L'HOSPITALET
El PSC planteará acuerdos con formaciones “afines” pero no descarta el gobierno en solitario
L’Hospitalet En Comú Podem ve “complicado” un pacto que facilite el mandato al equipo de Marín, que ha perdido la mayoría absoluta
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La legislatura que se iniciará tras la constitución del nuevo consistorio el próximo 17 de junio no será fácil en la segunda ciudad de Catalunya, donde se dibuja un plenario en el que se intuyen tensas batallas para alcanzar acuerdos y tirar adelante presupuestos o reglamentos a raíz de los resultados conseguidos en los comicios celebrados el pasado 28 de mayo.
Por un lado, el PSC, capitaneado por cuarta vez por Núria Marín, pese a conseguir una clara victoria, ha perdido, por un concejal, la mayoría que le ha dado estabilidad en la actual legislatura, pasando de 14 a 13 regidores. Por otro, el destacado ascenso de la presencia de la derecha en el plenario, beneficiada por la baja participación, y que se ha traducido en cuatro concejales del PP y tres de VOX, no pondrá fácil a los socialistas la puesta en práctica de su programa electoral. Además, las dos fuerzas políticas en principio más ‘afines’ al PSC, como son la coalición formada por ERC-EUiA (con cuatro concejales) y L’Hospitalet en Comú Podem (con tres), tampoco se muestran predispuestas a allanar el camino a una formación con la que discrepan claramente en cuanto al modelo de ciudad que han defendido en los últimos años.
“La pérdida de la mayoría absoluta es una diferencia relevante que habrá que gestionar, pero lo hemos hecho en otras ocasiones”, aseguran fuentes próximas al equipo de gobierno socialista, en referencia a los mandatos iniciados tras las convocatorias electorales de 2011, cuando el PSC de Marín reeditó un pacto con el grupo municipal ICV-EUiA que les facilitó la gobernabilidad; y 2015, que tuvieron que gobernar en solitario con acuerdos puntuales con el resto de formaciones, incluida Ciudadanos.
“La voluntad es hablar con las otras cuatro fuerzas políticas que han conseguido representación en el Ayuntamiento e iniciar contactos más formales en los próximos días”, añaden dichas fuentes, que plantean acuerdos de gobierno con las formaciones “más afines” y buscar “la alianza con las izquierdas”, aunque confiesan que alcanzar pactos postelectorales “será difícil”. “Habrá que ver cuál es la voluntad de los otros grupos”, indican.
“Nosotros vamos a luchar por tener como socios preferentes a L’Hospitalet En Comú Podem, en congruencia con la trayectoria política de este consistorio, que ha ido renovando durante muchos años acuerdos políticos con formaciones como ICV y EUiA incluso cuando contábamos con mayoría absoluta”, explican.
Pero los socios tradicionales de gobierno no cuentan con la misma mentalidad de pacto de años anteriores. Marín ya comenzó su mandato en 2015 en solitario al no haber podido cerrar un acuerdo de gobierno de izquierdas con su tradicional socio (ICV-EUiA), que en esas elecciones concurrió bajo las siglas de Canviem L’H.
Proyectos urbanísticos impulsados por los socialistas, como la segunda fase de reforma de la Gran Via, impidieron el acercamiento a esta formación que se mostró totalmente en contra del modelo urbanístico propuesto para esta zona en la que se ubica el último reducto agrícola que ha sobrevivido en la ciudad, Cal Trabal. El proyecto, de hecho, ha tenido que ser reformulado por la presión social y política y sigue generando controversia a la espera de la resolución de las nuevas alegaciones y de su aprobación definitiva prevista para el próximo mes de julio.
El modelo de ciudad defendido por los socialistas en los dos últimos mandatos ha distanciado cada vez más las posiciones de acercamiento político respecto a sus socios tradicionales, y a estas alturas un posible pacto para la gobernabilidad parece más complicado que nunca.
Manuel Domínguez, cabeza de lista de L’Hospitalet En Comú Podem, formación que ha pasado de la cuarta a la quinta posición, por detrás de PP y VOX, aunque manteniendo sus tres concejales, se muestra alejado de la idea de un posible pacto de gobierno con el PSC. “Nosotros no lo vemos y tampoco creemos que nos lo ofrezcan”, asegura.
Según Domínguez, el panorama es muy diferente al de hace unos años. “Ahora hay una presión mayor de empresas, hoteles e inmobiliarias sobre el espacio de L’Hospitalet, que cada vez es más preciado, pese a estar urbanizado ya en un 90%, y Marín está cediendo a todas estas presiones favoreciendo un urbanismo salvaje entregando espacio libre y equipamientos públicos a empresas privadas”, considera. El líder de los comunes pone como ejemplo el ‘museo inmersivo’ que instalará una empresa privada en la antigua fábrica modernista Godó i Trias, el proyecto inmobiliario de Cosme Toda o el propio PDU de la Gran Via.
Dar prioridad a las zonas verdes es otra de las líneas rojas que plantea esta formación, teniendo en cuenta el actual panorama de crisis climática, así como solucionar la gran necesidad de espacios libres y los problemas de convivencia y civismo que ya existían y que la pandemia ayudó a poner en evidencia.
Pese a alejarse de la idea de un posible pacto de gobierno con los socialistas, Domínguez asegura que el grupo municipal no descartaría acuerdos en temas con los que sí tendrían una mayor sintonía con el PSC, como la necesidad de reforma de los Servicios Sociales, “que son un desastre actualmente”; resolver el “malestar” de la plantilla de la Guardia Urbana y que “está produciendo momentos de desatención en la ciudad”, o introducir cláusulas sociales en las contrataciones municipales.
Jaume Graells, exconcejal socialista y que en esta convocatoria electoral ha encabezado como independiente la coalición ERC-EUiA, aún no había mantenido el 31 de mayo ningún contacto con el PSC, aunque tiene claro que el papel de su grupo municipal en la próxima legislatura se desarrollará claramente desde la oposición.
“No entraremos a gobernar con el PSC, un gobierno desgastado, de ninguna de las maneras”, explica Graells, que a raíz de su denuncia del caso del posible desvío de fondos del Consell Esportiu, ha realizado una dura campaña contra Marín, a la que aún pide explicaciones por la investigación del posible caso de corrupción que provocó la renuncia de dos concejales socialistas.
Graells se muestra abierto a escuchar las posibles propuestas de los socialistas pero insiste en que no encuentran “elementos de coincidencia”. Por este motivo tiene claro que el papel de su formación es “hacer oposición”, ya que, a su parecer, el gobierno del PSC no es la solución. “Nuestro objetivo será plantar cara a los planteamientos populistas y a que el gobierno cumpla sus compromisos con políticas que garanticen una vida mejor para los ciudadanos”, asevera. Graells reconoce que los resultados electorales “no han sido positivos”. La pérdida de votos les ha hecho pasar de cinco a cuatro concejales, pero valoran haber resistido y mantenerse como segunda fuerza.
Desde el equipo de gobierno del PSC recuerdan que con formaciones como ERC han alcanzado a lo largo del actual mandato acuerdos relacionados con la gestión municipal como la política fiscal.
Sonia Esplugas, cabeza de lista de la candidatura del PP, que se ha reforzado de forma notable tras las convocatoria electoral pasando de uno a cuatro concejales y situándose como tercera fuerza, ha confirmado haber tenido ya un primer encuentro con la alcaldesa en funciones, Núria Marín, el pasado martes, 30 de mayo. Y aunque destaca la “buena sintonía” en la reunión, no contempla un acuerdo de gobierno ya que considera que “la intención del PSC es gobernar en minoría”.
“En todos aquellos temas que sirvan para sumar y mejorar, les apoyaremos”, garantiza Esplugas, tras añadir que van a intentar hacer una “oposición constructiva”. En este sentido, ratifica que “no vamos a dar un cheque en blanco a nadie”, y que en las posibles negociaciones se tendrán que poner sobre la mesa aspectos que los populares han defendido en su programa electoral como la mejora de la seguridad y la limpieza o combatir el incivismo.
Por su parte, Francisco González, cabeza de lista de VOX, formación que entra por primera vez en el plenario con tres concejales situándose como cuarta fuerza, afirma que nadie del PSC se ha puesto en contacto con su partido a día de hoy, y ve como un beneficio la pérdida de una mayoría absoluta que obligará a los socialistas a llegar a acuerdos con otras fuerzas. “No creemos que haya pactos de gobierno, porque tampoco les va a hacer falta, ya que las tres fuerzas de izquierdas van a llegar a acuerdos puntuales”, indica.
Considera que la mayoría absoluta de los socialistas en esta última legislatura ha sido negativa para la ciudad en aspectos como la seguridad o la gestión de los fondos públicos, y añade que desde la oposición trabajarán en la defensa de aspectos que figuraban en su programa electoral, entre los que González ha destacado la revitalización y recuperación de la seguridad en los barrios, redirigir los fondos públicos para destinarlos a un aumento de las ayudas sociales y un mayor cuidado del patrimonio cultural, arquitectónico y medioambiental de la ciudad.
La legislatura que se iniciará tras la constitución del nuevo consistorio el próximo 17 de junio no será fácil en la segunda ciudad de Catalunya, donde se dibuja un plenario en el que se intuyen tensas batallas para alcanzar acuerdos y tirar adelante presupuestos o reglamentos a raíz de los resultados conseguidos en los comicios celebrados el pasado 28 de mayo.
Por un lado, el PSC, capitaneado por cuarta vez por Núria Marín, pese a conseguir una clara victoria, ha perdido, por un concejal, la mayoría que le ha dado estabilidad en la actual legislatura, pasando de 14 a 13 regidores. Por otro, el destacado ascenso de la presencia de la derecha en el plenario, beneficiada por la baja participación, y que se ha traducido en cuatro concejales del PP y tres de VOX, no pondrá fácil a los socialistas la puesta en práctica de su programa electoral. Además, las dos fuerzas políticas en principio más ‘afines’ al PSC, como son la coalición formada por ERC-EUiA (con cuatro concejales) y L’Hospitalet en Comú Podem (con tres), tampoco se muestran predispuestas a allanar el camino a una formación con la que discrepan claramente en cuanto al modelo de ciudad que han defendido en los últimos años.
“La pérdida de la mayoría absoluta es una diferencia relevante que habrá que gestionar, pero lo hemos hecho en otras ocasiones”, aseguran fuentes próximas al equipo de gobierno socialista, en referencia a los mandatos iniciados tras las convocatorias electorales de 2011, cuando el PSC de Marín reeditó un pacto con el grupo municipal ICV-EUiA que les facilitó la gobernabilidad; y 2015, que tuvieron que gobernar en solitario con acuerdos puntuales con el resto de formaciones, incluida Ciudadanos.
“La voluntad es hablar con las otras cuatro fuerzas políticas que han conseguido representación en el Ayuntamiento e iniciar contactos más formales en los próximos días”, añaden dichas fuentes, que plantean acuerdos de gobierno con las formaciones “más afines” y buscar “la alianza con las izquierdas”, aunque confiesan que alcanzar pactos postelectorales “será difícil”. “Habrá que ver cuál es la voluntad de los otros grupos”, indican.
“Nosotros vamos a luchar por tener como socios preferentes a L’Hospitalet En Comú Podem, en congruencia con la trayectoria política de este consistorio, que ha ido renovando durante muchos años acuerdos políticos con formaciones como ICV y EUiA incluso cuando contábamos con mayoría absoluta”, explican.
Pero los socios tradicionales de gobierno no cuentan con la misma mentalidad de pacto de años anteriores. Marín ya comenzó su mandato en 2015 en solitario al no haber podido cerrar un acuerdo de gobierno de izquierdas con su tradicional socio (ICV-EUiA), que en esas elecciones concurrió bajo las siglas de Canviem L’H.
Proyectos urbanísticos impulsados por los socialistas, como la segunda fase de reforma de la Gran Via, impidieron el acercamiento a esta formación que se mostró totalmente en contra del modelo urbanístico propuesto para esta zona en la que se ubica el último reducto agrícola que ha sobrevivido en la ciudad, Cal Trabal. El proyecto, de hecho, ha tenido que ser reformulado por la presión social y política y sigue generando controversia a la espera de la resolución de las nuevas alegaciones y de su aprobación definitiva prevista para el próximo mes de julio.
El modelo de ciudad defendido por los socialistas en los dos últimos mandatos ha distanciado cada vez más las posiciones de acercamiento político respecto a sus socios tradicionales, y a estas alturas un posible pacto para la gobernabilidad parece más complicado que nunca.
Manuel Domínguez, cabeza de lista de L’Hospitalet En Comú Podem, formación que ha pasado de la cuarta a la quinta posición, por detrás de PP y VOX, aunque manteniendo sus tres concejales, se muestra alejado de la idea de un posible pacto de gobierno con el PSC. “Nosotros no lo vemos y tampoco creemos que nos lo ofrezcan”, asegura.
Según Domínguez, el panorama es muy diferente al de hace unos años. “Ahora hay una presión mayor de empresas, hoteles e inmobiliarias sobre el espacio de L’Hospitalet, que cada vez es más preciado, pese a estar urbanizado ya en un 90%, y Marín está cediendo a todas estas presiones favoreciendo un urbanismo salvaje entregando espacio libre y equipamientos públicos a empresas privadas”, considera. El líder de los comunes pone como ejemplo el ‘museo inmersivo’ que instalará una empresa privada en la antigua fábrica modernista Godó i Trias, el proyecto inmobiliario de Cosme Toda o el propio PDU de la Gran Via.
Dar prioridad a las zonas verdes es otra de las líneas rojas que plantea esta formación, teniendo en cuenta el actual panorama de crisis climática, así como solucionar la gran necesidad de espacios libres y los problemas de convivencia y civismo que ya existían y que la pandemia ayudó a poner en evidencia.
Pese a alejarse de la idea de un posible pacto de gobierno con los socialistas, Domínguez asegura que el grupo municipal no descartaría acuerdos en temas con los que sí tendrían una mayor sintonía con el PSC, como la necesidad de reforma de los Servicios Sociales, “que son un desastre actualmente”; resolver el “malestar” de la plantilla de la Guardia Urbana y que “está produciendo momentos de desatención en la ciudad”, o introducir cláusulas sociales en las contrataciones municipales.
Jaume Graells, exconcejal socialista y que en esta convocatoria electoral ha encabezado como independiente la coalición ERC-EUiA, aún no había mantenido el 31 de mayo ningún contacto con el PSC, aunque tiene claro que el papel de su grupo municipal en la próxima legislatura se desarrollará claramente desde la oposición.
“No entraremos a gobernar con el PSC, un gobierno desgastado, de ninguna de las maneras”, explica Graells, que a raíz de su denuncia del caso del posible desvío de fondos del Consell Esportiu, ha realizado una dura campaña contra Marín, a la que aún pide explicaciones por la investigación del posible caso de corrupción que provocó la renuncia de dos concejales socialistas.
Graells se muestra abierto a escuchar las posibles propuestas de los socialistas pero insiste en que no encuentran “elementos de coincidencia”. Por este motivo tiene claro que el papel de su formación es “hacer oposición”, ya que, a su parecer, el gobierno del PSC no es la solución. “Nuestro objetivo será plantar cara a los planteamientos populistas y a que el gobierno cumpla sus compromisos con políticas que garanticen una vida mejor para los ciudadanos”, asevera. Graells reconoce que los resultados electorales “no han sido positivos”. La pérdida de votos les ha hecho pasar de cinco a cuatro concejales, pero valoran haber resistido y mantenerse como segunda fuerza.
Desde el equipo de gobierno del PSC recuerdan que con formaciones como ERC han alcanzado a lo largo del actual mandato acuerdos relacionados con la gestión municipal como la política fiscal.
Sonia Esplugas, cabeza de lista de la candidatura del PP, que se ha reforzado de forma notable tras las convocatoria electoral pasando de uno a cuatro concejales y situándose como tercera fuerza, ha confirmado haber tenido ya un primer encuentro con la alcaldesa en funciones, Núria Marín, el pasado martes, 30 de mayo. Y aunque destaca la “buena sintonía” en la reunión, no contempla un acuerdo de gobierno ya que considera que “la intención del PSC es gobernar en minoría”.
“En todos aquellos temas que sirvan para sumar y mejorar, les apoyaremos”, garantiza Esplugas, tras añadir que van a intentar hacer una “oposición constructiva”. En este sentido, ratifica que “no vamos a dar un cheque en blanco a nadie”, y que en las posibles negociaciones se tendrán que poner sobre la mesa aspectos que los populares han defendido en su programa electoral como la mejora de la seguridad y la limpieza o combatir el incivismo.
Por su parte, Francisco González, cabeza de lista de VOX, formación que entra por primera vez en el plenario con tres concejales situándose como cuarta fuerza, afirma que nadie del PSC se ha puesto en contacto con su partido a día de hoy, y ve como un beneficio la pérdida de una mayoría absoluta que obligará a los socialistas a llegar a acuerdos con otras fuerzas. “No creemos que haya pactos de gobierno, porque tampoco les va a hacer falta, ya que las tres fuerzas de izquierdas van a llegar a acuerdos puntuales”, indica.
Considera que la mayoría absoluta de los socialistas en esta última legislatura ha sido negativa para la ciudad en aspectos como la seguridad o la gestión de los fondos públicos, y añade que desde la oposición trabajarán en la defensa de aspectos que figuraban en su programa electoral, entre los que González ha destacado la revitalización y recuperación de la seguridad en los barrios, redirigir los fondos públicos para destinarlos a un aumento de las ayudas sociales y un mayor cuidado del patrimonio cultural, arquitectónico y medioambiental de la ciudad.
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