OPINIÓN
Necesitamos periodistas
ÁNGEL T. GARCÍA. Periodista
![[Img #39940]](https://elfar.cat/upload/images/11_2021/534_angel-tgarcia.jpg)
¿Se imaginan un mundo en el que cualquiera pudiera llevar un avión sin ser piloto? ¿O en el que cualquiera pudiera juzgar y sentenciar sin ser juez? ¿Arrestar sin ser policía? ¿Operar sin ser cirujano?... Pues en estos momentos, millones de personas aseguran que informan pero no son periodistas.
Utilizan para ello formidables herramientas que están al alcance de cualquiera: redes sociales por las que discurren toneladas de información. Mucha de ella –la mayoría–, viaja loca y caprichosa, sin contrastar, inexacta, desordenada, desjerarquizada o, sencillamente, falsa. Pero formalmente es intachable. No se distingue del producto periodístico, con sus titulares, sus destacados, sus fotografías o vídeos, sus declaraciones…
Si el que opera no es cirujano, mal pinta la salud del enfermo. Pues lo mismo ocurre cuando el que informa no es periodista. Triunfa el populismo y nos invaden la información falsa y el conocimiento basura. Eso es lo que está pasando en el mundo, en Occidente, en Europa, en España y en el Baix Llobregat. En esos cinco sitios.
En nuestra querida comarca más L’Hospitalet cada vez quedan menos periodistas y hay menos medios de comunicación. Sufrimos más que nadie. Nunca hemos sido un caso de éxito en el mundo de la información; no recuerdo que hayamos tenido ningún diario ni ninguna revista de pago importante, en el ámbito comarcal. Lo nuestro ha sido los medios públicos (emisoras municipales de radio y televisión y los boletines) y los privados gratuitos; esas revistas en las que me formé que se repartían en las panaderías. ¡Y a mucha honra!
Pero solo eso, tenemos la honradez y el esfuerzo propios de una zona de gente trabajadora, que no tiene grandes editores ni publicaciones importantes que vayan construyendo un relato de comarca, que ayude a cimentar un espíritu unitario. Cada uno a su rollo; con su Facebook, twitter o Instagram. ¿Para qué tener una visión de conjunto? ¿Para crear algo influyente? Mejor seguir siendo pequeños. Total, solo tenemos 1,1 millón de habitantes frente al 1,6 de la gran ciudad de al lado.
(Este medio, El Far, con todos sus años de historia, es una digna excepción. Sumo con agrado a este mérito las cabeceras El Llobregat y La Premsa del Baix, que también se esfuerzan por mantener una vieja versión en papel, así como otras más pequeñas que solo salen como web. No las enumero para no dejarme ninguna, pero hay gente trabajando muy buena, a la que solo le haría falta un traje más grande).
La desproporción que existe de medios de comunicación y periodistas en el Baix Llobregat respecto a Barcelona, capital de Catalunya, podría entenderse, pero no tanto con la que existe versus los valleses, el Maresme, el Osona… El Baix Llobregat está infrainformado. No sé si existe la palabra, pero creo que resume mucho. Y esta carencia repercute en su importancia e incide en su división. No somos una comarca; somos ciudades que van por separado.
No tengo soluciones. Llevo muchos años en esto y jamás las he tenido. He pensado muchas veces que si me tocara la Primitiva montaría mi medio y sería feliz, aunque perdiera la pasta en un año. Soy consciente, por todo lo que he explicado antes, de que este negocio no es un buen negocio.
Pero, en mi modestia, con la boina girando entre mis manos, me atrevo a pedir algo concreto: que los medios de comunicación de Barcelona repongan los corresponsales en la comarca que ya no tenemos. Recuerdo cuando Europa Press, TV3, TVE, Radio Barcelona, RNE, El País, El Mundo, El Punt o El Periódico tenían corresponsal en el Baix Llobregat. ¡Qué figura! Un tipo (o tipa) que cubría la actualidad de 31 municipios. Si en Barcelona había redacciones enteras para informar de un solo Ayuntamiento, en nuestra comarca bastaba con un superman (o superwoman) que llegaba a todas partes. ¡Ojo! Aún quedan algunos, pero creo que se pueden contar con los dedos de una mano. Y hay por ahí un héroe que tiene dos corresponsalías pero que no publica casi nada.
Por favor. Necesitamos periodistas que mejoren la información y que ayuden a forjar el espíritu del Baix Llobregat. Que existe. Que sí. Que solo es un problema de comunicación… ¿les suena la cantinela? Que con un Baix Llobregat potente, con presencia constante en la actualidad catalana, quizá otro gallo nos hubiera cantado en los anni horribiles del Procés. Que si sabemos presionar nos llegará más dinero (que aportamos más del 10% del PIB catalán y recibimos en los años más normales alrededor del 3% de la inversión de la Generalitat).
La información es un bien esencial, un arma democrática, una herramienta para la libertad. Sueño con un Baix Llobregat que tuviera los diarios que tiene el Vallès, revistas y diarios digitales de todo tipo, y los corresponsales que tuvo hace 10 o 15 años. Estaríamos en Primera División y ayudaríamos a que todo fuera más justo. Señores editores, pónganse las pilas. Somos una comarca joven y con empuje económico y social. Aquí hay mercado.
¿Se imaginan un mundo en el que cualquiera pudiera llevar un avión sin ser piloto? ¿O en el que cualquiera pudiera juzgar y sentenciar sin ser juez? ¿Arrestar sin ser policía? ¿Operar sin ser cirujano?... Pues en estos momentos, millones de personas aseguran que informan pero no son periodistas.
Utilizan para ello formidables herramientas que están al alcance de cualquiera: redes sociales por las que discurren toneladas de información. Mucha de ella –la mayoría–, viaja loca y caprichosa, sin contrastar, inexacta, desordenada, desjerarquizada o, sencillamente, falsa. Pero formalmente es intachable. No se distingue del producto periodístico, con sus titulares, sus destacados, sus fotografías o vídeos, sus declaraciones…
Si el que opera no es cirujano, mal pinta la salud del enfermo. Pues lo mismo ocurre cuando el que informa no es periodista. Triunfa el populismo y nos invaden la información falsa y el conocimiento basura. Eso es lo que está pasando en el mundo, en Occidente, en Europa, en España y en el Baix Llobregat. En esos cinco sitios.
En nuestra querida comarca más L’Hospitalet cada vez quedan menos periodistas y hay menos medios de comunicación. Sufrimos más que nadie. Nunca hemos sido un caso de éxito en el mundo de la información; no recuerdo que hayamos tenido ningún diario ni ninguna revista de pago importante, en el ámbito comarcal. Lo nuestro ha sido los medios públicos (emisoras municipales de radio y televisión y los boletines) y los privados gratuitos; esas revistas en las que me formé que se repartían en las panaderías. ¡Y a mucha honra!
Pero solo eso, tenemos la honradez y el esfuerzo propios de una zona de gente trabajadora, que no tiene grandes editores ni publicaciones importantes que vayan construyendo un relato de comarca, que ayude a cimentar un espíritu unitario. Cada uno a su rollo; con su Facebook, twitter o Instagram. ¿Para qué tener una visión de conjunto? ¿Para crear algo influyente? Mejor seguir siendo pequeños. Total, solo tenemos 1,1 millón de habitantes frente al 1,6 de la gran ciudad de al lado.
(Este medio, El Far, con todos sus años de historia, es una digna excepción. Sumo con agrado a este mérito las cabeceras El Llobregat y La Premsa del Baix, que también se esfuerzan por mantener una vieja versión en papel, así como otras más pequeñas que solo salen como web. No las enumero para no dejarme ninguna, pero hay gente trabajando muy buena, a la que solo le haría falta un traje más grande).
La desproporción que existe de medios de comunicación y periodistas en el Baix Llobregat respecto a Barcelona, capital de Catalunya, podría entenderse, pero no tanto con la que existe versus los valleses, el Maresme, el Osona… El Baix Llobregat está infrainformado. No sé si existe la palabra, pero creo que resume mucho. Y esta carencia repercute en su importancia e incide en su división. No somos una comarca; somos ciudades que van por separado.
No tengo soluciones. Llevo muchos años en esto y jamás las he tenido. He pensado muchas veces que si me tocara la Primitiva montaría mi medio y sería feliz, aunque perdiera la pasta en un año. Soy consciente, por todo lo que he explicado antes, de que este negocio no es un buen negocio.
Pero, en mi modestia, con la boina girando entre mis manos, me atrevo a pedir algo concreto: que los medios de comunicación de Barcelona repongan los corresponsales en la comarca que ya no tenemos. Recuerdo cuando Europa Press, TV3, TVE, Radio Barcelona, RNE, El País, El Mundo, El Punt o El Periódico tenían corresponsal en el Baix Llobregat. ¡Qué figura! Un tipo (o tipa) que cubría la actualidad de 31 municipios. Si en Barcelona había redacciones enteras para informar de un solo Ayuntamiento, en nuestra comarca bastaba con un superman (o superwoman) que llegaba a todas partes. ¡Ojo! Aún quedan algunos, pero creo que se pueden contar con los dedos de una mano. Y hay por ahí un héroe que tiene dos corresponsalías pero que no publica casi nada.
Por favor. Necesitamos periodistas que mejoren la información y que ayuden a forjar el espíritu del Baix Llobregat. Que existe. Que sí. Que solo es un problema de comunicación… ¿les suena la cantinela? Que con un Baix Llobregat potente, con presencia constante en la actualidad catalana, quizá otro gallo nos hubiera cantado en los anni horribiles del Procés. Que si sabemos presionar nos llegará más dinero (que aportamos más del 10% del PIB catalán y recibimos en los años más normales alrededor del 3% de la inversión de la Generalitat).
La información es un bien esencial, un arma democrática, una herramienta para la libertad. Sueño con un Baix Llobregat que tuviera los diarios que tiene el Vallès, revistas y diarios digitales de todo tipo, y los corresponsales que tuvo hace 10 o 15 años. Estaríamos en Primera División y ayudaríamos a que todo fuera más justo. Señores editores, pónganse las pilas. Somos una comarca joven y con empuje económico y social. Aquí hay mercado.
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