COMARCA
El Baix Llobregat se reafirma como una comarca feminista
Esta semana se han presentado las conclusiones del sexto Congrés de les Dones con el objetivo de avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias machistas
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Las alcaldesas del Baix Llobregat presentaron el lunes, en la sede del Consell Comarcal, las principales conclusiones extraídas del sexto Congrés de les Dones que se celebró en Cornellà el pasado mes de noviembre. Todas ellas pusieron de relieve las principales ideas que marcarán las políticas feministas de la comarca en los próximos años y que destacan ya sea por su cariz transversal en los ámbitos trabajados, por haber aparecido repetidamente en los debates y documentos, o bien por su peso de cara a la definición de futuras líneas de trabajo.
El primer congreso se llevó a cabo en Sant Boi en el año 2002, erigiéndose como un gran espacio de debate y en el punto de encuentro del feminismo en la comarca. Durante la presentación de las conclusiones, la presidenta del Consell Comarcal y alcaldesa de Vallirana, Eva Martínez, recordaba que el Baix Llobregat “es el único territorio de todo el Estado que organiza congresos de mujeres desde hace 20 años”.
En esta sexta edición, los principales objetivos fueron entre otros, situar los derechos de las mujeres en el centro de la agenda política y social; crear ámbitos de participación y conocimiento feminista; fomentar el debate crítico, analizar los retos y oportunidades del escenario postpandémico para las mujeres y evidenciar el peligro de una recuperación económica sin perspectiva feminista.
Bajo el lema #weareone #somuna #somosuna, el sexto Congrés de les Dones trasladó el debate feminista a toda la comarca durante los ocho meses previos a su celebración, en los que se llevaron a cabo toda una serie de debates, charlas y jornadas en los diferentes municipios que actuaron como subsedes. En total, se realizaron 35 actos, en los que se reflexionó en torno a diferentes temáticas como son las violencias machistas; la medicalización de la vida; las desigualdades en el mercado de trabajo; la prostitución; las violencias digitales; el empoderamiento sexual y reproductivo; la salud; la maternidad, la interseccionalidad o las trayectorias vitales de las mujeres.
El documento de conclusiones presentado esta semana por las alcaldesas es una recopilación de las aportaciones de todas las expertas, profesionales, entidades y ayuntamientos, así como de las más de 1.500 mujeres y hombres, que han participado en este congreso, que ha significado “el reencuentro del movimiento feminista de la comarca después de la pandemia, el cual era muy esperado y necesario tanto a escala individual como colectiva”, remarcaba la consejera comarcal de Feminismos, Vicky Castellanos.
En esta misma línea se manifestaba la alcaldesa de Begues, Mercè Esteve. “Después de las grandes movilizaciones feministas en todo el mundo hace cuatro años, y después de que el periodo de la pandemia evidenciara todavía más las desigualdades y discriminaciones que sufrimos las mujeres en cualquier ámbito de la sociedad, sea en la esfera pública o en la privada, era más necesario que nunca un grito de sororidad que reafirmara el Baix Llobregat como la comarca feminista que es”, resaltaba, tras insistir en la necesidad del trabajo colectivo y el acompañamiento. “El patriarcado no quiere que nos organicemos, pero es importante saber que solas no llegaremos a ningún sitio. Ahora, más que nunca, las mujeres del Baix Llobregat somos una sola mujer”, apuntaba.
En nombre de la alcaldesa de Pallejà, Ascensión Ratia, intervino la consejera Vicky Castellanos, quien abogó por la importancia de impulsar políticas feministas desde los consistorios y el Consell Comarcal. “Los ayuntamientos tienen la responsabilidad de actuar frente a las discriminaciones que sufrimos más de la mitad de la población en todos los ámbitos, pero especialmente en la lucha contra la expresión más grave de las desigualdades: la violencia machista”, declaraba.
En este sentido, aseveraba que “la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias está directamente relacionada con la incorporación de los valores feministas en las políticas públicas, muy especialmente en las municipales”.
La alcaldesa de Corbera, Montserrat Febrero, lamentaba que el derecho de las mujeres se haya convertido “en el centro de los ataques de los grupos políticos de extrema derecha y grupos fundamentalistas ultraconservadores”, y por este motivo afirmaba que “se hace más evidente que nunca” la necesidad de repasar los logros alcanzados por el feminismo.
“Desde el Baix Llobregat queremos decir alto y claro que no daremos ningún paso atrás. Los derechos humanos no se negocian, se respetan; y los derechos de las mujeres son derechos humanos”, sentenciaba.
La intervención de la alcaldesa de Sant Andreu de la Barca, Ana Alba, se centraba en la violencia vicaria, la institucional o la digital. “La justicia tiende a disociar la figura de la mala pareja de la de buen padre, como si fueran cosas diferentes. Pero crecer en un ambiente de miedo o de inseguridad también es violencia; y, por lo tanto, las criaturas se convierten en víctimas y han de recibir protección. Un maltratador no puede ser nunca un buen padre”, manifestaba.
La violencia sexual también fue otro de los temas abordados en el congreso. “Las conclusiones apuntan la fuerte influencia de la pornografía en la educación sexual de los jóvenes, que cada vez más inician su consumo en edades primerizas, entre los 6 y los 12 años”, explicaba la alcaldesa de Sant Joan Despí, Belén García, tras añadir que se trata de una industria donde predomina el machismo y que perpetúa el papel sumiso de las mujeres.
“La falta de educación sexual hace creer a los jóvenes que la pornografía es real, y ésta influye en la actitud que consideran correcta”, lamentaba. No obstante, reconocía que la pornografía no es la única culpable. “También lo es el mito del amor romántico, donde las mujeres tenemos un papel pasivo y de sumisión, marcado también por los cánones estéticos que nos cosifican, donde se visualiza a la mujer como un objeto propiedad del hombre y que no tiene en cuenta su placer”, reiteraba.
Por estos motivos, abogaba por una “educación sexual integral, saludable y feminista, desde la infancia, que contemple la importancia del placer y no aborde el sexo como un mero instrumento reproductivo”.
Otra de las principales conclusiones ha sido la constatación de que en el ámbito sanitario hay un grave problema del “falso diagnóstico” de las mujeres. “Se nos diagnostica muy a menudo como depresión o ansiedad otras dolencias sin estudiar el trasfondo, sin llegar al origen”, denunciaba la alcaldesa de Gavà, Gemma Badia. “Pero son muchos los factores que desencadenan estas dolencias, como las violencias machistas, los abusos sexuales, el acoso, el entorno laboral, los estereotipos, la presión social, el rol de cuidadoras que asumimos las mujeres y un largo etcétera”, enumeraba. “Y todos estos factores pueden derivar en enfermedades mucho más graves, como trastornos de estrés postraumático o de la alimentación, los cuales se pueden evitar con un buen diagnóstico y un tratamiento”, declaraba.
Ante esta realidad, el congreso abordó las carencias del sistema sanitario, reivindicando a su vez la necesidad de que exista una buena atención primaria, donde los médicos dispongan de tiempo suficiente para atender a las pacientes, de manera presencial y no a través de un ordenador o por teléfono.
La alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, se centró en la situación de las mujeres en el mercado laboral, que arrastra desigualdades de género históricas. “Los indicadores muestran importantes sesgos de género en ocupación: hay menos mujeres en posiciones directivas, menos empresarias y emprendedoras, especialmente en los sectores tecnológicos, y hay una mayor proporción de mujeres con empleos parciales o con contratos temporales”, mencionaba.
Asimismo, exponía que las desigualdades salariales comienzan a partir de los 30 años y que alcanzan su máximo entre los 45 y los 55 años. “Y no acaban ni cuando nos jubilamos, ya que la diferencia entre las pensiones contributivas de jubilación entre hombres y mujeres es del 40% en el Baix Llobregat”, certificaba.
Por otra parte, resaltaba que las posiciones mejor valoradas en el mercado laboral son las tecnológicas, principalmente masculinizadas; y que, en cambio, las feminizadas continúan siendo invisibles y, en muchas ocasiones, no remuneradas. Por este motivo, considera “indispensable” incrementar la presencia de las mujeres en el mundo tecnológico. “Estamos hablando de un sector que tiene casi plena ocupación, que supone el 13,2% del PIB catalán, que está conformado por 19.148 empresas y que genera 175.000 empleos”, detallaba.
Díaz tiene claro que en plena transformación digital las mujeres tiene que estar presentes. “Si no lo estamos, el futuro lo decidirán los hombres”, alertaba, tras añadir que “cuando la mirada femenina no está en la construcción de las tecnologías que marcan nuestra vida y nuestro futuro, inevitablemente se están estableciendo sesgos de diseño, de datos, de interpretación, de usabilidad y de acceso”. Motivos más que suficientes para “dar un paso adelante” y “feminizar el futuro del trabajo”.
Otra de las conclusiones fue que las mujeres han de ser protagonistas de la maternidad. “Históricamente las maternidades no han sido incluidas dentro de los debates feministas y se han mantenido siempre al margen. Y eso ha provocado que hayan sido relegadas a un segundo o tercer plano y no hayan sido incluidas en la agenda feminista, cuando en realidad sabemos que se trata de una decisión que afecta a nuestras vidas, tanto si decidimos ser madres como si no”, lamentaba la alcaldesa de Castelldefels, Maria Miranda. La edil abogaba por incluir las necesidades de las diversas maternidades en la agenda política y feminista, así como promover redes de mujeres para hablar de la realidad de la maternidad sin estereotipos.
También señalaba la importancia de visualizar el dolor perinatal y abordar la salud mental, creando unidades específicas para tratar estos trastornos; y continuar reivindicando que se ha de garantizar el derecho al aborto en el sistema público sanitario catalán. Asimismo, defendía la normalización del deseo de no tener hijos y requería poder eliminar el apellido paterno cuando el progenitor sea condenado por violencia de género.
Por último, la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret, basaba su intervención en las trayectorias vitales de las mujeres, que siguen construyéndose en un sistema patriarcal. “Hemos de revisar la manera en la que educamos a nuestros hijos e hijas, con perspectiva de género, prestando mucha atención al lenguaje y la música, muy importantes para cambiar de paradigmas”, enunciaba. Una perspectiva que, a su parecer, también se ha de incorporar a la medicina. “La regla, la violencia obstétrica, la menopausia o el envejecimiento se han de abordar desde el respeto y desde la mirada de la mujeres”, decía. En este sentido, exigía acabar con la educación patriarcal y la socialización de las mujeres porque “nos hace invisibles, calladas y quietas”.
Gracias a la celebración del sexto Congrés de les Dones y a las conclusiones extraídas en las comisiones de trabajo, el Baix Llobregat tendrá su hoja de ruta feminista para los próximos cuatro años, la cual se verá plasmada en el quinto Plan Transversal de Políticas Feministas.
Las alcaldesas del Baix Llobregat presentaron el lunes, en la sede del Consell Comarcal, las principales conclusiones extraídas del sexto Congrés de les Dones que se celebró en Cornellà el pasado mes de noviembre. Todas ellas pusieron de relieve las principales ideas que marcarán las políticas feministas de la comarca en los próximos años y que destacan ya sea por su cariz transversal en los ámbitos trabajados, por haber aparecido repetidamente en los debates y documentos, o bien por su peso de cara a la definición de futuras líneas de trabajo.
El primer congreso se llevó a cabo en Sant Boi en el año 2002, erigiéndose como un gran espacio de debate y en el punto de encuentro del feminismo en la comarca. Durante la presentación de las conclusiones, la presidenta del Consell Comarcal y alcaldesa de Vallirana, Eva Martínez, recordaba que el Baix Llobregat “es el único territorio de todo el Estado que organiza congresos de mujeres desde hace 20 años”.
En esta sexta edición, los principales objetivos fueron entre otros, situar los derechos de las mujeres en el centro de la agenda política y social; crear ámbitos de participación y conocimiento feminista; fomentar el debate crítico, analizar los retos y oportunidades del escenario postpandémico para las mujeres y evidenciar el peligro de una recuperación económica sin perspectiva feminista.
Bajo el lema #weareone #somuna #somosuna, el sexto Congrés de les Dones trasladó el debate feminista a toda la comarca durante los ocho meses previos a su celebración, en los que se llevaron a cabo toda una serie de debates, charlas y jornadas en los diferentes municipios que actuaron como subsedes. En total, se realizaron 35 actos, en los que se reflexionó en torno a diferentes temáticas como son las violencias machistas; la medicalización de la vida; las desigualdades en el mercado de trabajo; la prostitución; las violencias digitales; el empoderamiento sexual y reproductivo; la salud; la maternidad, la interseccionalidad o las trayectorias vitales de las mujeres.
El documento de conclusiones presentado esta semana por las alcaldesas es una recopilación de las aportaciones de todas las expertas, profesionales, entidades y ayuntamientos, así como de las más de 1.500 mujeres y hombres, que han participado en este congreso, que ha significado “el reencuentro del movimiento feminista de la comarca después de la pandemia, el cual era muy esperado y necesario tanto a escala individual como colectiva”, remarcaba la consejera comarcal de Feminismos, Vicky Castellanos.
En esta misma línea se manifestaba la alcaldesa de Begues, Mercè Esteve. “Después de las grandes movilizaciones feministas en todo el mundo hace cuatro años, y después de que el periodo de la pandemia evidenciara todavía más las desigualdades y discriminaciones que sufrimos las mujeres en cualquier ámbito de la sociedad, sea en la esfera pública o en la privada, era más necesario que nunca un grito de sororidad que reafirmara el Baix Llobregat como la comarca feminista que es”, resaltaba, tras insistir en la necesidad del trabajo colectivo y el acompañamiento. “El patriarcado no quiere que nos organicemos, pero es importante saber que solas no llegaremos a ningún sitio. Ahora, más que nunca, las mujeres del Baix Llobregat somos una sola mujer”, apuntaba.
En nombre de la alcaldesa de Pallejà, Ascensión Ratia, intervino la consejera Vicky Castellanos, quien abogó por la importancia de impulsar políticas feministas desde los consistorios y el Consell Comarcal. “Los ayuntamientos tienen la responsabilidad de actuar frente a las discriminaciones que sufrimos más de la mitad de la población en todos los ámbitos, pero especialmente en la lucha contra la expresión más grave de las desigualdades: la violencia machista”, declaraba.
En este sentido, aseveraba que “la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias está directamente relacionada con la incorporación de los valores feministas en las políticas públicas, muy especialmente en las municipales”.
La alcaldesa de Corbera, Montserrat Febrero, lamentaba que el derecho de las mujeres se haya convertido “en el centro de los ataques de los grupos políticos de extrema derecha y grupos fundamentalistas ultraconservadores”, y por este motivo afirmaba que “se hace más evidente que nunca” la necesidad de repasar los logros alcanzados por el feminismo.
“Desde el Baix Llobregat queremos decir alto y claro que no daremos ningún paso atrás. Los derechos humanos no se negocian, se respetan; y los derechos de las mujeres son derechos humanos”, sentenciaba.
La intervención de la alcaldesa de Sant Andreu de la Barca, Ana Alba, se centraba en la violencia vicaria, la institucional o la digital. “La justicia tiende a disociar la figura de la mala pareja de la de buen padre, como si fueran cosas diferentes. Pero crecer en un ambiente de miedo o de inseguridad también es violencia; y, por lo tanto, las criaturas se convierten en víctimas y han de recibir protección. Un maltratador no puede ser nunca un buen padre”, manifestaba.
La violencia sexual también fue otro de los temas abordados en el congreso. “Las conclusiones apuntan la fuerte influencia de la pornografía en la educación sexual de los jóvenes, que cada vez más inician su consumo en edades primerizas, entre los 6 y los 12 años”, explicaba la alcaldesa de Sant Joan Despí, Belén García, tras añadir que se trata de una industria donde predomina el machismo y que perpetúa el papel sumiso de las mujeres.
“La falta de educación sexual hace creer a los jóvenes que la pornografía es real, y ésta influye en la actitud que consideran correcta”, lamentaba. No obstante, reconocía que la pornografía no es la única culpable. “También lo es el mito del amor romántico, donde las mujeres tenemos un papel pasivo y de sumisión, marcado también por los cánones estéticos que nos cosifican, donde se visualiza a la mujer como un objeto propiedad del hombre y que no tiene en cuenta su placer”, reiteraba.
Por estos motivos, abogaba por una “educación sexual integral, saludable y feminista, desde la infancia, que contemple la importancia del placer y no aborde el sexo como un mero instrumento reproductivo”.
Otra de las principales conclusiones ha sido la constatación de que en el ámbito sanitario hay un grave problema del “falso diagnóstico” de las mujeres. “Se nos diagnostica muy a menudo como depresión o ansiedad otras dolencias sin estudiar el trasfondo, sin llegar al origen”, denunciaba la alcaldesa de Gavà, Gemma Badia. “Pero son muchos los factores que desencadenan estas dolencias, como las violencias machistas, los abusos sexuales, el acoso, el entorno laboral, los estereotipos, la presión social, el rol de cuidadoras que asumimos las mujeres y un largo etcétera”, enumeraba. “Y todos estos factores pueden derivar en enfermedades mucho más graves, como trastornos de estrés postraumático o de la alimentación, los cuales se pueden evitar con un buen diagnóstico y un tratamiento”, declaraba.
Ante esta realidad, el congreso abordó las carencias del sistema sanitario, reivindicando a su vez la necesidad de que exista una buena atención primaria, donde los médicos dispongan de tiempo suficiente para atender a las pacientes, de manera presencial y no a través de un ordenador o por teléfono.
La alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, se centró en la situación de las mujeres en el mercado laboral, que arrastra desigualdades de género históricas. “Los indicadores muestran importantes sesgos de género en ocupación: hay menos mujeres en posiciones directivas, menos empresarias y emprendedoras, especialmente en los sectores tecnológicos, y hay una mayor proporción de mujeres con empleos parciales o con contratos temporales”, mencionaba.
Asimismo, exponía que las desigualdades salariales comienzan a partir de los 30 años y que alcanzan su máximo entre los 45 y los 55 años. “Y no acaban ni cuando nos jubilamos, ya que la diferencia entre las pensiones contributivas de jubilación entre hombres y mujeres es del 40% en el Baix Llobregat”, certificaba.
Por otra parte, resaltaba que las posiciones mejor valoradas en el mercado laboral son las tecnológicas, principalmente masculinizadas; y que, en cambio, las feminizadas continúan siendo invisibles y, en muchas ocasiones, no remuneradas. Por este motivo, considera “indispensable” incrementar la presencia de las mujeres en el mundo tecnológico. “Estamos hablando de un sector que tiene casi plena ocupación, que supone el 13,2% del PIB catalán, que está conformado por 19.148 empresas y que genera 175.000 empleos”, detallaba.
Díaz tiene claro que en plena transformación digital las mujeres tiene que estar presentes. “Si no lo estamos, el futuro lo decidirán los hombres”, alertaba, tras añadir que “cuando la mirada femenina no está en la construcción de las tecnologías que marcan nuestra vida y nuestro futuro, inevitablemente se están estableciendo sesgos de diseño, de datos, de interpretación, de usabilidad y de acceso”. Motivos más que suficientes para “dar un paso adelante” y “feminizar el futuro del trabajo”.
Otra de las conclusiones fue que las mujeres han de ser protagonistas de la maternidad. “Históricamente las maternidades no han sido incluidas dentro de los debates feministas y se han mantenido siempre al margen. Y eso ha provocado que hayan sido relegadas a un segundo o tercer plano y no hayan sido incluidas en la agenda feminista, cuando en realidad sabemos que se trata de una decisión que afecta a nuestras vidas, tanto si decidimos ser madres como si no”, lamentaba la alcaldesa de Castelldefels, Maria Miranda. La edil abogaba por incluir las necesidades de las diversas maternidades en la agenda política y feminista, así como promover redes de mujeres para hablar de la realidad de la maternidad sin estereotipos.
También señalaba la importancia de visualizar el dolor perinatal y abordar la salud mental, creando unidades específicas para tratar estos trastornos; y continuar reivindicando que se ha de garantizar el derecho al aborto en el sistema público sanitario catalán. Asimismo, defendía la normalización del deseo de no tener hijos y requería poder eliminar el apellido paterno cuando el progenitor sea condenado por violencia de género.
Por último, la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret, basaba su intervención en las trayectorias vitales de las mujeres, que siguen construyéndose en un sistema patriarcal. “Hemos de revisar la manera en la que educamos a nuestros hijos e hijas, con perspectiva de género, prestando mucha atención al lenguaje y la música, muy importantes para cambiar de paradigmas”, enunciaba. Una perspectiva que, a su parecer, también se ha de incorporar a la medicina. “La regla, la violencia obstétrica, la menopausia o el envejecimiento se han de abordar desde el respeto y desde la mirada de la mujeres”, decía. En este sentido, exigía acabar con la educación patriarcal y la socialización de las mujeres porque “nos hace invisibles, calladas y quietas”.
Gracias a la celebración del sexto Congrés de les Dones y a las conclusiones extraídas en las comisiones de trabajo, el Baix Llobregat tendrá su hoja de ruta feminista para los próximos cuatro años, la cual se verá plasmada en el quinto Plan Transversal de Políticas Feministas.
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