OPINIÓN
Los hijos
JUAN PABLO BEAS. Periodista
![[Img #53606]](https://elfar.cat/upload/images/04_2024/2172_jusnps.jpg)
Siete hijos e hijas han sido asesinados en lo que va de año por sus padres o por las parejas de sus madres. Siete vidas cercenadas violentamente por el machismo más salvaje y descarnado. Siete personas matadas junto a sus madres de forma injusta e inhumana.
Nunca habíamos alcanzado estas cifras en tan poco margen de tiempo en nuestra sociedad.
Primero las madres, las mujeres. Ahora sus hijos y sus hijas, ese fruto común que los machistas asesinos no permiten seguir viviendo.
En la violencia machista hemos llegado a la barbarie más absoluta, a la depredación sistemática como punto final de un machismo permitido y naturalizado durante tantas décadas y tantos siglos.
No entiendo que más puede pasar para que la sociedad cierre filas ante la violencia machista. Pero cerrar filas de verdad. Sin permitir una fisura, ni un hueco, ni un discurso impresentable que parezca justificar este salvajismo.
No es baladí que esto esté pasando ahora y que coexista con discursos de odio, de justificación, de aligeramiento de esta ignominia.
Una sociedad democrática, libre e igualitaria no puede tolerar que esto pase: que padres y parejas maten a mujeres y a sus hijos e hijas. No lo podemos consentir. Como tampoco podemos tolerar discursos trogloditas que parecen querer seguir legitimando ese machismo desfasado e impropio de estos días.
Cerremos filas, por nuestras mujeres, por los hijos e hijas que hoy están y por los que estarán. Dejémosles una sociedad libre e igualitaria, donde todo el mundo viva tranquilo.
Cerremos filas ante los discursos de odio que abren huecos y rompen el consenso. Por nuestras hijas y por nuestros hijos.
![[Img #53606]](https://elfar.cat/upload/images/04_2024/2172_jusnps.jpg)
Siete hijos e hijas han sido asesinados en lo que va de año por sus padres o por las parejas de sus madres. Siete vidas cercenadas violentamente por el machismo más salvaje y descarnado. Siete personas matadas junto a sus madres de forma injusta e inhumana.
Nunca habíamos alcanzado estas cifras en tan poco margen de tiempo en nuestra sociedad.
Primero las madres, las mujeres. Ahora sus hijos y sus hijas, ese fruto común que los machistas asesinos no permiten seguir viviendo.
En la violencia machista hemos llegado a la barbarie más absoluta, a la depredación sistemática como punto final de un machismo permitido y naturalizado durante tantas décadas y tantos siglos.
No entiendo que más puede pasar para que la sociedad cierre filas ante la violencia machista. Pero cerrar filas de verdad. Sin permitir una fisura, ni un hueco, ni un discurso impresentable que parezca justificar este salvajismo.
No es baladí que esto esté pasando ahora y que coexista con discursos de odio, de justificación, de aligeramiento de esta ignominia.
Una sociedad democrática, libre e igualitaria no puede tolerar que esto pase: que padres y parejas maten a mujeres y a sus hijos e hijas. No lo podemos consentir. Como tampoco podemos tolerar discursos trogloditas que parecen querer seguir legitimando ese machismo desfasado e impropio de estos días.
Cerremos filas, por nuestras mujeres, por los hijos e hijas que hoy están y por los que estarán. Dejémosles una sociedad libre e igualitaria, donde todo el mundo viva tranquilo.
Cerremos filas ante los discursos de odio que abren huecos y rompen el consenso. Por nuestras hijas y por nuestros hijos.










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