OPINIÓN
Revertir la regresión de la playa, un reto urgente
GEMMA BADIA. Alcaldesa de Gavà
![[Img #43460]](https://elfar.cat/upload/images/06_2022/2239_gemma-badia.jpg)
Han pasado días, semanas… En plena temporada alta, con todos los dispositivos y servicios a pleno rendimiento, con todas las banderas de calidad izadas… Y la arena sigue sin llegar, dejando una zona de la playa de Gavà en condiciones muy precarias.
El temporal Celia lastró una de las zonas más frecuentadas de nuestro litoral, dejando un socavón de casi dos metros en un tramo de más de 300 metros de longitud. Desde el primer momento llamamos a todas las puertas. Hablamos con quien tocaba exigiendo una intervención de urgencia para no correr riesgos. Para que los vehículos de emergencia y seguridad pudieran disponer de un carril para circular; para no tener que cerrar la zona en la verbena de Sant Joan; para recuperar con total normalidad el espectáculo pirotécnico de la Fiesta Mayor. Pero esta reposición se hace esperar, como lo hace la aportación anual correspondiente a la Declaración de Impacto Ambiental del Puerto de Barcelona.
Las últimas noticias apuntan a que las aportaciones para paliar los efectos del temporal y las que anualmente debemos recibir, llegarán a lo largo del mes de julio. Pero las esperábamos mucho antes.
No es de recibo. Vamos tarde. Demasiado tarde. Y más cuando, a nuestro pesar, la pérdida de arena en nuestras playas no es un fenómeno ni impredecible ni puntual. Es una evidencia que se repite cada verano, y los efectos del cambio climático no auguran tiempos mejores si no somos capaces de prevenir y actuar a corto y a medio plazo.
Ésa es la clave. Las aportaciones urgentes o puntuales no son la solución que necesitamos. Son remedios paliativos e imprescindibles, pero lo que necesitamos y reclamamos son soluciones eficaces a medio y largo plazo, acciones sostenibles tanto medioambiental como económicamente. Y sabemos que esas soluciones existen. De hecho, allí donde se han aplicado algunas acciones con carácter experimental, como los geotubos instalados en zonas de la playa de Gavà, los efectos del temporal han sido claramente menores. Igual que ha quedado demostrada la necesidad de preservar las dunas tanto por su valor natural como por la protección que representan.
Así pues, es cuestión de ponerse manos a la obra. Sumar voluntades, coordinar esfuerzos y asumir las responsabilidades que corresponden a cada administración. Nuestras playas corren peligro. Son un recurso medioambiental y paisajístico, un valor cívico y democrático de primer orden, y un recurso turístico imprescindible. No podemos permitirnos más retrasos. Necesitamos acciones solventes, rápidas y planificadas.
Han pasado días, semanas… En plena temporada alta, con todos los dispositivos y servicios a pleno rendimiento, con todas las banderas de calidad izadas… Y la arena sigue sin llegar, dejando una zona de la playa de Gavà en condiciones muy precarias.
El temporal Celia lastró una de las zonas más frecuentadas de nuestro litoral, dejando un socavón de casi dos metros en un tramo de más de 300 metros de longitud. Desde el primer momento llamamos a todas las puertas. Hablamos con quien tocaba exigiendo una intervención de urgencia para no correr riesgos. Para que los vehículos de emergencia y seguridad pudieran disponer de un carril para circular; para no tener que cerrar la zona en la verbena de Sant Joan; para recuperar con total normalidad el espectáculo pirotécnico de la Fiesta Mayor. Pero esta reposición se hace esperar, como lo hace la aportación anual correspondiente a la Declaración de Impacto Ambiental del Puerto de Barcelona.
Las últimas noticias apuntan a que las aportaciones para paliar los efectos del temporal y las que anualmente debemos recibir, llegarán a lo largo del mes de julio. Pero las esperábamos mucho antes.
No es de recibo. Vamos tarde. Demasiado tarde. Y más cuando, a nuestro pesar, la pérdida de arena en nuestras playas no es un fenómeno ni impredecible ni puntual. Es una evidencia que se repite cada verano, y los efectos del cambio climático no auguran tiempos mejores si no somos capaces de prevenir y actuar a corto y a medio plazo.
Ésa es la clave. Las aportaciones urgentes o puntuales no son la solución que necesitamos. Son remedios paliativos e imprescindibles, pero lo que necesitamos y reclamamos son soluciones eficaces a medio y largo plazo, acciones sostenibles tanto medioambiental como económicamente. Y sabemos que esas soluciones existen. De hecho, allí donde se han aplicado algunas acciones con carácter experimental, como los geotubos instalados en zonas de la playa de Gavà, los efectos del temporal han sido claramente menores. Igual que ha quedado demostrada la necesidad de preservar las dunas tanto por su valor natural como por la protección que representan.
Así pues, es cuestión de ponerse manos a la obra. Sumar voluntades, coordinar esfuerzos y asumir las responsabilidades que corresponden a cada administración. Nuestras playas corren peligro. Son un recurso medioambiental y paisajístico, un valor cívico y democrático de primer orden, y un recurso turístico imprescindible. No podemos permitirnos más retrasos. Necesitamos acciones solventes, rápidas y planificadas.
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