OPINIÓN
¿Dónde acabaremos cuando seamos viejos?
PATRICIA ALIU. Periodista
![[Img #52752]](https://elfar.cat/upload/images/02_2024/7078_unnamed.jpg)
No se sabe cuándo una conversación te puede traer pensamientos pesimistas. Una simple charla a raíz del feliz anuncio de una nueva residencia para ancianos en la comarca es capaz de trasladarte a un posible futuro negro. Tenemos tantas ideas preconcebidas sobre la vejez y lo que significa que podemos llegar a ser hasta crueles.
Justo por esa buena noticia que acabo de mencionar, un compañero de trabajo bromeó ayer conmigo diciéndome: “Mira, ahí te llevará tu hijo cuando seas vieja”. Sólo faltó su risa sardónica acompañando la frasecita, que me pareció más bien una sentencia.
¿Por qué la vejez nos da tanto miedo? No es sólo la cercanía de la Parca la que nos asusta. Es la decadencia avanzando deprisa, la lentitud de movimientos, los achaques, las enfermedades que te anulan poco a poco y sin compasión, las arrugas, la falta de ganas de todo lo que llenaba antes tu vida, la pérdida progresiva de quienes te rodean, de quienes aprecias y que se te adelantan, la soledad. Esas cosas y otras que no caben en estas líneas nos sumen en la tristeza de lo que vendrá.
Es inútil pensar en todo ello. Ni conocemos el porvenir, aunque lo imaginemos, y muchos ni saben cómo actuarán sus hijos, si los tienen, cuando llegue la hora. Tampoco tenemos una idea precisa de cómo estaremos cuando seamos tan mayores como nuestros padres y nuestros abuelos. Podemos acercarnos, pero no será exactamente como lo recreemos en nuestras peores pesadillas.
Así que ¿para qué anticiparse? Como decía mi padre, uno de mis referentes preferidos, “no te preocupes, ocúpate”. Por eso, no seamos agoreros como mi compañero. Lo que haya de ser será. Ahora sólo toca celebrar la vida mientras podamos. Y felicitarnos porque se construirán esos nuevos alojamientos dignos para personas mayores.
No se sabe cuándo una conversación te puede traer pensamientos pesimistas. Una simple charla a raíz del feliz anuncio de una nueva residencia para ancianos en la comarca es capaz de trasladarte a un posible futuro negro. Tenemos tantas ideas preconcebidas sobre la vejez y lo que significa que podemos llegar a ser hasta crueles.
Justo por esa buena noticia que acabo de mencionar, un compañero de trabajo bromeó ayer conmigo diciéndome: “Mira, ahí te llevará tu hijo cuando seas vieja”. Sólo faltó su risa sardónica acompañando la frasecita, que me pareció más bien una sentencia.
¿Por qué la vejez nos da tanto miedo? No es sólo la cercanía de la Parca la que nos asusta. Es la decadencia avanzando deprisa, la lentitud de movimientos, los achaques, las enfermedades que te anulan poco a poco y sin compasión, las arrugas, la falta de ganas de todo lo que llenaba antes tu vida, la pérdida progresiva de quienes te rodean, de quienes aprecias y que se te adelantan, la soledad. Esas cosas y otras que no caben en estas líneas nos sumen en la tristeza de lo que vendrá.
Es inútil pensar en todo ello. Ni conocemos el porvenir, aunque lo imaginemos, y muchos ni saben cómo actuarán sus hijos, si los tienen, cuando llegue la hora. Tampoco tenemos una idea precisa de cómo estaremos cuando seamos tan mayores como nuestros padres y nuestros abuelos. Podemos acercarnos, pero no será exactamente como lo recreemos en nuestras peores pesadillas.
Así que ¿para qué anticiparse? Como decía mi padre, uno de mis referentes preferidos, “no te preocupes, ocúpate”. Por eso, no seamos agoreros como mi compañero. Lo que haya de ser será. Ahora sólo toca celebrar la vida mientras podamos. Y felicitarnos porque se construirán esos nuevos alojamientos dignos para personas mayores.
José Clarós Conde | Jueves, 14 de Marzo de 2024 a las 00:47:09 horas
Sabias palabras las de tu padre. Coincido totalmente. Un abrazo
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