EDITORIAL. La cita con las urnas, un acto de responsabilidad

Tras 15 días intensos de mítines, propuestas a pie de calle y muchas promesas por parte de los candidatos a las alcaldías de los ayuntamientos de la comarca, la campaña electoral llega hoy a su recta final. Mañana es el día reservado para la tradicional jornada de reflexión y el domingo será el momento en el que los ciudadanos podrán decidir con su voto los nuevos gobiernos municipales que han de dirigir durante los próximos cuatro años la administración más cercana a las personas.

En una situación crítica como la actual, nuestro derecho a decidir debe convertirse en una obligación moral y en un acto de responsabilidad. Es el futuro de nuestros barrios el que está en juego. Es nuestro día a día el que se decide este domingo, 28 de mayo, en una nueva contienda electoral: el día a día de los servicios sociales más próximos, de nuestros equipamientos, de nuestras calles y zonas verdes, de nuestras infraestructuras, de nuestra seguridad ciudadana, del deporte o de la cultura que disfrutamos.

El momento de escoger qué grupo de personas va a gestionar los recursos municipales que han de ir destinados a mejorar y ampliar todos estos servicios que afectan a nuestra vida diaria ha de ser una cita ineludible para todos los ciudadanos y ciudadanas que tienen derecho a voto.

Ni la crisis que estamos atravesando, ni la crispación política de los últimos tiempos, ni el desencanto –más que justificado- con algunos políticos cada vez más distanciados de los intereses comunes de la mayoría de los mortales, deberían ser excusas para quedarse en casa y no acudir a la cita con las urnas.

La más que comprensible indignación o el hastío no ha de impedirnos ver la realidad más próxima, que no es otra que la transformación positiva que nuestras ciudades han vivido en los últimos años y que han sido impulsadas desde los propios ayuntamientos.

Sin duda, hemos de disfrutar de lo que ya tenemos y hemos logrado, pero también debemos seguir reclamando que sigan incrementándose los servicios y recursos municipales para que todos nos sintamos representados y garantizar que nadie se quede atrás.

Ponemos fin a una legislatura que ha estado irremediablemente condicionada, casi desde el principio, por la pandemia. Durante este largo y arduo período, los consistorios han tenido que reformular todas aquellas prioridades que se marcaron al inicio del mandato, adaptándolas a la situación de excepcionalidad que se originó tras el estallido de la crisis sanitaria más importante de las últimas décadas.

Lo cierto es que las devastadoras consecuencias del COVID-19 han obligado a las administraciones locales a destinar muchos más recursos a las políticas dirigidas a la atención y la ayuda de las familias, así como a impulsar la reactivación económica de nuestros municipios. Una recuperación que se complica todavía más a causa de la guerra de Ucrania, que ha originado una inflación disparada, comportando a su vez un encarecimiento en todos los productos y servicios y mermando así los bolsillos de los ciudadanos.

Este próximo domingo tenemos una nueva oportunidad para decidir nuestro presente y nuestro futuro más inmediato en unos comicios que serán la antesala de las elecciones generales previstas para noviembre, además de un termómetro para medir la fortaleza de cada partido en los territorios.