En efecto, Illa

Miquel Iceta ha renovado su propio equipo para proponer un proyecto para todos y todas. La empresa no es nada fácil, porque en las sociedades en las que el eje identitario marca el son de la política, lo habitual es que gane el que más apela al sentimiento tribal.

Pero en el sillón preciso de un ministerio casi olvidado, hemos visto cómo un político era elogiado por periodistas de toda la escala musical por su capacidad de generar consenso y de poner en práctica la cogobernaza consustancial del Estado Autonómico.

Han destacado su renuncia a la crítica de bajo vuelo y su fundamentada contundencia cuando es menester. Su réplica a su antecesora Ana Pastor fue una delicia parlamentaria. Degústenla en youtube.

El reencuentro entre los y las catalanas es la única buena solución. Se requerirá una actitud tan colaborativa como firme para defender los intereses y los principios de nuestros votantes. Habrá que ponerse en los zapatos de otro con empatía y, a la vez, replantear el consentimiento de muchos años con inteligencia. La creatividad necesaria para evitar entrar en bucle electoral será digna de Borgen.

Lo mejor que puede pasarle a nuestra comarca es Illa. El Baix Llobregat necesita un gobierno amigo que vuelva a ponerlo en el mapa. Un president con sensibilidad municipalista que apueste por reindustrializar la comarca, por la ocupación, por invertir en las infraestructuras que necesita una comarca como la nuestra: pionera, innovadora y luchadora. También con sensibilidad para defender la sanidad, la educación y la sostenibilidad. El Baix Llobregat se merece al president Illa.

Y por último, pero no por ello menos importante, para aprovechar los ingentes fondos de reconstrucción, necesitaremos a alguien con su buena entrada en Europa. Las puertas de Bruselas siempre han estado y estarán cerradas a quienes sostienen la vía unilateral, que es profundamente antidemocrática.