Fortalecer el progreso moral

Cornellà ha incorporado este mes dos nuevas bibliotecas en dos barrios de la ciudad, abriendo un nuevo punto dinamizador de conocimiento, de aprendizaje en familia, de estudio. Y de lectura, ¡por supuesto!

Teníamos una biblioteca en 2008, tenemos cinco hoy en día. Una red que se suma a otras experiencias vinculadas al conocimiento de las que dispone Cornellà como el Citilab, la Escola d’Humanitats, la Universitat de la Gent Gran, la Universitat d’estiu de les Dones, la programación de los centros cívicos o la Escuela de Música Roser Cabanas, que acaba de estrenar sus instalaciones ampliando su oferta educativa.

La finalidad de este conjunto de equipamientos culturales es la de ofrecer lugares comunes donde desarrollar la inquietud de cada persona por aprender. Crearlos y consolidarlos es disponer de espacios públicos para desarrollar un conjunto armónico relacionado con el progreso moral, que enriquece miradas y suma carácter constructivo a la comunidad, manteniendo el aprendizaje como un valor que no debe tomar asiento. Es evidente que estamos sumergidos en afinar los progresos: económicos, sociales o tecnológicos; pero sin progreso moral, difícilmente sabremos definir el encaje humano de los retos y afrontar las consecuencias que conforman esta etapa histórica de transición. Sin ese compromiso de humanizar el crecimiento, existe el riesgo de quedarnos huérfanos en valores.

En el camino de fortalecimiento de una ciudad es esencial ambicionar nuevas aspiraciones individuales y colectivas entorno a la educación, la cultura y el conocimiento como herramientas indispensables para incrementar la cultura creativa y ampliar la formación permanente, contribuyendo a crecer como ciudadanas y ciudadanos, inquietos, pero implicados activamente en el progreso comunitario de nuestra ciudad.