Alimentación sostenible. Sobran los motivos...

Las crisis derivadas del COVID-19 han puesto aún más de manifiesto si cabe que hemos de transformar y mejorar nuestro sistema alimentario. Necesitamos una alimentación que sea buena para las personas. Que nos permita garantizar el acceso a una alimentación saludable y económicamente asequible para todas y combatir las colas del hambre, la obesidad infantil y las desigualdades en el acceso a productos saludables.

Una alimentación que sea buena para el territorio y promueva un desarrollo territorial más equitativo y unas nuevas relaciones entre lo rural y lo urbano.

Un sistema alimentario bueno para los profesionales, cuidando de las personas que trabajan en él, desde los temporeros del campo a los camareros o cocineros de bares y restaurantes, pasando por paradistas de mercados, reponedores de supermercados y un largo etcétera.

Una alimentación que sea buena para el planeta. Para que los alimentos se produzcan, transformen, distribuyan, vendan, compren y se eliminen sus residuos de manera que se regeneren los recursos de los que disponemos, se contribuya a frenar la crisis climática y se fomente la biodiversidad del planeta. No en vano, se acumulan evidencias que apuntan a que el origen de la pandemia estaría asociada a prácticas agroforestales insostenibles…

Aprovechemos pues este año 2021 en que Barcelona y su área metropolitana serán la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible para impulsar esos cambios claves para nuestro futuro. Sobran los motivos...