OPINIÓN
Las personas detrás de las infraestructuras
RAQUEL SÁNCHEZ. Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana
Hace pocas semanas iniciamos las obras del carril bus de la B-23 y muy pronto empezarán de nuevo las obras para terminar la conexión de la A-2 con la C-32 y la Ronda Litoral, dando lugar a un nuevo tramo de autovía entre Cornellà y Sant Boi que se llamará B-25.
Son dos infraestructuras que por fin se han desatascado y cuando culminen supondrán un salto cualitativo en la conectividad interna de la comarca. Dos obras que se suman al impulso que estamos dando desde el Ministerio a infraestructuras esenciales para el Baix Llobregat como la Variante de Vallirana, el enlace de la A-2 y la AP-7 o el túnel de la B-40.
Además de su potencial para dinamizar la economía, la auténtica razón de ser de las infraestructuras son las personas a las que sirven. Entre otros muchos beneficios, el carril bus de la B-23 servirá para ahorrar tiempo en los trayectos hacia Barcelona y evitar congestiones; mientras que la B-25 servirá para conectar las dos riberas del río, poner fin a la ominosa situación de la rotonda de Sant Boi y conectar los municipios del delta. Pero en ambos casos, servirán para conectar a miles de personas y facilitarles su vida cotidiana.
No podemos plantear infraestructuras pintando líneas sobre un mapa, sino pensando en el uso que se les va a dar. Un uso que no se mide en número de vehículos o frecuencias de paso, sino en quién, cómo y para qué las va a usar.
Hace pocas semanas iniciamos las obras del carril bus de la B-23 y muy pronto empezarán de nuevo las obras para terminar la conexión de la A-2 con la C-32 y la Ronda Litoral, dando lugar a un nuevo tramo de autovía entre Cornellà y Sant Boi que se llamará B-25.
Son dos infraestructuras que por fin se han desatascado y cuando culminen supondrán un salto cualitativo en la conectividad interna de la comarca. Dos obras que se suman al impulso que estamos dando desde el Ministerio a infraestructuras esenciales para el Baix Llobregat como la Variante de Vallirana, el enlace de la A-2 y la AP-7 o el túnel de la B-40.
Además de su potencial para dinamizar la economía, la auténtica razón de ser de las infraestructuras son las personas a las que sirven. Entre otros muchos beneficios, el carril bus de la B-23 servirá para ahorrar tiempo en los trayectos hacia Barcelona y evitar congestiones; mientras que la B-25 servirá para conectar las dos riberas del río, poner fin a la ominosa situación de la rotonda de Sant Boi y conectar los municipios del delta. Pero en ambos casos, servirán para conectar a miles de personas y facilitarles su vida cotidiana.
No podemos plantear infraestructuras pintando líneas sobre un mapa, sino pensando en el uso que se les va a dar. Un uso que no se mide en número de vehículos o frecuencias de paso, sino en quién, cómo y para qué las va a usar.










Laura | Lunes, 15 de Mayo de 2023 a las 21:06:56 horas
Es vergonzoso el transporte que tenemos en Gava ¡menudas infraestructuras nos dejó la alcaldesa ahora ministra!
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