MOLINS DE REI
El AMB finaliza la zona deportiva Ricard Ginebreda
Este equipamiento, en el que se han invertido más de 3,6 millones de euros, tiene el objetivo de aglutinar diferentes actividades deportivas que se hacían en otros locales
![[Img #35639]](https://elfar.cat/upload/images/02_2021/9954_molins.jpg)
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), a través de la Direcció de Serveis d'Espai Públic, ha finalizado la construcción de la zona deportiva Ricard Ginebreda de Molins de Rei. Este nuevo equipamiento se ha creado en torno a un campo de fútbol previamente existente de un club arraigado en el barrio del Canal. El objetivo principal del edificio es acoger, además de la entidad ya establecida, deportes como la halterofilia, el judo, la escalada o la gimnasia artística, que se encontraban dispersos en locales que no se adecuaban a las sus necesidades particulares.
El proyecto, dirigido por el arquitecto del AMB Roger Méndez, se basa en la construcción de una gran marquesina principal que responde a toda la dimensión del campo de fútbol, agrupa los volúmenes resultantes de las diferentes salas del complejo y aloja debajo los espacios de concurrencia pública: el bar, el acceso y las gradas, que se han concebido como espacios sociales a cubierto.
El equipamiento se ha construido en una planta baja, evitando el uso de ascensores y escaleras, y la luz y ventilación natural en todas las estancias ofrecen confort a los usuarios y favorecen el ahorro energético en las instalaciones.
![[Img #35640]](https://elfar.cat/upload/images/02_2021/7298_03_ricard-ginebreda_1.jpg)
Las gradas se han construido con tres niveles, huyendo de la vertiente más profesionalizada del deporte y con el objetivo de concebirlo como una actividad social y no tanto como una práctica puramente competitiva, y la gestión compartida de los vestuarios permite realizar diferentes actividades deportivas simultáneamente y hacer un uso intensivo de las instalaciones.
Un bar situado en el acceso del equipamiento da servicio tanto dentro como fuera de la instalación deportiva, lo que permite hacer una gestión independiente del centro y flexibilizar su uso y horario.
El nuevo equipamiento pretende fomentar la vertiente social de la entidad en una zona que se ha ido dotando de equipamientos públicos. "La concentración de actividades deportivas en una única instalación representa un punto de atracción de actividades que potencia las relaciones familiares y sociales del barrio", según informan el AMB. Además, las nuevas instalaciones se han concebido "como un espacio de estancia y acogida y permiten compatibilizar la competición de alto nivel con la existencia de un espacio social, familiar y acogedor", aseguran desde el organismo metropolitano.
![[Img #35641]](https://elfar.cat/upload/images/02_2021/162_03_ricard-ginebreda_4.jpg)
La construcción del nuevo equipamiento ha servido, además, para mejorar el contexto urbano en dos escalas: la local y la metropolitana. A escala local, el recinto estaba muy aislado debido a la antigua valla de obra perimetral y también por la poca relación entre el barrio y el parque adyacente. El proyecto ha permitido mejorar la conectividad y la relación con las calles adyacentes y potenciar la calle Felip Canalias como un verdadero eje urbano.
A escala metropolitana, el campo de fútbol tenía poca relación con los espacios libres que conectan con el río Llobregat debido a la fragmentación territorial que produce el paso de la B-23. Con el nuevo proyecto, se ha creado una gran entrada abierta al barrio, acompañada de un nuevo espacio público que favorece la relación con el parque del Llobregat.
![[Img #35642]](https://elfar.cat/upload/images/02_2021/6959_03_ricard-ginebreda_3.jpg)
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), a través de la Direcció de Serveis d'Espai Públic, ha finalizado la construcción de la zona deportiva Ricard Ginebreda de Molins de Rei. Este nuevo equipamiento se ha creado en torno a un campo de fútbol previamente existente de un club arraigado en el barrio del Canal. El objetivo principal del edificio es acoger, además de la entidad ya establecida, deportes como la halterofilia, el judo, la escalada o la gimnasia artística, que se encontraban dispersos en locales que no se adecuaban a las sus necesidades particulares.
El proyecto, dirigido por el arquitecto del AMB Roger Méndez, se basa en la construcción de una gran marquesina principal que responde a toda la dimensión del campo de fútbol, agrupa los volúmenes resultantes de las diferentes salas del complejo y aloja debajo los espacios de concurrencia pública: el bar, el acceso y las gradas, que se han concebido como espacios sociales a cubierto.
El equipamiento se ha construido en una planta baja, evitando el uso de ascensores y escaleras, y la luz y ventilación natural en todas las estancias ofrecen confort a los usuarios y favorecen el ahorro energético en las instalaciones.
Las gradas se han construido con tres niveles, huyendo de la vertiente más profesionalizada del deporte y con el objetivo de concebirlo como una actividad social y no tanto como una práctica puramente competitiva, y la gestión compartida de los vestuarios permite realizar diferentes actividades deportivas simultáneamente y hacer un uso intensivo de las instalaciones.
Un bar situado en el acceso del equipamiento da servicio tanto dentro como fuera de la instalación deportiva, lo que permite hacer una gestión independiente del centro y flexibilizar su uso y horario.
El nuevo equipamiento pretende fomentar la vertiente social de la entidad en una zona que se ha ido dotando de equipamientos públicos. "La concentración de actividades deportivas en una única instalación representa un punto de atracción de actividades que potencia las relaciones familiares y sociales del barrio", según informan el AMB. Además, las nuevas instalaciones se han concebido "como un espacio de estancia y acogida y permiten compatibilizar la competición de alto nivel con la existencia de un espacio social, familiar y acogedor", aseguran desde el organismo metropolitano.
La construcción del nuevo equipamiento ha servido, además, para mejorar el contexto urbano en dos escalas: la local y la metropolitana. A escala local, el recinto estaba muy aislado debido a la antigua valla de obra perimetral y también por la poca relación entre el barrio y el parque adyacente. El proyecto ha permitido mejorar la conectividad y la relación con las calles adyacentes y potenciar la calle Felip Canalias como un verdadero eje urbano.
A escala metropolitana, el campo de fútbol tenía poca relación con los espacios libres que conectan con el río Llobregat debido a la fragmentación territorial que produce el paso de la B-23. Con el nuevo proyecto, se ha creado una gran entrada abierta al barrio, acompañada de un nuevo espacio público que favorece la relación con el parque del Llobregat.
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