el territorio a corto y medio plazo. En total, el documento propone 33 acciones, 10 de las cuales son nuevas y el resto son proyecto de continuidad, es decir, son actuaciones que ya se están llevando a cabo actualmente y que, por el ámbito sobre el cual se inscriben y la valoración que se ha efectuado, se considera conveniente mantener.


Entre las novedades se encuentra la elaboración de un boletín informativo periódico, con el objetivo de dar a conocer las actividades realizadas por la Oficina Jove del Baix Llobregat y facilitar la programación de otras acciones que se llevan a cabo en los municipios como cursos, charlas o exposiciones.


Asimismo, el documento recoge la puesta en marcha de un proyecto de acompañamiento y apoyo en la búsqueda de trabajo y la adquisición de competencias; la creación de comisiones técnicas sobre temáticas específicas con impacto sobre la realidad juvenil como la salud, las relaciones personales o la interculturalidad, y así detectar nuevas necesidades y potenciar la cohesión social; o fomentar el trabajo en red de los profesionales de juventud del territorio y crear una bolsa de trabajo comarcal para estas personas que incluyan tres perfiles: técnicos, informadores y dinamizadores.


Otras de las nuevas acciones que se proponen son las de participar en el grupo de trabajo comarcal sobre salud mental; constituir un espacio de trabajo colaborativo para reforzar la red PIDCES (programas de información y dinamización en los centros de enseñanza secundaria) y que los municipios pongan en común materiales, estrategias, contenidos y miradas sobre el desarrollo de estos programas en el mundo local; y programar u organizar visitas grupales a equipamientos juveniles para los profesionales de juventud de la comarca y así reforzar el trabajo en red.

 

Retos de futuro

 

La red de profesionales de juventud de la comarca ha alertado de que existen diferentes retos a los que hay que hacer frente de manera prioritaria. Uno de ellos es que la implicación política en este ámbito debería ser mayor, por lo que piden que se potencien realmente las políticas locales dirigidas a empoderar a los jóvenes. Asimismo, se acusa de una falta de recursos, sobre todo económica, que limita las posibilidades de diseñar e implementar estas políticas.


También se pone en evidencia las limitaciones para fomentar la cultura participativa de las personas jóvenes. En este sentido, se aboga por encontrar fórmulas para incrementar su motivación a participar, y que ellos mismos propongan y programen actividades en función de sus demandas.


Por otro lado, se considera que los educadores de calle son muy necesarios, ya que se ha de dar viabilidad al fomento de la cultura participativa, y eso no se puede promover si no se llega a la población diana. Además, apuntan que sería positivo disponer de un espacio pensado y dirigido específicamente y únicamente a la población juvenil del municipio, así como garantizar el acceso de las personas jóvenes a los equipamientos municipales (polideportivos, teatros o centros cívicos) con normalidad.


En las poblaciones pequeñas, se identifica una falta de espacios para jóvenes, tanto formales como no formales, en los que se puedan relacionar. En este sentido, se pone de relieve que hay una demanda, en algunos lugares, de construcción de estos espacios de relación no formal, como los parques de skate o plazas y parques no dirigidos exclusivamente a niños. Algunos municipios pequeños no disponen de estos espacios y reivindican que son necesarios para fomentar espacios de encuentro y de relación saludable entre las personas jóvenes.


Otro de los problemas más señalados es la incapacidad para implementar políticas locales de vivienda. En este punto, se aboga por desplegar de manera urgente, competencial y presupuestariamente), la ley catalana de políticas de juventud.

 

El COVID-19 impacta de lleno en la población juvenil

 

Si bien es cierto que los contagios y la mortandad causada por el coronavirus han tenido una baja afectación entre la población joven, “otras consecuencias nacidas de la situación provocada por la pandemia lo ha hecho desgraciadamente protagonista”, aseguran desde el ente supramunicipal.


Y es que en el escenario postcoronavirus, se ha apreciado una intensificación de las problemáticas que afectan a las personas jóvenes, a las que se le suman nuevas necesidades provocadas por una “situación sobrevenida a la que hemos tenido que hacer frente, individual y colectivamente, sin precedentes y de manera repentina”, remarcan las mismas fuentes.


Según la Encuesta sobre el impacto del COVID- 19 elaborada por el Centro de Estudios de Opinión (CEO, 2020), es posiblemente el colectivo de 25 a 35 años el más afectado por la coyuntura surgida de la pandemia. También el Banco de España coincide en señalar que las mujeres y las personas jóvenes serán los colectivos más perjudicados por esta crisis, ya que los sectores de actividad que les suelen dar más trabajo son los que se han visto más gravemente afectados por el parón obligado.


“Además, la coyuntura actual puede alterar las oportunidades a las que tenga acceso el colectivo juvenil, afectando los próximos meses, previsiblemente, la proyección que haga de su futuro y, consecuentemente, las decisiones que vaya tomando sobre su proyecto vital”, señalan desde el Consell Comarcal. En concordancia, “las políticas de juventud deberán ser necesariamente reforzadas, si quieren tener un papel activo y eficaz en la mitigación de los estragos que la situación de crisis sanitaria está provocando”, apuntan.


La falta de oportunidades profesionales, las condiciones laborales precarias y las dificultades de acceder a la vivienda ya antes de la crisis sanitaria definían, a grandes rasgos, un nivel de bienestar económico y material inferior entre la juventud, en comparación con el del resto de la población.


En el contexto actual los indicadores disponibles señalan un empeoramiento de este marco vital y, simultáneamente, la erosión también del bienestar emocional y psicológico de la población juvenil, que está manifestando estados de angustia, ira, aburrimiento o incertidumbre.


De hecho, son múltiples las referencias que han ido surgiendo, durante el confinamiento, al deterioro del estado de la salud mental de las personas jóvenes, a las posibilidades reales que éstas han tenido de continuar sus estudios a distancia y a la afectación que esta crisis tendrá en las tasas de emancipación juvenil, ya de por sí bajas. “Será, por tanto, imprescindible que tanto la administración local como la supramunicipal se sitúen, por un lado, desde una óptica transversal a la hora de emprender medidas para superar esta crisis y, por otra, que incorporen la perspectiva juvenil en su diseño y desarrollo”, remarcan desde el Consell Comarcal.

 

 

 

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