Los que no aspiramos a la confrontación permanente, los que disfrutamos con el intercambio y la cesión, deberíamos huir de los periodistas atrincherados. Estos no analizan. Refuerzan las convicciones de los suyos y afean las de los demás. Mintiendo si hace falta. Escondiendo información si conviene.
Como os decía, leyendo la prensa más imparcial, y evitando la partidista, me ha parecido detectar algunas ideas, que por su peso, pueden influir en los resultados de las próximas elecciones: «Los independentistas no deberían optar por los radicales. Los no independentistas tampoco. A los primero, a los que quieren «agitar el río», les podemos decir esto: «Hay que tener una buena barca!. Y quien paga, si se rompen platos? ». A los segundos, a los que no quieren ceder, les podemos decir: «Y si los otros hacen lo mismo. Dónde está el límite?».
Los extremos no convienen. Y en general, no conviene optar, por los que convierten la política en un espectáculo. Y lo único que saben hacer bien es guerrear. Estos no convienen, porque quizás entretienen, pero ni informan, ni analizan, ni construyen. Seguro que pensáis que me estoy referido sin nombrarlos, al grupito de Puigdemont, al de Casado y a Vox, y a los “rufianes”. Pues, si!.
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