OPINIÓN
La democracia será feminista o no será
SONIA GUERRA. Diputada en el Congreso, portavoz de Derechos Sociales del grupo parlamentario socialista y secretaria de Políticas Feministas del PSC
![[Img #47081]](https://elfar.cat/upload/images/03_2023/8960_thum_2022_soniaguerraok.jpg)
Hay días que cambian la vida de las personas y, sin duda, el martes 7 de marzo de 2023 es uno de ellos. Los tres poderes del Estado han tomado decisiones fundamentales para mejorar las condiciones de vida de las mujeres en nuestro país.
La primera hace referencia claramente a la necesidad de romper los techos de cristal, en ocasiones de cemento armado, que impiden que las mujeres lleguen a los espacios de decisión, tanto a nivel público como privado. A partir de ahora la paridad será la única realidad posible en los Gobiernos, en las empresas de más de 250 trabajadores, en los colegios profesionales o en los jurados de reconocimiento. Y eso será así gracias a la Ley de Representación Paritaria de Mujeres y Hombres en Órganos de Decisión, aprobada por el Poder Ejecutivo en el Consejo de Ministros.
La segunda es una iniciativa legislativa que trata de modificar la Ley del Sólo Sí es Sí para que en ningún caso se puedan rebajar condenas a la baja de los agresores sexuales. El Sólo Sí es Sí es una buena ley que da respuesta al Convenio de Estambul y a la violencia sexual que sufren las mujeres. En nuestro país se produce una agresión cada cuatro horas. La ley establece que siempre que no hay consentimiento, siempre que no hay deseo femenino, es violación. Sin duda, la ley era necesaria. Asegurarnos que su aplicación no beneficia a los reos, también.
Asimismo, el 7 de marzo hemos conocido que el juzgado de primera instancia de Vélez-Málaga ha sentenciado que un hombre debe pagar 204.000 euros a su exmujer por haber cuidado de sus hijas durante 25 años, mientras él ascendía profesionalmente. En el momento del divorcio, debido al régimen de separación de bienes, él se quedó con todo. Ella con nada. La jueza ha dictaminado que le debe pagar el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional del cuarto de siglo que estuvieron juntos.
Nada nuevo bajo el sol. La división sexual del trabajo ha permitido que durante décadas las mujeres hayan sido dependientes económicamente de su cónyuge. Ellas han trabajado de sol a sol de manera gratuita en el espacio doméstico. Ellos de manera remunerada en el mercado de trabajo. Todavía a día de hoy, mientras las mujeres se han incorporado masivamente al trabajo remunerado (por cierto, cobrando un 21% menos que los hombres por trabajo de igual valor), los varones no lo han hecho con la misma determinación al reproductivo. Cada semana las mujeres dedican 15 horas semanales más que los hombres al trabajo del hogar. 720 horas al año. 30 días. Un mes. Las mujeres en nuestro país viven sin vacaciones pagadas.
Este mes de marzo es el más feminista de los últimos años. Las tres medidas citadas tratan de acabar con algunas de las discriminaciones estructurales que sufrimos las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. El 7 de marzo de 2023 pasará a la historia porque la agenda feminista ha ocupado el centro de la agenda de los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Nunca antes había sucedido nada igual. El avance es imparable, pero la lucha continua y continuará hasta la igualdad real. Porque sin feminismo no hay democracia. La democracia será feminista o no será.
Hay días que cambian la vida de las personas y, sin duda, el martes 7 de marzo de 2023 es uno de ellos. Los tres poderes del Estado han tomado decisiones fundamentales para mejorar las condiciones de vida de las mujeres en nuestro país.
La primera hace referencia claramente a la necesidad de romper los techos de cristal, en ocasiones de cemento armado, que impiden que las mujeres lleguen a los espacios de decisión, tanto a nivel público como privado. A partir de ahora la paridad será la única realidad posible en los Gobiernos, en las empresas de más de 250 trabajadores, en los colegios profesionales o en los jurados de reconocimiento. Y eso será así gracias a la Ley de Representación Paritaria de Mujeres y Hombres en Órganos de Decisión, aprobada por el Poder Ejecutivo en el Consejo de Ministros.
La segunda es una iniciativa legislativa que trata de modificar la Ley del Sólo Sí es Sí para que en ningún caso se puedan rebajar condenas a la baja de los agresores sexuales. El Sólo Sí es Sí es una buena ley que da respuesta al Convenio de Estambul y a la violencia sexual que sufren las mujeres. En nuestro país se produce una agresión cada cuatro horas. La ley establece que siempre que no hay consentimiento, siempre que no hay deseo femenino, es violación. Sin duda, la ley era necesaria. Asegurarnos que su aplicación no beneficia a los reos, también.
Asimismo, el 7 de marzo hemos conocido que el juzgado de primera instancia de Vélez-Málaga ha sentenciado que un hombre debe pagar 204.000 euros a su exmujer por haber cuidado de sus hijas durante 25 años, mientras él ascendía profesionalmente. En el momento del divorcio, debido al régimen de separación de bienes, él se quedó con todo. Ella con nada. La jueza ha dictaminado que le debe pagar el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional del cuarto de siglo que estuvieron juntos.
Nada nuevo bajo el sol. La división sexual del trabajo ha permitido que durante décadas las mujeres hayan sido dependientes económicamente de su cónyuge. Ellas han trabajado de sol a sol de manera gratuita en el espacio doméstico. Ellos de manera remunerada en el mercado de trabajo. Todavía a día de hoy, mientras las mujeres se han incorporado masivamente al trabajo remunerado (por cierto, cobrando un 21% menos que los hombres por trabajo de igual valor), los varones no lo han hecho con la misma determinación al reproductivo. Cada semana las mujeres dedican 15 horas semanales más que los hombres al trabajo del hogar. 720 horas al año. 30 días. Un mes. Las mujeres en nuestro país viven sin vacaciones pagadas.
Este mes de marzo es el más feminista de los últimos años. Las tres medidas citadas tratan de acabar con algunas de las discriminaciones estructurales que sufrimos las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. El 7 de marzo de 2023 pasará a la historia porque la agenda feminista ha ocupado el centro de la agenda de los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Nunca antes había sucedido nada igual. El avance es imparable, pero la lucha continua y continuará hasta la igualdad real. Porque sin feminismo no hay democracia. La democracia será feminista o no será.
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