OPINIÓN
Es el momento de actuar
MARC SERRA. Diputado de Acción Climática y Transición Energética de la Diputación de Barcelona
![[Img #50287]](https://elfar.cat/upload/images/10_2023/4617_marc-serra-diputado-accion-climatica-y-transicion-energetica-diputacion-de-barcelona.jpg)
El reto de la crisis climática ha pasado ya de la fase en la que debíamos tomar conciencia y pensar en futuros posibles a la fase en la que, o actuamos urgente y decididamente, o vemos desaparecer el planeta y todo lo que en él habita.
Es nuestra obligación y nuestro compromiso formar parte de un cambio de modelo energético, y por extensión también de modelo productivo, de consumo, de movilidad o de alimentación, que deje de destruir nuestro entorno, contaminar nuestro aire y malmeter nuestros ecosistemas. Pero también el compromiso se extiende a frenar los abusos de las grandes compañías energéticas, a garantizar el acceso a la energía a las familias con menos recursos y a lograr que la energía sea democráticamente gestionada por la ciudadanía.
Por eso es fundamental apostar con fuerza -como se está haciendo en los estados más avanzados de Europa y en nuestro país en ciudades como El Prat- por las Comunidades Energéticas. Una herramienta que permite no sólo generar energía renovable, sino hacerlo de forma descentralizada garantizando el control ciudadano de la energía y que la transición energética avance con justicia social.
Para ello, la Diputación de Barcelona ha creado una nueva Oficina de Impulso de las Comunidades Energéticas para asesorar y acompañar su creación. Como hicimos en los últimos años invirtiendo más de 100 millones de euros, vamos a seguir apoyando nuevas instalaciones de energía renovable entorno a comunidades energéticas locales.
Porque ya se acabó el tiempo para reflexionar. Ahora es el momento de actuar colectivamente y hacer realidad un futuro mejor.
El reto de la crisis climática ha pasado ya de la fase en la que debíamos tomar conciencia y pensar en futuros posibles a la fase en la que, o actuamos urgente y decididamente, o vemos desaparecer el planeta y todo lo que en él habita.
Es nuestra obligación y nuestro compromiso formar parte de un cambio de modelo energético, y por extensión también de modelo productivo, de consumo, de movilidad o de alimentación, que deje de destruir nuestro entorno, contaminar nuestro aire y malmeter nuestros ecosistemas. Pero también el compromiso se extiende a frenar los abusos de las grandes compañías energéticas, a garantizar el acceso a la energía a las familias con menos recursos y a lograr que la energía sea democráticamente gestionada por la ciudadanía.
Por eso es fundamental apostar con fuerza -como se está haciendo en los estados más avanzados de Europa y en nuestro país en ciudades como El Prat- por las Comunidades Energéticas. Una herramienta que permite no sólo generar energía renovable, sino hacerlo de forma descentralizada garantizando el control ciudadano de la energía y que la transición energética avance con justicia social.
Para ello, la Diputación de Barcelona ha creado una nueva Oficina de Impulso de las Comunidades Energéticas para asesorar y acompañar su creación. Como hicimos en los últimos años invirtiendo más de 100 millones de euros, vamos a seguir apoyando nuevas instalaciones de energía renovable entorno a comunidades energéticas locales.
Porque ya se acabó el tiempo para reflexionar. Ahora es el momento de actuar colectivamente y hacer realidad un futuro mejor.
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