Defender la alegría

Se han cumplido hace poco 100 días de gobierno municipal, tras las elecciones de mayo y es un buen momento para parar y repensar como continuar el camino de nuestro municipio. Una semana en la que también hemos conmemorado el día de la salud mental. Y me vienen a la cabeza las palabras, mapa de ruta, de Benedetti: “defender la alegría como una trinchera”.  

Ser alcalde de tu pueblo, del lugar que has elegido para vivir y ver crecer a los tuyos, es un orgullo. Pero también es un trabajo arduo y difícil. Muchas veces nos sumimos en laberintos complicados hechos de discusiones por el PIB, de cuadrar los presupuestos, de buscar subvenciones para los proyectos necesarios, de los miles de procesos que hacen garantista pero enrevesada la administración pública. Nos perdemos en el grueso y no vemos el detalle de lo importante: trabajar por el bien común.

Como defensores de lo público tenemos la oportunidad de incidir en los parámetros que rigen nuestra sociedad. Podemos apostar por poner por delante la solidaridad, trabajar en lo que nos gusta, defender la corresponsabilidad, incentivar el civismo…

Nuestras políticas pueden ser las que favorezcan la profundidad en los estudios y en los medios de comunicación, más allá de buscar con afán el crecimiento económico continuo. Podemos ser aquellos y aquellas que sumen en equilibrar la globalización, en dejar un mejor planeta, más verde, más sostenible a nuestros hijos. En marcar los valores del respeto, de la convivencia, del afecto, del no juzgar sino ayudar al diferente como los pilares del mundo que quedará tras nosotros. Podemos y debemos, como garantes de lo público, ser también garantes de que el futuro puede ser mejor. 

Estos 100 días de gobierno marcan el principio del camino de esta legislatura y los transitaremos con rigor, sí, pero también con la alegría de trabajar por el Cervelló de nuestros sueños.