OPINIÓN
Con la seguridad no se juega
GEMMA BADIA. Alcaldesa de Gavà
![[Img #58364]](https://elfar.cat/upload/images/02_2025/4900_gemma-badia.jpg)
Cuando me reúno con mandos o agentes de la Policía Municipal, los Mossos d’Esquadra u otros cuerpos de seguridad —algo que, como tantas alcaldesas y alcaldes, hago con frecuencia—, siempre les pido que hablen claro. Y hago exactamente lo mismo cuando me dirijo a las vecinas y vecinos de Gavà. Porque la verdad, el rigor, los datos, y también las percepciones subjetivas, son imprescindibles para analizar bien, valorar mejor y tomar decisiones acertadas. Y cuando se trata de seguridad, esto es aún más importante.
Rehuir la realidad o darle la espalda sería irresponsable. No actuar ni tomar medidas, inaceptable. Tan irresponsable e inaceptable como manipular, tergiversar o mentir, utilizando la demagogia como herramienta de intereses espurios.
Por eso es tan relevante poder compartir un balance tan positivo como el de la última Junta Local de Seguridad de Gavà, que celebramos hace pocos días: en 2024, el número de hechos delictivos bajó un 7,2% respecto a 2023. Y para valorar con más perspectiva este dato, hay que tener en cuenta que, en ese mismo período, los delitos en la región policial metropolitana sur aumentaron un 3,6%. Gavà marca la diferencia.
Y esta misma semana, las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior han confirmado la tendencia: los hechos delictivos en Gavà disminuyeron un 10,7% en el último año, uno de los descensos más significativos de todo el país.
Son datos que nos deben llenar de orgullo. Orgullo, sobre todo, por los cuerpos y fuerzas de seguridad, que están cada día a pie de calle, trabajan con pleno conocimiento de causa y máxima transparencia, y merecen respeto por la labor que desempeñan.
Son datos que confirman que vamos por el buen camino: el de la coordinación policial e institucional, la ampliación de plantillas, la dotación de recursos y la modernización basada en nuevas tecnologías. Todo ello, acompañado de avances en la lucha contra la multirreincidencia —uno de los grandes retos en materia de seguridad— y de políticas sociales, urbanas y económicas eficaces. Porque las cosas no suceden por casualidad.
Son también datos que transmiten tranquilidad y certezas a la ciudadanía y que refutan, con hechos, a quienes intentan sembrar miedo, confusión y odio sin otro fundamento que la falsedad.
Podemos confiar en nuestro sistema democrático de seguridad, protección y prevención. Porque ofrece garantías. Porque lo mejoramos cada día con anticipación y responsabilidad. Porque es el camino para fortalecer la convivencia y hacer avanzar nuestros barrios y nuestras ciudades.
Cuando me reúno con mandos o agentes de la Policía Municipal, los Mossos d’Esquadra u otros cuerpos de seguridad —algo que, como tantas alcaldesas y alcaldes, hago con frecuencia—, siempre les pido que hablen claro. Y hago exactamente lo mismo cuando me dirijo a las vecinas y vecinos de Gavà. Porque la verdad, el rigor, los datos, y también las percepciones subjetivas, son imprescindibles para analizar bien, valorar mejor y tomar decisiones acertadas. Y cuando se trata de seguridad, esto es aún más importante.
Rehuir la realidad o darle la espalda sería irresponsable. No actuar ni tomar medidas, inaceptable. Tan irresponsable e inaceptable como manipular, tergiversar o mentir, utilizando la demagogia como herramienta de intereses espurios.
Por eso es tan relevante poder compartir un balance tan positivo como el de la última Junta Local de Seguridad de Gavà, que celebramos hace pocos días: en 2024, el número de hechos delictivos bajó un 7,2% respecto a 2023. Y para valorar con más perspectiva este dato, hay que tener en cuenta que, en ese mismo período, los delitos en la región policial metropolitana sur aumentaron un 3,6%. Gavà marca la diferencia.
Y esta misma semana, las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior han confirmado la tendencia: los hechos delictivos en Gavà disminuyeron un 10,7% en el último año, uno de los descensos más significativos de todo el país.
Son datos que nos deben llenar de orgullo. Orgullo, sobre todo, por los cuerpos y fuerzas de seguridad, que están cada día a pie de calle, trabajan con pleno conocimiento de causa y máxima transparencia, y merecen respeto por la labor que desempeñan.
Son datos que confirman que vamos por el buen camino: el de la coordinación policial e institucional, la ampliación de plantillas, la dotación de recursos y la modernización basada en nuevas tecnologías. Todo ello, acompañado de avances en la lucha contra la multirreincidencia —uno de los grandes retos en materia de seguridad— y de políticas sociales, urbanas y económicas eficaces. Porque las cosas no suceden por casualidad.
Son también datos que transmiten tranquilidad y certezas a la ciudadanía y que refutan, con hechos, a quienes intentan sembrar miedo, confusión y odio sin otro fundamento que la falsedad.
Podemos confiar en nuestro sistema democrático de seguridad, protección y prevención. Porque ofrece garantías. Porque lo mejoramos cada día con anticipación y responsabilidad. Porque es el camino para fortalecer la convivencia y hacer avanzar nuestros barrios y nuestras ciudades.
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