OPINIÓN
Una para todos
CARLES RUIZ. Diputado de Recursos Humanos, Hacienda y Servicios Internos de la Diputación de Barcelona    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        
        
                
        
        ![[Img #34640]](https://elfar.cat/upload/images/12_2020/1872_carlesruiz.jpg)
La Diputación de Barcelona (DIBA) es posiblemente una de las instituciones cuyas funciones más desconoce la ciudadanía, y es lógico porque una de sus singularidades es que sus “clientes” directos no son los ciudadanos y ciudadanas sino los ayuntamientos. De hecho, cerca de un 80% de sus recursos se dirigen directamente a la administración local y la mayor parte no son recursos económicos, sino de asesoría técnica, soporte a redes de servicios, o compartiendo la gestión del territorio.
 
La DIBA es el sistema capilar que nutre la musculatura de los municipios de la provincia y por ello, si reduce sus recursos, son los municipios quienes pierden capacidad, y si los aumenta, son las administraciones locales quienes se benefician directamente de ese incremento.
 
Para el próximo año la DIBA podrá aumentar sus recursos disponibles hasta un 4%, más de 1.008 millones de euros que irán en su mayor parte a reforzar la capacidad de actuación de los ayuntamientos de la provincia de Barcelona; como ocurrió con el inicio de la pandemia, cuando ya se demostró la utilidad de disponer de una red de soporte como la DIBA, que reaccionó de forma inmediata, siendo la primera en adquirir material sanitario de protección en Catalunya para que los municipios pudieran distribuirlo entre residencias y personal de servicios; o facilitando un adelanto de recursos para que pudieran cubrir la falta de liquidez causada por la suspensión del cobro de tasas e impuestos.
 
Dichas actuaciones extraordinarias, junto a otras, se han incorporado ahora al presupuesto para prever las posibles contingencias derivadas de la prolongación de la pandemia. Forman parte de un plan de choque para hacer frente a las necesidades de los ayuntamientos para superar los efectos de esta crisis que abarcan medidas sociales, económicas, de prevención, o de adaptación de las administraciones a la nueva situación, como el teletrabajo.
 
Porque el presupuesto de la DIBA no solo se ha adaptado para abordar las circunstancias del COVID, o de la recuperación económica y social, sino que incorpora un esfuerzo inédito de medidas para impulsar la innovación en los servicios municipales y en aquellas cuestiones que preocupan más a los municipios. Por ejemplo, continuar con el proceso de extensión de fibra a través de las carreteras para hacer llegar la alta velocidad de internet a todos los municipios y que supondrá más de 450 Kms en esta legislatura; o crear un programa específico, de especial interés para el Baix Llobregat, para apoyar a las empresas y trabajadores de los municipios afectados por la crisis de Nissan y del sector de la automoción; o el soporte a la creación de proyectos de  implantación de infraestructuras de energías limpias y de transición energética; o medidas de apoyo a la gestión de instalaciones deportivas, adaptación de escuelas, el soporte a la  programación cultural local; o programas extraordinarios para incrementar los servicios sociales municipales, planes de empleo, y un proyecto ambicioso de capacitación a trabajadores, empresas, y trabajadores en paro para la digitalización y el aumento de la competitividad.
 
Los municipios de la provincia de Barcelona dispondrán de mayor capacidad para enfrentarse a las circunstancias de esta crisis gracias a disponer de una estructura de apoyo singular que responde directamente a sus necesidades, gobernada por un equipo plural con apoyos transversales que, dirigido por Nuria Marín, es una muestra de los consensos operativos que ahora se necesitan para salir de esta situación. Una para todos y ningún voto en contra.
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                        
    
    
	
    
![[Img #34640]](https://elfar.cat/upload/images/12_2020/1872_carlesruiz.jpg)
La Diputación de Barcelona (DIBA) es posiblemente una de las instituciones cuyas funciones más desconoce la ciudadanía, y es lógico porque una de sus singularidades es que sus “clientes” directos no son los ciudadanos y ciudadanas sino los ayuntamientos. De hecho, cerca de un 80% de sus recursos se dirigen directamente a la administración local y la mayor parte no son recursos económicos, sino de asesoría técnica, soporte a redes de servicios, o compartiendo la gestión del territorio.
La DIBA es el sistema capilar que nutre la musculatura de los municipios de la provincia y por ello, si reduce sus recursos, son los municipios quienes pierden capacidad, y si los aumenta, son las administraciones locales quienes se benefician directamente de ese incremento.
Para el próximo año la DIBA podrá aumentar sus recursos disponibles hasta un 4%, más de 1.008 millones de euros que irán en su mayor parte a reforzar la capacidad de actuación de los ayuntamientos de la provincia de Barcelona; como ocurrió con el inicio de la pandemia, cuando ya se demostró la utilidad de disponer de una red de soporte como la DIBA, que reaccionó de forma inmediata, siendo la primera en adquirir material sanitario de protección en Catalunya para que los municipios pudieran distribuirlo entre residencias y personal de servicios; o facilitando un adelanto de recursos para que pudieran cubrir la falta de liquidez causada por la suspensión del cobro de tasas e impuestos.
Dichas actuaciones extraordinarias, junto a otras, se han incorporado ahora al presupuesto para prever las posibles contingencias derivadas de la prolongación de la pandemia. Forman parte de un plan de choque para hacer frente a las necesidades de los ayuntamientos para superar los efectos de esta crisis que abarcan medidas sociales, económicas, de prevención, o de adaptación de las administraciones a la nueva situación, como el teletrabajo.
Porque el presupuesto de la DIBA no solo se ha adaptado para abordar las circunstancias del COVID, o de la recuperación económica y social, sino que incorpora un esfuerzo inédito de medidas para impulsar la innovación en los servicios municipales y en aquellas cuestiones que preocupan más a los municipios. Por ejemplo, continuar con el proceso de extensión de fibra a través de las carreteras para hacer llegar la alta velocidad de internet a todos los municipios y que supondrá más de 450 Kms en esta legislatura; o crear un programa específico, de especial interés para el Baix Llobregat, para apoyar a las empresas y trabajadores de los municipios afectados por la crisis de Nissan y del sector de la automoción; o el soporte a la creación de proyectos de implantación de infraestructuras de energías limpias y de transición energética; o medidas de apoyo a la gestión de instalaciones deportivas, adaptación de escuelas, el soporte a la programación cultural local; o programas extraordinarios para incrementar los servicios sociales municipales, planes de empleo, y un proyecto ambicioso de capacitación a trabajadores, empresas, y trabajadores en paro para la digitalización y el aumento de la competitividad.
Los municipios de la provincia de Barcelona dispondrán de mayor capacidad para enfrentarse a las circunstancias de esta crisis gracias a disponer de una estructura de apoyo singular que responde directamente a sus necesidades, gobernada por un equipo plural con apoyos transversales que, dirigido por Nuria Marín, es una muestra de los consensos operativos que ahora se necesitan para salir de esta situación. Una para todos y ningún voto en contra.










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