OPINIÓN
EDITORIAL. Época de prioridades
MARÍA JOSÉ ESPINOSA. Directora ELFAR.CAT
![[Img #40208]](https://elfar.cat/upload/images/12_2021/4215_maria-jose.jpg)
A las puertas de la segunda Navidad de la era Covid, la solidaridad que caracteriza al Baix Llobregat y L’Hospitalet, demostrada con creces a lo largo de los años, vuelve a imperar una vez más con la puesta en marcha de multitud de campañas, impulsadas por los ayuntamientos y las entidades locales, para que los colectivos más desfavorecidos, y que están sufriendo con más dureza las consecuencias de la crisis social y económica provocada por la pandemia, vivan estas fechas tan señaladas en el calendario de la forma más digna posible. Y es que tal como reza un proverbio escocés “muchas cosas pequeñitas, en muchos lugares pequeños, hechas por mucha gente pequeña, pueden transformar el mundo”. La actual coyuntura hace más necesaria que nunca la solidaridad ciudadana, y la comarca está respondiendo como se esperaba porque sabe que este gesto es fundamental para intentar que la fractura social existente no se haga cada vez más grande e insalvable.
Con la mirada puesta en el preocupante repunte de los contagios, la solidaridad es el mejor regalo para estas fiestas. Pero no es el único, ya que este año también podemos -y debemos- regalar comercio local.
La iluminación navideña engalana desde hace semanas las calles de nuestros municipios y, especialmente, sus principales ejes comerciales, con la idea de hacerlos más atractivos para el consumidor. Sin duda, la ornamentación es un gancho importante para atraer a los clientes, pero no es suficiente, y más en tiempos de pandemia. Así que administraciones locales y agrupaciones de comerciantes se han puesto manos a la obra para agudizar el ingenio e idear atractivas campañas que arrastren compradores al pequeño comercio.
La situación de crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19 hace más necesaria que nunca la compra de proximidad. Ésta es la época del año de mayor consumo, así que es el motivo perfecto para incentivar el comercio local, el de toda la vida, el que ofrece una atención cercana, personalizada y de calidad y el que permite que las ciudades de un territorio sigan dinamizando su economía y apostando por un desarrollo futuro.
Conscientes de que el sector comercial es esencial para mantener los municipios vivos y pieza clave en la economía local, los ayuntamientos del Baix Llobregat han centrado parte de sus esfuerzos en ofrecer ayudas y subvenciones para contrarrestar los devastadores efectos que la pandemia ha causado en él; evitando así que muchas tiendas de toda la vida hayan tenido que bajar definitivamente las persianas.
Muchas de estas acciones están incluidas en los planes locales de reconstrucción que fueron elaborados tras el estallido de la crisis provocada por el coronavirus. Unos programas que han vuelto a estar muy presentes a la hora de elaborar los presupuestos municipales para el año próximo y que se están aprobando estas últimas semanas. Todos ellos, en líneas generales, siguen priorizando las políticas dirigidas a la atención y a la ayuda de las familias, incrementando los recursos destinados a los servicios sociales, la educación o la promoción económica.
Un hecho que demuestra que los gobiernos locales del Baix Llobregat sitúan las políticas sociales en el centro de su acción, favoreciendo actuaciones que son especialmente necesarias en un momento excepcional como el actual, que inciden directamente en el grado de bienestar de las personas y que ayudan a garantizar la cohesión social del territorio.
En esta misma línea, también se han aprobado en el Congreso, y con gran consenso, los Presupuestos Generales del Estado, una buena noticia porque otorga estabilidad a la legislatura. Algo necesario para afrontar las consecuencias de esta crisis sanitaria sin precedentes y encarar la ansiada recuperación social y económica en la que el Gobierno, liderado por Pedro Sánchez, confía.
A las puertas de la segunda Navidad de la era Covid, la solidaridad que caracteriza al Baix Llobregat y L’Hospitalet, demostrada con creces a lo largo de los años, vuelve a imperar una vez más con la puesta en marcha de multitud de campañas, impulsadas por los ayuntamientos y las entidades locales, para que los colectivos más desfavorecidos, y que están sufriendo con más dureza las consecuencias de la crisis social y económica provocada por la pandemia, vivan estas fechas tan señaladas en el calendario de la forma más digna posible. Y es que tal como reza un proverbio escocés “muchas cosas pequeñitas, en muchos lugares pequeños, hechas por mucha gente pequeña, pueden transformar el mundo”. La actual coyuntura hace más necesaria que nunca la solidaridad ciudadana, y la comarca está respondiendo como se esperaba porque sabe que este gesto es fundamental para intentar que la fractura social existente no se haga cada vez más grande e insalvable.
Con la mirada puesta en el preocupante repunte de los contagios, la solidaridad es el mejor regalo para estas fiestas. Pero no es el único, ya que este año también podemos -y debemos- regalar comercio local.
La iluminación navideña engalana desde hace semanas las calles de nuestros municipios y, especialmente, sus principales ejes comerciales, con la idea de hacerlos más atractivos para el consumidor. Sin duda, la ornamentación es un gancho importante para atraer a los clientes, pero no es suficiente, y más en tiempos de pandemia. Así que administraciones locales y agrupaciones de comerciantes se han puesto manos a la obra para agudizar el ingenio e idear atractivas campañas que arrastren compradores al pequeño comercio.
La situación de crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19 hace más necesaria que nunca la compra de proximidad. Ésta es la época del año de mayor consumo, así que es el motivo perfecto para incentivar el comercio local, el de toda la vida, el que ofrece una atención cercana, personalizada y de calidad y el que permite que las ciudades de un territorio sigan dinamizando su economía y apostando por un desarrollo futuro.
Conscientes de que el sector comercial es esencial para mantener los municipios vivos y pieza clave en la economía local, los ayuntamientos del Baix Llobregat han centrado parte de sus esfuerzos en ofrecer ayudas y subvenciones para contrarrestar los devastadores efectos que la pandemia ha causado en él; evitando así que muchas tiendas de toda la vida hayan tenido que bajar definitivamente las persianas.
Muchas de estas acciones están incluidas en los planes locales de reconstrucción que fueron elaborados tras el estallido de la crisis provocada por el coronavirus. Unos programas que han vuelto a estar muy presentes a la hora de elaborar los presupuestos municipales para el año próximo y que se están aprobando estas últimas semanas. Todos ellos, en líneas generales, siguen priorizando las políticas dirigidas a la atención y a la ayuda de las familias, incrementando los recursos destinados a los servicios sociales, la educación o la promoción económica.
Un hecho que demuestra que los gobiernos locales del Baix Llobregat sitúan las políticas sociales en el centro de su acción, favoreciendo actuaciones que son especialmente necesarias en un momento excepcional como el actual, que inciden directamente en el grado de bienestar de las personas y que ayudan a garantizar la cohesión social del territorio.
En esta misma línea, también se han aprobado en el Congreso, y con gran consenso, los Presupuestos Generales del Estado, una buena noticia porque otorga estabilidad a la legislatura. Algo necesario para afrontar las consecuencias de esta crisis sanitaria sin precedentes y encarar la ansiada recuperación social y económica en la que el Gobierno, liderado por Pedro Sánchez, confía.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.169