OPINIÓN
Por un futuro aeropuerto ejemplo de equilibrio y consenso
RAQUEL SÁNCHEZ. Alcaldesa de Gavà
El Aeropuerto de Barcelona-El Prat afronta un momento clave: debe decidir si se convierte en un hub intercontinental o se mantiene como una infraestructura secundaria en el panorama aeronáutico europeo. Se trata de una decisión compleja, y justamente por eso, el consenso del territorio y de las administraciones estatal y autonómica resultará determinante para conseguir el equilibrio entre progreso, sostenibilidad y calidad de vida para todos y todas las vecinas del entorno aeroportuario.
En Gavà sabemos más que nadie lo importante que es conseguir este equilibrio y este acuerdo global. Somos conscientes de la importancia de contar con un aeropuerto de primer nivel, que contribuya a reactivar una economía lastrada por la pandemia. De una inversión de 1.700 millones de euros que creará ocupación y que, en definitiva, hará nuestras ciudades más competitivas y atractivas.
Pero también sabemos que no podemos permitir que se repitan los errores del pasado. Unos errores que alteraron gravemente el bienestar de la ciudadanía de Gavà, y especialmente de Gavà Mar, por los continuos episodios de contaminación acústica provocados por la entrada en funcionamiento de la tercera pista.
Nuestro posicionamiento es claro y no ha variado. Si la ampliación del aeropuerto es clave para el país, también lo es nuestra exigencia de que no sea en detrimento de nuestra calidad de vida. Por ello cualquier ampliación debe ratificar y acreditar que no supondrá un mayor impacto sobre los vecinos y vecinas de Gavà.
Y ello pasa por desterrar para siempre un cambio de operativa. Por blindar el sistema de pistas segregadas para siempre. Y en este sentido, la ampliación que propone AENA puede ser una oportunidad para conseguirlo.
Como también debe ser una oportunidad para que se abra un debate paralelo, pero no menos importante para el territorio, sobre las medidas compensatorias que deben establecerse. Porque aunque Gavà fue uno de los municipios más afectados por la tercera pista -impacto que si bien se ha reducido, todavía persiste- no hemos recibido contraprestación alguna.
Y por último, una oportunidad para defender un modelo aeroportuario sostenible, tanto en lo que se refiera al avance en economía circular como en construcción y movilidad. Un proyecto que garantice el valor y la preservación de los espacios naturales del Delta del Llobregat y la competitividad del Parque Agrario.
En este reto, todas las aportaciones deben ser bienvenidas, especialmente, aquellas que provienen de la experiencia y la tenacidad para plantar cara a las malas decisiones tomadas hace 15 años.
El Aeropuerto de Barcelona-El Prat afronta un momento clave: debe decidir si se convierte en un hub intercontinental o se mantiene como una infraestructura secundaria en el panorama aeronáutico europeo. Se trata de una decisión compleja, y justamente por eso, el consenso del territorio y de las administraciones estatal y autonómica resultará determinante para conseguir el equilibrio entre progreso, sostenibilidad y calidad de vida para todos y todas las vecinas del entorno aeroportuario.
En Gavà sabemos más que nadie lo importante que es conseguir este equilibrio y este acuerdo global. Somos conscientes de la importancia de contar con un aeropuerto de primer nivel, que contribuya a reactivar una economía lastrada por la pandemia. De una inversión de 1.700 millones de euros que creará ocupación y que, en definitiva, hará nuestras ciudades más competitivas y atractivas.
Pero también sabemos que no podemos permitir que se repitan los errores del pasado. Unos errores que alteraron gravemente el bienestar de la ciudadanía de Gavà, y especialmente de Gavà Mar, por los continuos episodios de contaminación acústica provocados por la entrada en funcionamiento de la tercera pista.
Nuestro posicionamiento es claro y no ha variado. Si la ampliación del aeropuerto es clave para el país, también lo es nuestra exigencia de que no sea en detrimento de nuestra calidad de vida. Por ello cualquier ampliación debe ratificar y acreditar que no supondrá un mayor impacto sobre los vecinos y vecinas de Gavà.
Y ello pasa por desterrar para siempre un cambio de operativa. Por blindar el sistema de pistas segregadas para siempre. Y en este sentido, la ampliación que propone AENA puede ser una oportunidad para conseguirlo.
Como también debe ser una oportunidad para que se abra un debate paralelo, pero no menos importante para el territorio, sobre las medidas compensatorias que deben establecerse. Porque aunque Gavà fue uno de los municipios más afectados por la tercera pista -impacto que si bien se ha reducido, todavía persiste- no hemos recibido contraprestación alguna.
Y por último, una oportunidad para defender un modelo aeroportuario sostenible, tanto en lo que se refiera al avance en economía circular como en construcción y movilidad. Un proyecto que garantice el valor y la preservación de los espacios naturales del Delta del Llobregat y la competitividad del Parque Agrario.
En este reto, todas las aportaciones deben ser bienvenidas, especialmente, aquellas que provienen de la experiencia y la tenacidad para plantar cara a las malas decisiones tomadas hace 15 años.
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