La nueva Reforma Laboral

La nueva Reforma Laboral debería servir para legislar la transformación del mercado laboral, modernizándolo y haciendo que se adapte al nuevo entorno de incertidumbre.

Para la mayoría de las empresas, la reforma ha afectado en la contratación de forma muy negativa, ya que ha omitido diversas realidades de los sectores, las diferentes circunstancias en que el talento llega a las empresas, dejando los contratos temporales a residuales y generalizando la contratación a fijos discontinuos. No existen contratos por obra y servicio, aunque sigue existiendo la necesidad de esta contratación, y así podríamos seguir.

La temporalidad que se da en España es fruto de la rigidez en la entrada y salida, así como de las circunstancias económicas y de los riesgos no controlados de las empresas y que cada vez crecen en más ámbitos. A las empresas no nos gusta ni nos conviene la temporalidad, pero creemos que ésta no es la manera de acabar con ella o reducirla. Esta reforma omite muchas realidades y no soluciona la rigidez.

España lidera el desempleo en la Eurozona (tasa del 12,4% en noviembre de 2022), lo que demuestra que esta reforma no ha sido eficaz para su reducción.

La principal dificultad de las empresas en los últimos meses es la falta de personal cualificado para asumir nuevos retos. Tampoco creemos que esta reforma sirva para aminorar esta necesidad, sino para complicar la contratación.

Entendemos que la nueva reforma no es útil para las empresas ni beneficia a la sociedad, pues no se reducirán las altas cifras de desempleo.